Pensó que tenía un moretón por una caída de patinaje sobre hielo, pero su madre le dijo la terrible verdad
Una adolescente inglesa llamada Georgia Leslie, que hoy tiene 18 años, vivió una historia dramática que comenzó cuando tenía apenas 15. Fue cuando notó un pequeño moretón en el lado derecho de su caja torácica, que en principio atribuyó a una caída mientras practicaba hockey sobre hielo. Pero un tiempo después, cuando la lesión ya había adquirido un tamaño importante, fue su propia madre la que le dijo la terrible verdad: era muy probable que el bulto que la muchacha tenía sobre sus costillas fuera un tumor.
Georgia, que vive en la ciudad de Halifax, en el centro de Inglaterra, notó por primera vez que tenía el moretón en su costado derecho cuando se apoyó en una mesa y sintió una molestia. “Sentía un poco de dolor y la zona estaba roja. Entonces, le mostré a mi mamá, que es enfermera”, relató la joven al medio británico The Sun.
“Mi mamá y yo nos propusimos vigilar esa lesión, pero comenzó a crecer rápidamente y en dos meses era cinco veces más grande que el moretón original. Ya era más bien un bulto, así que fuimos a ver al médico”, continuó Georgia.
¿Lesión de patinaje sobre hielo?
El médico de cabecera de la muchacha sospechó que la particular lesión podría deberse a alguna actividad que ella hubiera practicado últimamente, y que le podría haber lastimado las costillas. Entonces, Georgia mencionó lo que entonces era su gran pasión. “Lo único en lo que podía pensar era en el patinaje sobre hielo, una actividad que hacía todos los sábados”, señaló.
La joven reconsideró sus últimas actividades, y, además del patinaje, que realizaba junto con sus amigos, recordó que también había estado poco antes en una montaña rusa. “Pensé que allí me había causado algún daño sin darme cuenta”, agregó.
Entonces, el médico le dijo a la joven que regresara si empeoraba el dolor, o si la lesión se agrandaba. Algo que sucedió dos meses después. La niña fue derivada a un hospital de una ciudad vecina, donde luego de pruebas y tomografías no le encontraron nada extraño.
Pese al moretón que no se desinflamaba en su costado, la joven retomó su vida normal. Se inscribió en un programa de verano de turismo aventura cuando terminó sus exámenes. Eso fue en el verano boreal de 2019, y allí descubrió que las cosas no se habían arreglado y estaban peor.
“Estaba tratando de ponerme un arnés de seguridad para hacer una de las actividades y no pude porque el bulto era demasiado grande y me dolía demasiado -narró la joven-. Era del tamaño de una naranja. Sabía que eso no estaba bien y que no estaba mejorando por sí mismo”.
Su médico de cabecera volvió a verla, y sospechó que Georgia pudo haberse roto las costillas, pero ella no recordó ningún incidente que hubiera producido una lesión de ese tipo en su caja torácica.
Una noticia devastadora
Entonces, Kate, la mamá de la joven, pidió ayuda a un especialista en huesos del hospital donde ella trabajaba. Pocas horas más tarde, la mujer había averiguado lo que posiblemente tenía su hija, y era una noticia devastadora.
“Mamá me vino a buscar al hospital y me dijo: ‘Es mejor que vayamos a casa’”. Ambas llegaron entonces al hogar que comparten con Richard, el padre de la familia, y Rebecca, hermana menor de Georgia. De inmediato, la joven notó que algo malo pasaba, puesto que su madre salió antes de su trabajo para estar con ella en la casa.
“Le pedí que por favor me dijera la verdad de lo que estaba pasando, y entonces ella me dijo que el doctor pensaba que el bulto era en realidad un tumor”, contó la joven, y agregó: “No sabía exactamente lo que significaba eso, pero me puse a llorar”.
Poco tiempo después, con nuevos análisis realizados en el Hospital Queen Elizabeth de Birmngham se confirmó la peor sospecha: en efecto, se trataba de un tumor. Una biopsia posterior, realizada casi un año después de la aparición del moretón, le confirmó a Georgia que tenía un tipo de cáncer de hueso de alto grado llamado osteosarcoma.
Esta afección, que es el tipo de cáncer de hueso más frecuente, se detecta mayormente en niños y adolescentes.
De acuerdo con The Sun, el cáncer óseo es raro, y se diagnostican alrededor de 550 casos anualmente en el Reino Unido. Sus síntomas principales son, generalmente el dolor de huesos, la inflamación, el enrojecimiento y la formación de un bulto.
Georgia relató su visita al hospital a buscar el resultado de la biopsia: “El médico nos dijo entonces que estaban seguros en un 98 por ciento de que mi bulto era cáncer. Entonces les pregunté a los médicos, mientras lloraba: ‘¿Me voy a morir? ¿Es muy malo?’”.
Tratamiento, esperanza y un consejo
De inmediato, la joven comenzó un tratamiento para enfrentar su enfermedad, que incluyó quimioterapia y una cirugía mayor en mayo de 2020 para extirpar el tumor. La chica intentó continuar con su vida de estudiante, pero las sesiones de quimioterapia que tuvo a lo largo de ese año la cansaban demasiado y tuvo que poner en pausa sus estudios.
Afortunadamente, Georgia está en la actualidad “libre de cáncer”, de acuerdo a lo que le informaron sus médicos, pero admite que le preocupa que la enfermedad regrese. “Es una constante en mi vida, por mucho que me gustaría que desapareciera, siempre está ahí y pienso en él todos los días”, señaló.
La muchacha regresó a la universidad el pasado mes de septiembre, y piensa capacitarse como enfermera especializada en pacientes con cáncer. Mientras tanto, aprovecha las oportunidades que le presenta la vida. “Hace poco conseguí un trabajo en McDonald’s, que no parece mucho, pero nunca pensé que tendría el coraje de ir por algo así. Antes de tener cáncer, habría estado demasiado nerviosa”, confesó.
Como consejo final, Georgia quiere concientizar a las personas de que si notan algo extraño en su cuerpo, algún síntoma que las preocupa y que no pueden decodificar, deben pedir ayuda para saber de qué se trata. “No se detengan hasta obtener la ayuda necesaria”, concluyó la joven.