El pelotero de los Marlins Luis Arráez y la marca de los .400 en Grandes Ligas

Llegar a ser un excelente bateador es la tarea más difícil para un pelotero. Mantener un promedio sobre la marca de .300 en una temporada larga y ante lanzadores de calidad, le pertenece a un grupo reducido de jugadores. Finalizar por arriba de .400 es obra de figuras selectas.

En la presente temporada la máquina de batear de los Marlins el venezolano Luis Arráez amenaza con igualar a otros 20 bateadores que han terminado en una misma temporada por encima de .400 en Grandes Ligas, con cinco de ellos que lo lograron en más de una ocasión.

El último en realizar la proeza fue Ted Williams cuando en 1941 finalizó con .406, con Boston. Antes que Williams lo lograron Bill Terry (1930), Harry Heilmann (1923), Rogers Hornsby (1922, 24, 25), Ty Cobb (1911, 12, 22), George Sisler (1920, 21), Joe Jackson (1911), Nap Lajoie (1901), Willie Keeler (1897), Hughie Jennings (1896).

Además de Ed Delahanty (1894, 95), Billy Hamilton (1894), Sam Thompson (1894), Tuck Turner (1894), Jesse Burkett (1895, 96), Hugh Duffy (1894), Pete Browning (1887), Tip O’Neill (1887), Fred Dunlap (1884) y Ross Barnes (1876).

Como podemos ver en este listado, de los 20 jugadores el sesenta por ciento (12) de ellos pertenecen al Siglo 19 cuando el béisbol realizaba sus primeros pasos. Los otros ocho hace más de 82 años y desde 1941 solo un reducido grupo se ha acercado a la marca de los .400.

Tony Gwynn terminó en 1994 con .394, George Brett .390 (1980), Rod Carew .388 (1977), Larry Walker .379 (1999), Ichiro Suzuki .372 (2004), Nomar Garciaparra .372 (2000), Andrés Galarraga .370 (1993), Barry Bonds .370 (2002) y John Olerud .363 (1993).

Desde 1941 los jugadores que bateaban sobre .400 con un mayor número de partidos celebrados son los siguientes:

George Brett con 134 juegos (1980), John Olerud 107 (1993), Larry Walker 96 (1997), Tony Gwynn 92 (1997), Andrés Galarraga 91 (1993), Nomar Garciaparra 91 (2000) y Rod Carew 85 (1983). Pero los siete bajaron de dicha cifra en los siguientes meses.

Es bueno indicar que Hornsby superó los .350 en nueve ocasiones, Gwynn en siete, Carew y Williams en cinco, Suzuki y Walker en cuatro, con dos para Bonds, Garciaparra y Olerud. En el presente siglo XXI nadie ha superado los .372 de promedio en una temporada.

Y la razón de que no haya ocurrido (últimos 22 años) no se debe a la ausencia de talento ofensivo, ha sido por el ascenso cualitativo de los lanzadores con velocidades superiores, que cuentan con diferentes tipos de envíos y que se especializan en relevos largos, intermedios y cortos, lo que lleva a disminuir la posibilidad de los bateadores para mantener una constante producción ofensiva en seis meses de temporada.

Para alcanzar promedio de .400 no sólo se requiere ser un bateador privilegiado, también es necesario poncharse muy poco, hacer mucho contacto con la bola y que la suerte acompañe los batazos.

Para citar sólo dos ejemplos debemos decir que cuando Roger Hornsby bateó .424 en 1924 tuvo un 98.7% de contacto y cuando lo hizo Ted Williams en 1941 logró un 94%.

Hasta el momento los jugadores del presente siglo que tuvieron mejores posibilidades de superar la marca fueron Barry Bonds, Ichiro Suzuki y Nomar Garciaparra. El más alto promedio ofensivo de Bonds fue de .370 (2002), el de Suzuki .372 (2004) y el de Garciaparra .372 (2000).

Después de concluir 74 partidos del 2023 el promedio de Arráez es de .398 (#1) con 103 imparables (#1), embasamiento de .448 (#1), slugging de .488, un OPS de .934 (#4), 31 anotadas, 35 impulsadas, dos jonrones y 21 pasaportes con sólo 15 ponches recibidos en 259 turnos oficiales. Mantiene frecuencia del 94% en contacto con la bola.

Arráez ha pegado 12 incogibles en sus últimos 30 veces al bate (.400) y su ofensiva no sólo es importante por la marca de .400, lo es también porque su equipo está discutiendo el primer lugar de la División Este, siendo el segundo en la Liga Nacional en promedio de victorias y derrotas (42-32).

Nadie puede predecir con exactitud lo que puede ocurrir en lo que resta de temporada. Pero una cosa sí es cierta, el venezolano reúne los méritos por sus características como bateador para convertirse en el pelotero número 21 en terminar por encima de la marca de los 400 en Grandes Ligas.