Con pelos y señas: El récord histórico que rompería JD Vance si llega a vicepresidente de EEUU

JD Vance —y su barba— están muy cerca de hacer historia.

Si es elegido en noviembre como compañero de fórmula del ex presidente Donald Trump, regresaría el vello facial de vuelta a la Casa Blanca después de mucho tiempo.

Durante casi 100 años, ningún presidente ni vicepresidente ha llevado nada más allá de la sombra de las cinco de la tarde estando en funciones, de acuerdo con historiadores.

“El aspecto bien afeitado ha sido lo que ha dominado desde los primeros años del siglo XX”, dijo a McClatchy News, Thomas Balcerski, historiador de la Universidad Estatal del Este de Connecticut, especializado en presidentes.


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Historia de las barbas en la Casa Blanca

“El último presidente en tener una barba fue Benjamin Harrison entre los años y 1889 y 1893”, le dijo a McClatchy News, Michael Kazin, historiador de la Universidad de Georgetown.

Después de Harrison, Harry Truman se dejó crecer brevemente una barba estando de vacaciones tras su elección en 1948, pero se la afeitó antes de entrar la Casa Blanca House, dijo Kazin.

“De modo, que no cuenta realmente”, explicó Balcerski.

El último presidente en tener algún tipo de vello facial fue William Taft —famoso por su copioso bigote— que ocupó el cargo entre 1909 y 1913, dijo Balcerski.

Y el vicepresidente más reciente con vello facial fue Charles Curtis, que ocupó el puesto bajo el mandato de Herbert Hoover desde 1929 hasta 1933, dijo Kazin.

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En contraste, durante gran parte del siglo XIX , el vello facial era algo común en los políticos.

Lincoln impuso una moda

Abraham Lincoln fue quien comenzó la tendencia de presidentes con barbas, dijo Balcerski.

Según se sabe, Lincoln adoptó la moda de la barba tras recibir una carta de una niña de 11 años, donde le decía que pensaba que el vello facial lo ayudaría a ganar las elecciones de 1860. Y le hizo caso.

Muchos de los presidentes que sucedieron a Lincoln a la largo de la Era de la Reconstrucción, como Ulysses Grant y James Garfield, también tenían barbas.

El vello facial se consideraba un “un símbolo de autoridad, madurez, masculidad y patriarcado”, agregó Balcerski.

Sin embargo, a inicios del siguiente siglo, el aspecto bien afeitado se puso rápidamente de moda, todo ello por diversas razones, dijo Kazin.

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Uno de los motivos fue que el vello facial empezó a considerarse poco saludable en una época en que la higiene pública cobraba una mayor importancia, apuntó Balcerski.

Durante este tiempo, las regulaciones militares prohibían las barbas así como el cabello largo, señaló el experto.

“Los bigotes duraron más tiempo como una especie de expresiones refinadas del vello facial, pero después de la Segunda Guerra Mundial, incluso el bigote desapareció”, dijo Balcerski.

Ahora, Vance —el primer millennial en una boleta republicana o demócrata— las cosas podrían cambiar.

“Las normas sociales están cambiando”, dijo Balcerski. “No creo que regresemos a la época del siglo XIX. Me parece que en estos momentos Vance es un caso atípico, pero podría sentar una tendencia”.

Traducción de Jorge Posada

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