Hay pelea de título mundial en Miami, pero Don King se roba el show, a pesar de sus 90 años

Don King se resiste al retiro. Con su característico pelo en puntas, pero cubierto de canas; su abrigo de tela dura lleno de parches y lentejuelas, y su mazo de banderas en la mano, el legendario promotor llegó a Miami para proponer una cartelera más, buscando nuevamente la luz de los reflectores.

A ambos lados de su gastada anatomía, en la conferencia de prensa celebrada en el Casino Jai-Alai se sentaban Trevor Bryan (22-0, 15 KO), quien defenderá su faja de campeón y el contendiente número uno Daniel Dubois (17-1, 16 KO) de Greenwich, Londres.

Parecía, sin embargo, que esta pelea no tendría importancia alguna, porque a pesar del tiempo transcurrido todo gravitaba en torno a King, firme y hierático, ese mismo hombre que promovió Rumble In Jungle, Thrilla in Manila; el mismo que condujo en momentos las carreras de Muhammad Alí, Joe Frazier, George Foreman, Larry Holmes, Mike Tyson, Evander Holyfield, Chris Byrd, John Ruiz, Julio César Chávez, Ricardo Mayorga, Bernard Hopkins, Félix Trinidad y Roy Jones Jr.

Algunos de estos boxeadores lo demandaron por haberlos defraudado. La mayoría de las demandas se resolvieron fuera de los tribunales y Tyson dijo en algún momento dijo que “hizo más daño a los boxeadores negros que cualquier promotor blanco en la historia del boxeo’’.

Mucho se ha hablado y escrito de los orígenes de King en Cleveland, su viaje a prisión por asesinato en segundo grado y su estancia en un centro penitenciario donde comenzaría, según él, su auto educación en la librería de la prisión. Del Instituto Correccional de Marion saldría un hombre diferente.

Enumerar todos los problemas de King con la ley y los enconos de otros contra él sería redactar una lista larga y, sin embargo, se le otorgó un doctorado honoris causa en letras humanas de la Universidad de Central State en Wilberforce, Ohio, de modo que no existe molde capaz de contener a esta figura que se resiste a quedarse en casa.

En otros tiempos, su sola presencia inspiraba respeto y temor. Hoy quizá queda algo de ese respeto, pero mucho de curiosidad, y el público le contempla como se haría delante de una pieza de museo, rara y exótica, una exhibición humana donde la nostalgia, el pasado y la historia coinciden antes de que sea demasiado tarde para desaparecer de golpe.

DON KING preside la conferencia de prensa para el choque de titulo mundial en peso completo entre Trevor Bryan y Daniel Dubois (der.).
DON KING preside la conferencia de prensa para el choque de titulo mundial en peso completo entre Trevor Bryan y Daniel Dubois (der.).

De la misma manera, en otros tiempos era el cuasi propietario del boxeo. Sus carteleras, sus peleadores, sus conferencias eran las mejores, las más fastuosas y buscadas por la prensa. Nada que ver con esta cosa mínima del Jai-Alai, a pesar de que tenga el pomposo nombre de título mundial.

Lo que permanece intacto es su verborrea incontenible. Lo mismo habla de un conflicto bélico que de la paz mundial. Ha dedicado esta cartelera al pueblo de Ucrania y condenado el egolatrismo de Vladimir Putin, se lanza contra la situación porosa de la frontera de Estados Unidos y México, conversa de los recientes asaltos contra gente inocente en calles y escuelas. Lo mismo recuerda a George Washington que felicita a la Reina Isabel.

Don King, en momentos así, se muestra como el sumo pontífice de los deportes de combate y cuesta trabajo creer que a punto de cumplir los 91 años aún encuentre la fuerza para continuar con la misma pasión de aquellas primeras peleas de Alí. Como se dijo en algún momento del Papa Juan Pablo II: “es un espíritu que arrastra un cuerpo’’.

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Al igual que Bob Arum, otro que recientemente pasó la curva de los 90 y sigue activo como siempre, King no puede vivir sin el boxeo. Si le faltaran días como este miércoles en Miami, sencillamente no tendría razón de existir y su ocaso sería precipitado y amargo. Algunos lo aman y otros lo miran con desdén

Todavía sabe seducir, insertar chistes en sus largas parrafadas y arrancar alguna sonrisa entre los asistentes. De cuando en cuando les recuerda a todos que hay una buena pelea de título mundial este sábado en Miami, pero casi nadie mira para los boxeadores. King sigue siendo el rey.