Pedro Sánchez se está metiendo en la boca del lobo con el referéndum de ERC

Pedro Sánchez en un encuentro con Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, en La Moncloa. (Foto: Alberto Ortega / Europa Press / Getty Images).
Pedro Sánchez en un encuentro con Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, en La Moncloa. (Foto: Alberto Ortega / Europa Press / Getty Images).

Pedro Sánchez está teniendo una legislatura de lo más convulsa, pero lo cierto es que, pese a todos los obstáculos que ha ido encontrando, ha sabido salir siempre bastante indemne. Aunque las encuestas más recientes dan favorito al Partido Popular de cara a las generales de 2023, el PSOE está muy cerca y los socialistas aún confían en repetir victoria y seguir en el Gobierno. No obstante, el presidente se está metiendo en la boca del lobo con algunas de sus últimas decisiones.

El ejecutivo temía que los Presupuestos del Estado no salieran adelante ante las dudas de ERC, que había sido uno de sus principales socios y que no había garantizado su apoyo. Al final se llegó a un acuerdo de última hora con los republicanos, que votaron a favor y las cuentas fueron aprobadas.

Sin embargo, en política no hay favores y ERC se ha aprovechado de la situación para conseguir algunas de sus pretensiones. El Gobierno va a cambiar el Código Penal para sustituir el delito de sedición por otro llamado desórdenes públicos agravados y reformar el de malversación, disminuyendo las penas en ambos casos. La medida favorecerá a los líderes independentistas catalanes condenados y a otros que aún están a la espera de juicio.

El ejecutivo de Sánchez llevará a cabo además la reforma por la vía rápida. La idea es superar esta polémica cuanto antes y que no afecte de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mediados del próximo año y, sobre todo, a las generales, que tendrán lugar a finales de 2023. Sin embargo, las consecuencias de estas concesiones a ERC están siendo demasiado altas.

Las críticas desde la oposición están siendo furibundas. El PP ha recurrido al Tribunal Constitucional y Vox y Ciudadanos preparan una moción de censura, que, aunque no tiene visos de salir adelante, puede suponer un desgaste. Además, hay un descontento entre parte de la sociedad e incluso entre algunos barones socialistas. El más duro ha sido Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha.

No es tolerable pactar con los delincuentes su propia condena. Me molestaría que nos tomen por tontos”, dijo Page sobre la reforma del Código Penal. “No es progresista y desde luego no es nada útil. No tiene defensa posible”.

Pero la cosa podría ser peor para el Gobierno, ya que ERC, después de conseguir la reforma del Código Penal, quiere que su militancia vote una propuesta de condiciones para celebrar un referéndum de independencia en una fecha aún sin determinar.

Oriol Junqueras, presidente de ERC, junto a Aragonès y a Marta Vilalta, portavoz de los republicanos en el Parlamento de Cataluña. (Foto: David Zorrakino / Europa Press / Getty Images).
Oriol Junqueras, presidente de ERC, junto a Aragonès y a Marta Vilalta, portavoz de los republicanos en el Parlamento de Cataluña. (Foto: David Zorrakino / Europa Press / Getty Images).

El Gobierno ha intentado zanjar rápidamente cualquier hipótesis de un referéndum consciente de que, si ya la reforma del Código Penal le puede suponer un desgaste, permitir la celebración de un referéndum en Cataluña significaría su sentencia.

“El referéndum es contrario a nuestra Constitución y, por lo tanto, no se va a celebrar. No va a haberlo en ningún caso. Estamos en superar la tensión de 2017″, explicó el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en declaraciones a RTVE.

No obstante, ERC tiene clara su estrategia y es el PSOE el que podría salir más perjudicado si la continúan llevando a cabo.

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