Pedro Cachin, el obrero del tenis que se sumó a la lista de campeones argentinos: “Dejé mi casa muy temprano y las lesiones me hicieron pensar mucho”
Coterráneo de una leyenda del fútbol argentino como Mario Alberto Kempes , al tenista Pedro Cachin , nacido hace 28 años en la ciudad cordobesa de Bell Ville, nunca le resultó nada sencillo durante su desarrollo en el circuito profesional. La falta de dinero, la incertidumbre sobre el futuro cuando el salto al ATP Tour se demoraba más de lo proyectado y las lesiones (en 2016, la fractura por estrés en una vértebra; en 2019, la rotura de ligamentos de un tobillo), lo acorralaron. Lo llevaron a perder la confianza en sí mismo. Sin embargo, tuvo paciencia. Se encumbró como una suerte de obrero del tenis. Un poco por eso, otro poco por su calidez, protagonistas de distintas generaciones del tenis argentino (desde Gabriela Sabatini a Francisco Cerúndolo, pasando por Facundo Bagnis y Federico Delbonis, entre otros) se alegraron al verlo ganar su primer título ATP , en Gstaad, tras derrotar al español Albert Ramos Viñolas por 3-6, 6-0 y 7-5, en 2h25m.
“No sólo por mí, sino por lo que significa ser tenista profesional, me pone muy contento. Poder vivir de esta profesión, cuando en el medio hay muchas piedras para saltar o moverlas, es un regalo. A mí me pasó. Yo dejé mi casa muy temprano [desde 2014 está radicado en Barcelona, donde recibió el apoyo y el entrenamiento de Alex Corretja]. En el medio hubo muchas lesiones que me hicieron pensar cosas, pero al fin y al cabo la pasión es la pasión, seguí adelante con la gente que quiero y acá estoy. ¿Quién hubiera dicho al principio del año o de esta semana que iba a ganar un ATP? Volví a confiar en mí y estoy muy feliz”, le expresó Cachin a LA NACION desde la exclusiva estación invernal suiza.
Vamos @pecachin1 felicitaciones por el primer título muy merecido! 🏆🎾🫶🙌 @atptour #EFGSwissOpenGstaad 🇨🇭 @SwissOpenGstaad https://t.co/JBJP8RSezr
— Gabriela Sabatini (@sabatinigabyok) July 23, 2023
“No sé si fui tan severo de decir: ‘Dejo todo’. Cuando me lesioné la espalda era chico, pero cuando me lastimé el tobillo me fui mucho para atrás en el ranking, después vino la pandemia para todos, estaba en un ranking malo, creo que 390° o por ahí, luego congelaron el ranking, no podía subir mucho, me tenía que ir a jugar Futures (la tercera categoría profesional del tenis) porque todo el mundo quería jugar. En ese momento pensé de más. No pensé en dejar, pero veía que era muy complicado subir”, apuntó Cachin, que en febrero pasado debutó en el equipo nacional de la Copa Davis (derrota 3-1 ante Finlandia, en Espoo). “Creo que fui paciente como muchos en ese momento, agradezco a toda la gente que confió en mí, sobre todo a mi familia y a mis entrenadores, porque cuando uno ve que pasan los años y no se alcanzan los objetivos, contagia al resto, se pueden aburrir, pero ahí estuvieron. Ese fue el momento más difícil. No estuve depresivo, pero sí con problemas de ranking, dinero, tuve que pedir ayuda y acá estoy, feliz”, añadió quien llegó a ser 460° en febrero de 2020 .
Entre otros de los sacrificios que hizo Cachin para tratar de evolucionar y de cumplir su sueño de tenista, fue irse del país , siendo muy apegado a su familia (papá Pedro Pablo trabaja en el sector de la telefonía comercial en Córdoba; mamá Graciela es pediatra y tiene tres empleos, dos de ellos en hospitales públicos; y Catalina, su hermana, un año mayor que Pedro, hoy trabaja en medicina general en Barcelona). “En su momento ya me había ido a una academia a Villa María, aunque fuera cerca de Bell Ville, pero fue un entrenamiento para dar el paso grande. Por supuesto que ese paso grande, a los 19 años, fue duro. Llegué a Barcelona en mayo de 2014 y lo pagué en la pretemporada siguiente, en diciembre. Me sentía muy solo, muy solo. Pero la pasé, la pasé…, y acá estoy”, relató Cachin, tras obtener el título en singles de ATP número 230 para la historia de las raquetas de la Argentina.
Luego de su fuerte experiencia en Wimbledon (debut y despedida ante Novak Djokovic, por 6-3, 6-3 y 7-6 -7-4), Cachin (diestro, de revés de dos manos, de 1,85m), encaró, desde Gstaad (seguirá por Hamburgo), los últimos torneos europeos del año sobre polvo de ladrillo. La geografía del lugar, con 1050 metros sobre el nivel del mar, beneficia que la pelota viaje más rápido y que sus tiros tengan mayor pimienta. Ya lo había notado este año en el Masters 1000 de Madrid, donde hay menos altitud (657m), pero de todos modos la misma se nota y Cachin tuvo una destacada tarea, llegando a los octavos de final.
Resumen del triunfo de Cachin
“Este lugar es un cuento de hadas. Es una ciudad pequeña, con todas casitas de madera en medio de la montaña. Es precioso por donde lo mires, te transmite mucha tranquilidad y te da ganas de quedarte. En la medida que seguís avanzando, es una alegría. Después de los entrenamientos o los partidos es una paz total. El torneo te trata increíble, como en todo Suiza”, agregó Cachin desde el torneo en el que, hace exactamente 25 años (1998), Roger Federer debutó en el tour.
Tango, el bulldog cruza de francés con Boston Terrier de Pedro y de su novia, Paula, es una debilidad de ambos. Lo llevaron a Gstaad y fue una de las notas simpáticas de las jornadas. “Salió por todos lados. Tenemos a otro perro, que no pudo venir, porque le faltan algunas vacunas. Somos muy perrunos y si es por nosotros tendríamos diez o quince. Tenemos un pequeño objetivo de vida con mi novia: tener muchos perros”, contó Cachin, que avanzará 41 posiciones y será top 50 (49°) por primera vez.
“Voy tachando sueños -se emocionó-. De eso se trata un poco la vida, de soñar en grande, de que nadie te quite la ilusión e intentarlo. Si después sale o no, será cuestión de chocarse. Eso me pasó a mí: me fui chocando, me fui chocando y en la medida que pasaban los años veía que mi nivel iba subiendo, era cuestión de esperar un poquito más. Estar en la lista de campeones argentinos es lo máximo. Ser top 50 y un campeón de ATP me va a cambiar la vida”.