Pável Pardo y su dura opinión sobre la Selección: "No veo el orgullo de representar a México"

Pável Pardo en un partido con México ante Argentina en la Copa Confederaciones 2005. (JOHN MACDOUGALL/AFP via Getty Images)
Pável Pardo en un partido con México ante Argentina en la Copa Confederaciones 2005. (JOHN MACDOUGALL/AFP via Getty Images)

Pável Pardo fue un referente de la Selección Mexicana. Cada vez que tomaba el balón, había peligro para el rival: sus centros eran medidos y precisos. El narrador Enrique Perro Bermúdez los bautizó como "dardos envenenados". Y es que, futbolísticamente, lo eran: ya fuera porque pudiera asistir a un compañero o porque su tiro acabara entre las redes. Su estilo de juego era elegante, inteligente; ideal para aquellos entrenadores que apuestan por el protagonismo de sus equipos. Además, era un sólido y confiable cobrador de penales.

En Alemania 2006, tras lo mostrado en la Copa del Mundo, fue fichado por el Stuttgart de la Bundesliga. Aunque tenía 30 años, se fijaron en él y respondió de manera excepcional: al año siguiente se coronó campeón de liga, un hito que toma más relevancia cuando se analiza la hegemonía casi perpetua del Bayern Múnich (el Bayer Leverkusen rompió este año una racha de once títulos por parte los muniqueses). Con todo ese historial en sus hombros, Pardo es una voz más que autorizada para hacer un diagnóstico sobre la actualidad de la Selección Mexicana.

El exjugador dio una entrevista a ESPN en la que soltó una potente frase: “Lo único que no le veo a la Selección es esa pasión, ese orgullo de representar a México; eso es lo que veo desde afuera”, dijo al programa Ahora o Nunca. Pardo igualmente expuso que el proyecto actual de Jaime Lozano tendrá momentos como la goleada ante Uruguay del miércoles pasado, pues son los riesgos que se toman cuando hay un cambio o cuando un proyecto es fijado a largo plazo (con jugadores nuevos).

“Muchas veces decimos que en México no hay proyectos, que en México no se le da continuidad a algo, y cuando se le da continuidad se van a tener este tipo de cosas. Esa parte es mi opinión: o eres muy malo o a veces eres muy bueno. Hay que mantener un equilibrio y eso no lo mantenemos en México". Y como ejemplo puso a Estados Unidos, que ahora le ha tomado una evidente ventaja al Tri, pero que en 2017 quedó fuera de la Copa del Mundo de forma insólita. Desde entonces, pusieron manos a la obra en proyectos de larga duración que ya les han dado resultados y que todavía podrían tener más frutos en el futuro.

En ese sentido, expresó su apoyo al actual timonel: “Muchas veces se habla de los resultados, de las formas; entonces creo que este proyecto hay que sostenerlo. Si se tomó la decisión hay que aguantar”. El momento parece ser más tenso que nunca para Lozano, que ganó la Copa Oro del año pasado, ante Panamá, pero luego perdió la Liga de las Naciones contra Estados Unidos. El funcionamiento no ha evolucionado. Y las críticas no cesan: primero por darle cabida todavía a los jugadores de la vieja guardia y ahora, justamente, por tener una base de elementos nuevos.

México tendrá que lidiar contra el pesimismo que ellos mismos han provocado y que se potenció a partir de la decisión de emprender un repentino cambio de generación. La goleada contra Uruguay fue una dura bofetada. En este Copa América, hay mucho en juego para el Tri, a pesar de que esté lejos de ser considerado un favorito para contender por el título: es el parámetro para medir en qué nivel se encuentra México a dos años de la Copa del Mundo que se jugará, parcialmente, en su casa. El optimismo es escaso, pero el proyecto está en marcha por más entredichos que genere.