Nos patearon de arriba a abajo. Noche de horror y espanto sufren los Marlins en Miami

Menos mal que el béisbol tiene esa sensación de memoria corta de un juego a otro porque los Marlins van a necesitar una buena dosis de olvido para dejar atrás lo sucedido el miércoles en la noche en el loanDepot park, cuando los Bravos cayeron encima de ellos, con esa fuerza más, y les robaron la esperanza del triunfo.

Quizá la historia del fracaso habría de comenzar con un Braxton Garrett que permitió horrores o, mejor dicho, le permitieron soportar un espanto de ofensiva para aceptar una derrota 14-6 a manos de los verdugos de siempre, los habituales de Atlanta.

“No hay mucho que decir salvo que nos pateó un buen equipo’’, comentó el manager Skip Schumaker.

“Este es una de esas noches que se deben olvidar rápido porque no hay mucho positivo que sacar de esta derrota. Tenemos que pasar pronto esta página’’.

Garrett se apuntaba como una de las historias más refrescantes en un abril positivo para los peces y llegaba a este partido con una efectiividad de 2.85, como soporte de una rotación que había perdido a dos puntales en Johnny Cueto y Trevor Rogers.

Pero la historia bonita se convirtió en una narración de horror cuando el zurdo aceptó un ataque de 11 carreras y 14 imparables, incluyendo cuatro cuadrangulares y un doble en apenas 4.1 entradas de faena, que elevaron su promedio de carreras limpias a 5.81.

“Nada me funcionó esta noche’’, reconoció Garrett.

El jardinero central de los Bravos Michael Harris II celebra con sus compañeros de equipo tras pegar un jonrón en el segundo inning del partido ante los Marlins, celebrado el 3 de mayo de 2023 en Miami.
El jardinero central de los Bravos Michael Harris II celebra con sus compañeros de equipo tras pegar un jonrón en el segundo inning del partido ante los Marlins, celebrado el 3 de mayo de 2023 en Miami.

“Mis envíos no rompían como yo quería, el cambio no podía dominarlo. No estoy contento con mi trabajo. Debo seguir aferrado a mis rutinas. Ese es un buen equipo, con buenos bateadores, pero nada me funcionaba’’.

Un grand slam de Marcell Ozuna disparó las alarmas en la misma primera entrada, pero cuando el propio exjugador de los Marlins sonó otro palo de vuelta entera en el tercero quedaba claro que Garrett era una pobre víctima en el matadero del box, porque nadie calentaba en el bullpen.

Impotente para poder controlar la avalancha que lo arrastraba pendiente abajo, Garrett hacía lo posible por dar la impresión de que una mejoría era posible, pero entre los dos jonrones de Ozuna, otro de Michael Harris II y, claro está, el indispensable de Ronald Acuña Jr., la agonía del serpentinero era evidente, hasta que al fin alguien se levantó a calentar entre los relevistas.

Cuando finalmente Schumaker salió del dugout, una mezcla de alivio y pena se reflejaba en el rostro de Garrett, quien probablemente nunca se había visto sobrepasado de esta manera y que ahora deberá buscar bien profundo dentro de sí para reagrupar sus fuerzas.

Los dos mejores peloteros de abril en la Liga Nacional están en Miami, pero con uniformes diferentes

Miami, que no pudo facturar una carrera el martes en la noche, esta vez se dio el lujo de pisar la goma en seis oportunidades, pero como todo en la vida, el béisbol también vive entre el momento y las circunstancias, de modo que esa manifestación ofensiva que incluyó 11 indiscutibles, con un vuelacercas de Jesús Sánchez, sirvió de bien poco ante el ejercicio de tierra arrasada de los Bravos.

Con todo lo positivo que haya dejado abril, mientras Miami no demuestre que puede vencer a un club como Atlanta de manera consistente siempre quedarán dudas sobre su capacidad para competir en el Este de la Liga Nacional y la muestra, hasta ahora, no deja espacio para la esperanza.

Para el momento en que Ozzie Albies sacaba la quinta pelota del parque para los Bravos la mayoría de los 10,428 aficionados que pagaron boletos -casi todos seguidores de los Bravos- se habían marchado a casa confiados de que un regreso de los Marlins era algo que no superaría el horror de la noche.

Para el momento en que Jacob Stallings, el receptor titular, sacaba los tres últimos outs actuando como lanzador, se respiraba en el ambiente esa calma incómoda después de la derrota, pero por suerte esto es béisbol y este jueves habrá una oportunidad de desquite.

Desafortunadamente, los Bravos siguen en La Pequeña Habana.