El paso a paso para conseguir una beca para estudiar en Estados Unidos: viajan cientos de argentinos por año
Su calidad académica universitaria, sumada a la posibilidad de tener un título con validez internacional y la experiencia del intercambio cultural hace que cada vez más jóvenes miren a los Estados Unidos como un lugar para continuar sus estudios de grado y posgrado. Pero, claro, la diferencia por el tipo de cambio y los altos costos educativos es una barrera que pocas familias pueden sortear localmente. Sin embargo, existen becas especiales para determinados talentos que les puede permitir hacer realidad este sueño.
Entre las aventureras argentinas que se animaron a transitar esta experiencia se encuentra María Agustina Tucceri, de 19 años. Oriunda del barrio porteño de Núñez se enteró de esta alternativa porque una exjugadora de su club de hockey, la contactó por Instagram contándole sobre la posibilidad de estudiar en universidades estadounidenses.
“Cuando cumplió 18 años nos contó sobre ese mensaje que recibió y nos dijo que quería intentarlo. Aún había aislamiento social por la pandemia así que comenzamos a tener charlas virtuales con Playpro Global, una agencia que ayuda en todo el proceso. Lo que planteamos desde el inicio es que Agus necesitaba una beca del 100 por ciento y que la universidad elegida fuese buena en ingeniería”, recuerda María Carolina Scaricabarozzi, de 48 años, madre de Agustina.
Finalmente, luego de evaluar diferentes alternativas, Agustina y su familia terminaron eligiendo Temple University, una universidad ubicada en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos. Allí está cursando la carrera de Ingeniería Civil Ambiental, hace un año y medio. “Estoy atravesando una hermosa experiencia porque todo el equipo de hockey es un amor. Están siempre ahí para mí. Además, desde el punto de vista académico, siempre tenemos tutores que nos ayudan con las materias; y la entrenadora también está siempre disponible para lo que necesitamos”, resume Agustina.
El caso de Serena Mailhe Tuñas, de 18 años, fue diferente. Su mamá, Marisa Laura Tuñas, de 46, se enteró a través de un compañero de trabajo sobre las becas. “Cuando se lo conté a Sere se entusiasmó mucho y comenzamos este proyecto hace un año y medio. El año pasado fuimos a un showcase o evento que hacía una agencia en la provincia de Córdoba porque sabíamos que vendrían muchos entrenadores desde Estados Unidos. Eran 100 chicas, aproximadamente, de las cuales quedaron seis seleccionadas y, entre ellas quedó mi hija”, relata con entusiasmo Marisa.
En esta oportunidad quien mostró especial interés en Serena, otorgándole una beca del 100 por ciento, fue la Universidad Estatal de Michigan. Se trata de una gran universidad que cuenta con 50.000 alumnos y más de 250 carreras universitarias. A fines del año pasado esta estudiante y sus padres firmaron el contrato y está allá desde el pasado 4 de julio. “Aunque la temporada empieza en agosto, le dieron la oportunidad de hacer una pretemporada para afianzarse y conocer a su equipo. Es una gran experiencia para chicos, pero deben destacarse tanto en el deporte como en el ámbito académico. Esta universidad cuesta US$50.000 por año, monto que sería impagable para nosotros en el contexto económico que estamos viviendo en la Argentina”, agrega Marisa.
Serena dice con entusiasmo que en unos días comenzará la carrera de publicidad. “Por ahora estoy haciendo un curso de verano. Me asombraron todos los recursos que tienen en esta institución, desde el material de entrenamiento hasta la cantidad de personas en su staff que nos ayudan. Estoy rodeado de gente todo el tiempo. ¿Qué extraño? La cultura de la Argentina, la comida, la familia y los amigos. Pero es una linda experiencia”, sostiene.
Paso a paso
Varias universidades de los Estados Unidos tienen un cupo de becas reservados para atraer a jóvenes deportistas tanto de su país como del exterior. Los interesados en estudiar en alguna de estas instituciones educativas podrían consultar, por iniciativa propia, cómo es el proceso y aplicar para conseguir una beca; pero otra forma de hacerlo es a través de una agencia que colabora en todo el proceso. Existen varias alternativas, entre las más reconocidas se encuentran: Playpro Global, fundada en Uruguay; y Campsa, compañía argentina. Estas empresas realizan eventos o “showcase” en varias provincias de nuestro país. Ahí los aspirantes participan de jornadas deportivas y juegan frente a entrenadores o coaches de universidades norteamericanas para reclutar talentos.
“Nuestra propuesta es que los chicos que realizan deportes, en cualquier disciplina, reciban una beca en universidades de los Estados Unidos. Deben tener un talento en un deporte y además reunir condiciones académicas suficientes. Las becas que se otorgan pueden ser parciales o totales, dependiendo cada caso”, explica Sebastián Fraga, fundador y CEO de Campsa.
Esta empresa suele hacer eventos en Buenos Aires, Córdoba, Salta, Mendoza y Rosario. Los interesados deben inscribirse y pagar US$80 para poder participar. “Antes de que abonen ese monto nosotros hacemos un análisis de su perfil deportivo y académico para que realmente su inversión tenga una contraprestación real. Durante ese evento vienen entrenadores de universidades que cuestan entre US$25.000 y US$50.000 al año. Los porcentajes de becas pueden variar, generalmente el promedio que se otorga es del 55%, pero suelen darse becas del 25% al 85%. El saldo restante debe pagarlo la familia. Hay casos que reciben beca total, pero son chicos con altísimas condiciones deportivas y académicas. Además, su promedio en el colegio secundario debe ser mayor a 8 y debe tener excelente manejo del idioma inglés”, explica Fraga.
El pago para ir al evento de Campsa les incluye el armado del perfil deportivo y académico del estudiante, la filmación del evento y un video con los cortes de las mejores jugadas de cada estudiante. “Hay entrenadores que viajan a la Argentina a ver de manera presencial a los jugadores y otros que ven el evento vía streaming. Además todos los videos se suben a nuestro canal de YouTube para que otros entrenadores puedan verlos después. Luego los coach acercan propuestas de beca a los jugadores y sus familias. Cada chico puede recibir uno, dos, tres, cinco, siete o diez ofrecimientos de beca. Y nosotros nos sentamos con cada una de las familias y los estudiantes a analizar cuál es la propuesta que mejor se adecua a las potencialidades y realidades familiares. Esto depende de la ubicación, la propuesta, el prestigio de la institución y el saldo total a pagar, en términos del presupuesto familiar y su condición socioeconómica”, enumera Fraga.
“Una vez seleccionada la universidad trabajamos con la familia en el proceso internacional de admisión. Los ayudamos con toda la documentación, la preparación de los exámenes internacionales, la documentación necesaria para hacer la demostración financiera y, en última instancia, colaboramos en el proceso de visado. Todo eso, desde que los chicos se inscriben al programa y terminan efectivamente en el destino, es un proceso que normalmente va a llevar de seis a doce meses de trabajo entre el equipo de Campsa y la familia”, agrega.
La metodología de Playpro Global es similar. “Siempre les digo a las familias que del abanico enorme de posibilidades deben hacer un filtro para ver cuáles son las más realistas para cada caso. Hay que analizar a cada aspirante para ver cuáles son sus cualidades como deportistas y como estudiantes, cuál es su nivel de inglés, qué carrera quiere estudiar y cuál es el presupuesto que tiene la familia para encarar el proyecto”, cuenta Paolo Verzeri, director de esa compañía.
Otro tema importante, según Verzeri, es el tiempo que hay para trabajar con los chicos. Si comienzan a los 15 años hay tres años para ayudarlos a adquirir diferentes herramientas académicas y para la preparación deportiva. A los 18 o 19 años tienen menos tiempo para prepararse.
Perfiles buscados
Entre los entrenadores que vienen año tras año a nuestro país en busca de jóvenes talentos se encuentra Néstor Rosorio, de 51 años. Él nació en la provincia de Entre Ríos y hoy ocupa el cargo de director deportivo de Walla Walla University, en el estado de Washington. “Buscamos estudiantes que tengan mucho talento deportivo y un promedio de calificaciones superior a 8. Acá si los estudiantes no tienen buenas notas no pueden seguir participando en los programas de deporte. ¿Qué se destaca de los estudiantes argentinos? Creo que nuestra cultura nos hizo reponernos ante la adversidad y esa resiliencia la vemos tanto en el terreno de juego como en las aulas. Además, los jugadores tienen mucho talento”, dice Rosorio.
En Walla Walla University cada deporte tiene un límite de becas y las ayudas totales rondan el 60 o 70% del costo total de la carrera.
Otra institución que busca estudiantes locales es la Universidad Wesleyan, de Carolina del Norte. En este caso el 20% de los estudiantes son internacionales y provienen de 40 países diferentes. “Tenemos más de 40 estudiantes argentinos; 20 de ellos son jugadores de fútbol. Eso hace que el cambio sea más fácil para los chicos que eligen nuestra institución. Además, nuestro departamento de servicios para estudiantes internacionales es uno de los mejores del país”, revela Mark Bowman, de 32 años, el entrenador en jefe de esta universidad.
Kyle DeSandes-Moyer, entrenadora de Kent State University, también cuenta que su universidad se interesa por los estudiantes argentinos. Ella destaca la gran diferencia que existe entre el deporte en su país y el sistema de clubes argentinos. “Es muy diferente porque las chicas y los chicos argentinos son miembros de sus clubes durante toda su vida y realmente pasan mucho tiempo jugando. Eso crea un gran sentimiento de comunidad en torno a este deporte”, reflexiona.
Otro compatriota que también tiene la tarea de reclutar para una universidad estadounidense es Genaro Fessia, de 41 años, quien fue uno Puma, parte del seleccionado argentino de rugby. “Actualmente soy Associate Head Coach en Belmont Abbey College, en Carolina del Norte. En nuestra universidad la beca es un porcentaje por mérito académico y otro porcentaje de la beca es por mérito deportivo. ¿Por qué buscamos estudiantes argentinos? Es que somos personas muy flexibles, sociables y fanáticos del deporte que practicamos. Eso es un plus para la universidad, porque sabe que estudiantes argentinos contará con personas que van a dar todo lo que tienen a su alcance para defender los colores de la camiseta que le toque jugar”, reconoce.
Deportes más populares
El fútbol masculino y femenino; el hockey femenino y el rugby masculino son los más populares y, por eso, los que suelen tener más cantidad eventos por parte de las agencias. La cantidad de participantes a estos encuentros rondan los 80 a 100 por showcase.
Estas clínicas se dividen por disciplina y son organizadas por cada agencia. Se suelen hacer dos o tres al año de fútbol masculino y femenino, de rugby y hockey, y se anuncian en las redes de cada compañía.
Hay otros deportes menos populares como tenis, golf y básquet, que no suelen tener eventos propios por la poca cantidad de personas que asisten. “En esos casos trabajamos con los estudiantes a través del reclutamiento virtual, es decir, el chico genera un video con sus mejores jugadas y a partir de ahí armamos el currículum deportivo. Luego lo pasamos a muchos entrenadores y esperamos los ofrecimientos de becas”, cuenta el CEO de Campsa.
En relación con la cantidad de argentinos que van a estudiar a Estados Unidos, Fraga asegura que desde su agencia suelen ir cerca de 150 becados por año. Es interesante lo que cuenta sobre los deportes más demandados. Según él hace algunos años era el fútbol, pero en el último tiempo se incrementó el interés por jugadores de rugby. “El hockey y el resto de los deportes se mantuvo constante. Tanto rugby como hockey y fútbol son los deportes donde muestran mayor interés para enriquecer sus ligas con talentos argentinos”, aclara.
Cuestión de dinero
Aunque las agencias cobran por la inscripción a los encuentros deportivos recién ganan una suma importante cuando los estudiantes viajan hacia la universidad. Por eso se esfuerzan mucho para que los deportistas puedan finalizar el proceso. “Decimos que nuestro programa es de triple win porque de concretarse ganan las tres partes: el entrenador universitario, porque consigue el jugador que estaba buscando; el estudiante y su familia, porque logran una beca en una universidad de Estados Unidos o Canadá; y nosotros, porque cobramos una comisión en función de la beca que se consigue. Cuanto más alta es la beca que conseguimos, más alta es nuestra comisión. La mínima es de US$1600 y la máxima es de US$ 3600 dólares”, dice Fraga.
“Una vez que la familia esté de acuerdo con nuestro feedback sobre el perfil del estudiante y sus posibilidades, firmamos un contrato y comenzamos a trabajar. El pago inicial es del 10% de la tarifa y el 90% restante se paga cuando la chica o el chico firme con una universidad”, resume Verzeri.
Ante la pregunta sobre el incremento de aspirantes argentinos a este tipo de experiencia, Fraga sostiene que si bien hay mayor volumen de chicos que consultan después no se ve reflejado en la cantidad que participan de los distintos eventos. “Generalmente no todos reúnen las condiciones o los requisitos suficientes para hacerlo y en ese sentido no se ve un crecimiento significativo”, responde.
En el caso de Playpro Global, cuando hacen la devolución de posibilidades o feedback, las familias deben pagar US$250 a la agencia para que comiencen a trabajar en armando el perfil y en conseguir universidades. Luego deberán parar US$ 2.600 solo si consiguen la beca.
Pero además del pago a la agencia existen otros costos que hay que tener en cuenta. Entre ellos están las traducciones de la documentación que cuestan entre US$30 y US 60; el costo del examen internacional, el de Duolingo tiene un valor de US$55 y el TOEFL US$195. Luego hay que pagar la visa de estudiante US$560 (todos los trámites), el registro en la liga deportiva cuyo valor es entre US$100 y US$150, dependiendo de la liga. Si es transfer, es decir que empezó a estudiar en la Argentina, pero terminará su carrera en Estados Unidos, la evaluación de créditos cuesta entre US$200 y US$300. Si la beca no cubre seguro médico, el valor es de entre US$500 a US$1900 (dependiendo lo que solicite la universidad).
También deben contemplarse los pasajes porque hay algunas becas que los cubren y otras no. Por otro lado, también hay que tener en cuenta si se cubren los gastos del estudiante. Algunas becas dan a los estudiantes hasta US$ 3000 por semestre.
“Sé que la economía es una gran muralla que puede impedir que las familias argentinas envíen a sus hijos a universidades estadounidenses, pero aquellas que puedan hacerlo deberían animarse. Los chicos crecerán un montón, conocerán personas de diferentes países y tomarán contacto con otras culturas. Son experiencias que los enriquecerán como persona y los harán tomar decisiones desde otro punto de vista, con más madurez. Lo digo por experiencia propia”, finaliza Fessia.