De paseo por Palermo

Comer y comprar, el combo perfecto con el que aguarda este barrio tan amado por turistas y locales. Beneficios para disfrutarlo de la mano de Club LA NACION.
Comer y comprar, el combo perfecto con el que aguarda este barrio tan amado por turistas y locales. Beneficios para disfrutarlo de la mano de Club LA NACION.

Amado por los locales y festejado también por turistas de todo el mundo, hace rato que Palermo es un destino internacional. Es que combina las tendencias más novedosas y cool mundiales con parte del encanto porteño de antes, que se esconde en sus calles adoquinadas y sus casonas centenarias. Y en época de árboles amarillos y rojos que pueblan sus veredas, ¿cómo no amar un paseo por este barrio? Club LA NACION invita a disfrutarlo con la credencial siempre a mano.

Quizás el combo que mejor describa las propuestas comerciales del barrio sean comer + comprar. Y en esa línea se inscribe este circuito, que puede empezar dándose una vuelta por el reino del bienestar que propone Natura, marca embajadora de la belleza armónica y en comunión con la naturaleza. Sus productos se nutren de los ingredientes más frescos de la selva amazónica, y ofrecen desde maquillaje a cremas para skincare.

Si el plan es comprar algo para la casa, este invierno Arredo ofrece una propuesta para disfrutar más que nunca el tiempo puertas adentro. Acolchados, frazadas y mantas en tonos neutros y sentadores pueden acompañar los días más frescos. Y también cuentan con opciones de baño, cocina y decoración en general.

El shopping puede continuar en Equus, una empresa familiar con casi 40 años de historia, que se caracteriza por crear prendas de calidad para toda edad. Esta temporada ofrecen desde camperas infladas y mega abrigadas a chinos en azul, gris, verde y mostaza, aptos para el fin de semana o la oficina.

Para este momento, es posible que haya atacado el hambre. ¿Qué tal pensar en unas pastas calentitas hechas por manos expertas? Eso mismo ofrece Fresca Laboratori de Pasta, cuya planta de producción es de nivel internacional, y desde donde despachan delicias como linguine ragú al nero di seppia, con un toque de vino blanco en tinta de calamar.

El postre, por supuesto, se come en Freddo, donde renovaron la carta y este invierno proponen variedad para todos los paladares. Por caso, más allá del clásico helado que los hizo tan famosos, probar el affogato puede ser un viaje de ida: preparado con el helado que se desee (lo más recomendado es vainilla o crema americana), se deja un espacio en el centro para derramar un shot de espresso. Un mix de temperaturas más que interesante.

Finalmente y para cerrar el día palermitano con una rica cena, Tea Connection está cerca, con un salón relajado y un menú tan delicioso como saludable, que cambia con cada estación para abarcar los ingredientes más frescos y naturales de la temporada. Será el lugar ideal para coronar una jornada en uno de los barrios más reconocidos del mundo.

Un recorrido completo