El partido gobernante de Corea del Sur apoya la destitución del presidente, que se niega a renunciar por la ley marcial

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, se dirige a la nación desde la Oficina Presidencial en Seúl, Corea del Sur, el 7 de diciembre de 2024.

El partido gobernante de Corea del Sur respalda los intentos de destituir al asediado presidente Yoon Suk Yeol por su desafortunada decisión de declarar la ley marcial, que desencadenó una crisis política y la ira generalizada de la opinión pública del país.

El anuncio se produjo momentos antes de que Yoon pronunciara este jueves un desafiante discurso en el que intentó justificar su controvertida decisión de declarar la ley marcial y rechazó los crecientes llamamientos de todo el espectro político para que renuncie.

El Partido del Poder Popular (PPP, por sus siglas) se había negado inicialmente a apoyar la destitución, esperando que Yoon renunciara a su cargo. Pero sus dirigentes afirmaron que los intentos de persuadirlo no habían dado resultado.

“Intentamos encontrar un camino mejor que la destitución, pero ese otro camino no es válido”, declaró Han Dong-hoon, líder del partido. “Suspender al presidente de sus funciones mediante el juicio político es la única vía por ahora, para defender la democracia y la república”.

El principal partido de la oposición, el Partido Democrático, está preparando una nueva moción de juicio político contra Yoon, cuya votación se espera para este sábado. El pasado fin de semana, el presidente sobrevivió a un intento de destitución cuando los miembros del PPP boicotearon la votación.

Pero después de que su partido apoyara la destitución, Han dijo que los legisladores del PPP eran ahora libres de votar según su “creencia y conciencia”.

“Creo que los miembros de nuestro partido votarán por el país y el pueblo”, afirmó.

Crecen los llamados a la dimisión de Yoon

El revés del PPP de este jueves aumenta drásticamente la presión sobre Yoon y la probabilidad de que el próximo intento de destitución tenga éxito.

Yoon se enfrentó a crecientes peticiones de renuncia desde que declaró la emergencia militar el 3 de diciembre, acusando al principal partido de la oposición de “actividades antiestatales”, simpatizar con Corea del Norte y bloquear leyes y presupuestos.

El sorpresivo anuncio nocturno, que fue bloqueado por los legisladores a las pocas horas, fue recibido con conmoción e indignación en todo el país, que sigue profundamente marcado por la brutalidad de la ley marcial impuesta durante décadas de dictadura militar antes de ganar una larga y sangrienta lucha por la democracia en los años ochenta.

Las dramáticas escenas de esa noche mostraron a las fuerzas de seguridad rompiendo las ventanas de la Asamblea Nacional para intentar impedir que los legisladores se reunieran, y a manifestantes enfrentándose a la Policía antidisturbios.

En los días transcurridos desde entonces, la presión sobre Yoon ha aumentado, con manifestantes y figuras de la oposición exigiendo su destitución, y el apoyo vacilante incluso dentro de su propio partido y de las fuerzas armadas.

La Policía abrió una investigación contra Yoon y otros altos cargos por presunta traición. El martes, los legisladores aprobaron la creación de un consejo especial para investigar si Yoon cometió insurrección y abusó de su poder al decretar la ley marcial. También se le prohibió a Yoon salir del país.

Al día siguiente, la Policía surcoreana allanó el despacho presidencial, según confirmó a CNN un funcionario de seguridad presidencial.

La semana pasada, la fiscalía surcoreana detuvo al exministro de Defensa Kim Yong-hyun, quien supuestamente recomendó la imposición de la ley marcial y dimitió a raíz del escándalo. Kim intentó acabar con su propia vida bajo custodia a última hora de este martes, según el jefe del servicio penitenciario del país.

Yoon promete luchar

En el entorno político surcoreano, cada vez más partidista, Yoon ha acusado a la oposición, liderada por el Partido Demócrata, de ser excesivamente blanda con Corea del Norte, algo que ellos niegan.

En su discurso de este jueves, Yoon presentó su breve declaración de ley marcial como un intento de romper el estancamiento político, al tiempo que acusó a la oposición de “ponerse del lado de Corea del Norte, atacando al gobierno que se esfuerza por responder” a los lanzamientos de globos de basura al Sur, el armamento nuclear ilegal y las amenazas de misiles de Pyongyang.

“No sé a qué país pertenece el partido y a qué país pertenece la Asamblea Nacional”, dijo Yoon.

Yoon, exfiscal e incendiario conservador, ha pasado dos años difíciles en el cargo. Se ha enfrentado a una caída en picado de su índice de aprobación por cuestiones económicas y a una serie de escándalos relacionados con su esposa y sus nombramientos políticos, que han provocado peticiones de dimisión.

En los últimos meses, el estancamiento del Parlamento le ha impedido avanzar en la legislación para reducir los impuestos y suavizar la normativa empresarial, mientras sus principales rivales del Partido Demócrata utilizaban el poder legislativo para destituir a miembros clave del gabinete y frenar un proyecto de ley presupuestaria.

A pesar de que su control sobre el país es cada vez más tenue, Yoon se ha mantenido desafiante.

“Lucharé hasta el último momento con el pueblo”, dijo Yoon en su discurso de este jueves.

“Pido disculpas de nuevo a la gente que haya podido verse sorprendida y nerviosa por la efímera ley marcial. Por favor, confíen en mi apasionada lealtad hacia ustedes, el pueblo”.

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