Raúl Castro refuerza artillería ideológica del Partido y alerta a cubanos sobre intenciones de EEUU
Por Frank Jack Daniel y Nelson Acosta LA HABANA (Reuters) - El presidente de Cuba, Raúl Castro, advirtió el sábado que Estados Unidos está decidido a poner fin a la revolución, a pesar del restablecimiento de relaciones y la visita del mandatario Barack Obama, y afirmó que el país comunista mantendrá su modelo de partido único como arma para defender su sistema socialista. Castro inauguró el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, que se propone examinar durante cuatro días el lento ritmo de las reformas de mercado y cómo será el futuro sin los octogenarios líderes que guiaron al país desde la Revolución de 1959 hasta un cauteloso acercamiento con Estados Unidos. "Debemos estar alertas, hoy más que nunca", dijo Castro, hablando frente a un retrato gigante de su hermano Fidel, quien guió al gobernante partido formalmente hasta el 2006, cuando renunció a todos sus cargos, incluyendo el de secretario general, debido a una enfermedad intestinal. Raúl Castro, quien reemplazó a Fidel en la presidencia del país en 2008, dijo que la oposición de Obama a las sanciones económicas contra Cuba es "sólo un cambio de método", en alusión a los esfuerzos de Washington para traer un cambio político en la isla desde que los hermanos Castro derrocaron a un gobierno proestadounidense en 1959. La reunión de 1.000 delegados, que durará hasta el martes, es el primer congreso del Partido Comunista en cinco años y el primero también desde que el Raúl Castro y Obama anunciaron que trabajarían por normalizar las relaciones tras más de cinco décadas de hostilidades. El líder cubano dijo que sigue convencido de los beneficios mutuos que representa el mejoramiento de las relaciones con Washington, y apuntó que La Habana está comprometida con el deshielo, pero dejó claro que no cree que la promesa de Obama no imponga cambios políticos y económicos en la isla caribeña. "Los objetivos son los mismos, sólo los métodos han cambiado", agregó. Señaló, asimismo, que las políticas migratorias de Estados Unidos fomentan la deserción de cubanos y son "un arma contra la revolución". "Estas prácticas no se corresponden con el declarado cambio de política hacia Cuba y generan dificultades a terceros países", destacó. La emigración de cubanos en busca del "sueño americano" se ha incrementado desde 2014 tras la distensión entre ambos países. Estados Unidos otorga la ciudadanía y otros beneficios a los cubanos tan pronto tocan tierra estadounidense, circunstancia que está causando una crisis de migrantes cubanos por Centroamérica en tránsito hacia Florida. "La función clave del Congreso es un mensaje de que la visita de Obama no ha cambiado nada. Disminuye expectativas", dijo Bert Hoffman, experto en América Latina en el Instituto Alemán de Estudios Globales y de la Región. Castro reiteró el compromiso del país con las reformas y dijo que deben ser implementadas con mayor rapidez. Pero advirtió que esto no implica la "restauración del capitalismo", citando como modelos a China y Vietnam. Además, subrayó que la propiedad social sobre los medios de producción prevalecerá sobre la propiedad privada, aunque elogió al mismo tiempo la creciente cifra de personas que trabajan como "cuentapropistas". Durante su viaje a Cuba, Obama pasó horas dialogando con un grupo de trabajadores privados. "No somos ingenuos, ni ignoramos la influencia de poderosas fuerzas externas que apuestan a lo que llaman el empoderamiento de las fuerzas no estatales de gestión con el fin de generar agentes de cambio para acabar con la Revolución (...)", dijo. En su discurso de dos horas y media, el presidente cubano no dio pistas sobre qué reformas serán implementadas en el futuro, aunque destacó que el Gobierno trabaja en la eliminación de la dualidad monetaria, una de las medidas más complejas que obstaculiza la economía doméstica. Los principales líderes cubanos comenzaron sus carreras como jóvenes guerrilleros que derrocaron a un gobierno respaldado por Estados Unidos en 1959, mientras que años después repelieron una invasión de mercenarios apoyados por Washington en Bahía de Cochinos, en la región occidental de Cuba. "Si lograran algún día fragmentarnos sería el comienzo del fin en nuestra patria, de la revolución, del socialismo y la independencia nacional", agregó ante el aplauso de los militantes comunistas reunidos en el centro de convenciones de La Habana. El Partido Comunista ha implementado sólo una quinta parte de las reformas que adoptó en 2011 y los cubanos están ansiosos por ver más resultados, como la unificación monetaria y el fin del monopolio del Gobierno sobre las importaciones y exportaciones. (Reporte adicional de Marc Frank; editado por Javier López de Lérida y Carlos Serrano)