Termina el paro en Aerolíneas: más de 300 vuelos y 37.000 pasajeros afectados
Desde el viernes al mediodía, y hasta las 12 de este sábado, los pilotos y trabajadores aeronáuticos de la Asociación Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) encabezaron una medida de fuerza en Aeroparque y Ezeiza por la que se vieron afectados 319 vuelos y más de 37.000 pasajeros. En este contexto, el gobierno de Javier Milei redobló la apuesta y aseguró a los trabajadores que “el aumento que se les puede dar es 0%”.
Se trató de la séptima huelga y la más larga desde el inicio del conflicto entre los sindicalistas aeronáuticos y la empresa estatal: mientras los gremios reclaman un aumento salarial de al menos 25%, el último ofrecimiento de Aerolíneas Argentinas fue un 10,8%. A su vez, volvió a discutirse la privatización de la firma. Los gremios entienden que ese es el objetivo detrás de la escalada del conflicto. Pese a que el Gobierno quitó a la compañía estatal de la lista de empresas a privatizar cuando buscó la aprobación de la Ley Bases, en junio de este año, el presidente de la firma, Fabián Lombardo, planteó que hay “compañías internacionales” interesadas en comprarla. Y unos 20 diputados de Pro presentaron a su vez un proyecto para privatizarla.
Por otro lado, también se sumaron al paro, con asambleas escalonadas, la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) que afectaron a la empresa Intercargo, que presta servicios de rampa para las low cost Flybondi y Jetsmart. La primera trasladó todas sus operaciones al Aeropuerto Internacional de Ezeiza hasta las 15, ya que allí no dependen de esa firma. “Flybondi continúa operando desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Esta decisión ya permitió que más de 15.000 personas pudieran realizar sus viajes. Sin embargo, el traslado de más de 60 vuelos, entre el viernes y hoy, genera un impacto económico y esfuerzo operativo que la compañía afronta por causas externas y que no es sostenible en el tiempo si la conflictividad gremial se agudiza”, precisó a través de un comunicado la empresa. A partir de las 15 horas retomaron la operación desde y hacia Aeroparque.
En tanto, desde JetSmart contestaron que todos sus vuelos operaron sin cancelaciones aunque ayer debieron modificar el horario de 14 vuelos domésticos e internacional por el impacto de las medidas gremiales de los empleados de Intercargo, afectando a unos 2600 pasajeros. Hoy, los vuelos operaron según su programación habitual y salieron tanto de Ezeiza como de Aeroparque. Por último, las consecuencias también llegaron a la aerolínea Latam. “Debido a las asambleas llevadas a cabo por Intercargo en distintos puntos del pais se demoraron tres vuelos en Buenos Aires (dos en Aeroparque y uno en Ezeiza) y cancelaron un vuelo desde Córdoba a Santiago”, dijeron a LA NACION.
Aerolíneas estimó que el costo económico del paro superará los 2,5 millones de dólares, “producto de la pérdida de ventas, multas, compensaciones, hotelería, traslados, comidas y gastos derivados.en vez del daño directo a pasajeros”. Desde las 00 de este sábado se cancelaron 62 partidas y 41 arribos en Aeroparque y Ezeiza , según confirmaron a LA NACION. Del total de afectados, unas 28.000 personas tenían planeados viajes dentro del país, otras 5.500 a destinos regionales y las restantes 3.500 al Caribe, Estados Unidos y Europa. A las 12.20 la firma de bandera retomó su funcionamiento y partió primer vuelo, con destino con destino a la ciudad de Mar del Plata (AR1608), en 24 horas.
En medio de la medida de fuerza, la Cámara de Compañías Aéreas en Argentina (Jurca) emitió un comunicado en el que manifestó su “preocupación” por la cantidad de vuelos afectados a raíz del paro de los servicios de rampa en Aeroparque y Ezeiza y consideró que es una medida “irrazonable” que afecta a miles de pasajeros. “Sólo atentan contra el desarrollo y la evolución de la industria aérea, uno de los principales motores de la economía del país, que permite la conectividad nacional e internacional y el transporte de carga”, indicaron.
Por ahora, de todos modos, el conflicto está lejos de solucionarse. Tanto desde AAA como UPSA contestaron a este medio que se reunirán el lunes para analizar las próximas medidas “Seguramente vamos a seguir profundizando el plan de lucha con asambleas, no descartamos una gran movilización y seguramente más medidas de fuerza”, afirmó Juan Pablo Brey, secretario de Aeronavegantes a LA NACION. A su vez, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) anticipó que realizará asambleas el 19 de septiembre, lo que podría generar nuevos problemas en el servicio para ese día.
La huelga en Aeroparque
Este sábado temprano, el Aeroparque Jorge Newbery tenía sectores de Aerolíneas Argentinas completamente vacíos. Los mostradores, que normalmente estarían llenos de pasajeros y actividad, permanecían en silencio, mientras las pantallas informaban sobre el conflicto gremial. La falta de movimiento se complementaba con la calma que reinaba en los pasillos, donde los empleados aguardaban la resolución del conflicto.
En el sector de embarque, los trabajadores permanecían sentados en sus puestos, bajo los carteles que anunciaban la continuidad de la huelga. La quietud era palpable, en contraste con el ajetreo habitual. Por otro lado, en esta terminal JetSmart operó con normalidad y sus filas de pasajeros llenaron un aeropuerto donde gran parte de los vuelos estaba cancelada.
Patricia, una pasajera afectada por las cancelaciones, contó en diálogo con LA NACION: “Mi hermana viene de Formosa, tiene una hija operada de la columna y vino para el tratamiento”. Con evidente frustración, continuó: “Yo vengo con mi hija, que está trasplantada de riñón, y hoy teníamos el pasaje para las 8, pero nos lo acaban de cancelar”. Para esta mujer la incertidumbre se intensifica, ya que su hermana dejó su habitación de hotel y ahora se encuentra sin lugar donde quedarse. “Ella tenía un hospedaje, pero ya entregó la habitación hoy a la mañana para volver a la provincia. Le cancelaron el vuelo y le dieron uno nuevo para el lunes a las 9, pero todo este domingo queda sin alojamiento”, explicó Patricia, quien agregó que se enteró de la cancelación en ese mismo momento. Al referirse a la situación, desde la aerolínea la respuesta fue limitada. “La empresa solamente le cambia el pasaje, nada más”, señaló la pasajera con preocupación.
A poco de la normalización, el sector de check in comenzó a atender a los primeros pasajeros, en su mayoría extranjeros, que se acercaron a las filas. Las valijas, que habían empezado a acumularse en un costado, fueron movidas por los mismos trabajadores de la aerolínea, quienes decidieron retomar algunas de sus tareas mientras aguardaban novedades sobre la situación.
En paralelo, la familia Torres, integrada por dos adultos y tres niños, enfrentaba una gran frustración tras la cancelación de su vuelo a Bariloche. Programado para las 11:30, se enteraron de que su viaje no se llevará a cabo debido al paro. “El vuelo está cancelado y tenemos todo pagado”, comentó el padre a LA NACION, mientras intentaba calmar a los pequeños que se mostraban desilusionados. La familia tenía el viaje organizado, desde el alojamiento hasta las excursiones, y ahora enfrenta la posibilidad de reprogramar sus vacaciones. “Nos costó mucho esfuerzo organizar todo y los chicos estaban ilusionadísimos. Solo esperamos que se pueda encontrar una solución pronto”, añadió la madre.
El paro en Ezeiza
Luego de un amanecer atípico en la zona de check-in de la Isla D del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, desde la que opera Aerolíneas Argentinas –que comenzó sin la presencia de usuarios y con las recepciones vacías– el registro de los pasajes de la línea aérea bandera comenzó a operar a partir de las 9. Según pudo constatar LA NACION con la empresa nacional, “todos los vuelos antes de las 12 fueron cancelados, por lo que se evitó acumulación de gente en la zona de embarque y, al mismo tiempo, que los vuelos programados para después del mediodía puedan salir en horario”.
Luisina tiene 42 años, es abogada y vive en Santa Fe. Había sacado un vuelo con destino final a Madrid (España) que incluía una escala en el Aeropuerto Internacional de Córdoba y otra en Ezeiza. “Cuando llegué a Córdoba me llegaron a reprogramar tres veces hasta que directamente me cancelaron el vuelo a Buenos Aires, por lo que tuve que tomarme un colectivo porque si no, perdía directamente el viaje”, explicó desde la fila de embarque de la Terminal A del aeropuerto de Ezeiza tras recibir la confirmación para su vuelo a las 13:30. “Nos avisaron que en un rato ya nos van a tomar las maletas, por lo que esperamos que no haya más inconvenientes”, comentó Luisina y, respecto a la postura de los aeronáuticos, dijo tener “sentimientos encontrados”.
Carlos es oriundo de la ciudad de Latacunga, ubicada a dos horas de Quito, Ecuador. Llegó al país este sábado a las 7 junto a su esposa. Es su primera visita a la Argentina y tiene dos boletos reservados para las 13.45 con destino a Ushuaia. “Nos prometieron que el vuelo iba a salir en horario. Nuestra mayor preocupación, en realidad, es la vuelta. Tenemos pasajes para volver a Buenos Aires el miércoles a las 9 de la mañana y no sabemos si nos vamos a topar con un nuevo paro que nos deje varados”, dijo.
Ese mismo horario de salida a la capital de la provincia más austral del país es el que le asignaron a Nancy Rosetti, de 42 años. Acompañada de su familia, explicó que el trato de Aerolíneas Argentinas “en todo momento fue impecable” con el fin de “evitar mayores inconvenientes” a raíz del conflicto sindical de los trabajadores aeronáuticos. “Teníamos el vuelo a Ushuaia para hoy a las 5, pero una vez que se anunció el paro, directamente desde la empresa se comunicaron con nosotros para ofrecernos la reprogramación para las 13.45, la cual aceptamos”, afirmó.
Carina, de 55 años, es empresaria y cuenta que su vuelo a Punta Cana (México) tenía una escala en Córdoba por la mañana y que fue reprogramado para las 15.30. “Estamos viendo si nos pueden asignar un vuelo que vaya directo”, respondió desde una de las ventanillas de atención al cliente de Aerolíneas Argentinas en compañía de su hija. Sobre la situación de la medida de fuerza de los aeronáuticos y el destino de la compañía estatal, consideró que “no hay que privatizarla, tiene que seguir siendo nacional, pero se necesita cambiar esta política gremialista porque causa mucho descontento y pérdidas económicas entre los usuarios”.
Desafío del Gobierno
Este sábado, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, tensó aún más la relación con los gremios y disparó: “El aumento que el Gobierno puede conceder es del 0%”. Del otro lado, los sindicatos hablan de una pérdida del 75% de su poder adquisitivo desde que asumió la administración libertaria.
“Tenés una empresa pública con pérdida, que puede cobrar el precio que quiere, y hay aerolíneas que compiten con ella que se manejan con capital privado. ¿Con qué derecho pueden pedir un aumento salarial? La empresa la tenés que manejar con eficiencia y no generando aumentos salariales a costa del contribuyente, que está cansado de eso. De ahí viene la firmeza del Gobierno en esta negociación salarial”, indicó Sturzenegger en una entrevista radial.
Además, informó que la esencialidad del sector aerocomercial tendrá vigencia desde el próximo lunes y que a partir de entonces deberá garantizarse como mínimo el 50% del servicio durante una medida de fuerza gremial, que asimismo se deberá anunciar con un mínimo de cinco días de anticipación.
En medio del conflicto, además, la firma estatal bajó de categoría los pasajes vacacionales para los pilotos de la empresa [de ejecutiva a económica] y despidió a tres comandantes que participaron de la protesta del viernes pasado por “inconducta laboral grave”.
Con información de Lucía Pereyra, Camila Súnico Ainchil y Manuel Casado