El Parlamento catalán activará un plazo de dos meses para investir a un presidente regional

Josep Rull (c), del partido independentista Junts per Catalunya, agradece los aplausos tras ser elegido nuevo presidente del Parlamento de Cataluña, en Barcelona, el 10 de junio de 2024 (Josep Lago)
Josep Rull (c), del partido independentista Junts per Catalunya, agradece los aplausos tras ser elegido nuevo presidente del Parlamento de Cataluña, en Barcelona, el 10 de junio de 2024 (Josep Lago)

El presidente del Parlamento catalán, Josep Rull, activará la semana próxima el plazo de dos meses para que algún candidato logre ser investido presidente de esta región española o, en caso contrario, se convocarán nuevas elecciones, después de que ningún postulante tenga todavía apoyos suficientes.

"Después de esta ronda de contactos he constatado que ningún candidato ha mostrado su voluntad de someterse a la investidura dentro de estos diez primeros días", explicó este miércoles Rull durante una breve comparecencia en Barcelona, desde el Parlamento de esta región escenario de una tentativa fallida de secesión en 2017.

Tras las elecciones catalanas del 12 de mayo, que vencieron los socialistas pero con necesidad de articular pactos para gobernar, el primer plazo para intentar una investidura finalizaba la semana próxima.

Pero tanto el candidato socialista, Salvador Illa, como el independentista Carles Puigdemont -cuya formación terminó segunda y también busca ser investido-, prefirieron no intentarlo al no tener todavía los apoyos necesarios.

Ambos partidos mostraron, sin embargo, su voluntad de proponer "un candidato a la investidura en el transcurso de los dos próximos meses", según explicó Rull, que el 26 de junio presidirá un pleno en el que firmará una resolución constatando la falta de postulantes y activará la cuenta atrás que estipula el reglamento.

"A partir de aquí, los dos meses (...) acaban el día 26 de agosto", agregó. En caso de que para entonces no haya ningún presidente investido, se convocarán nuevas elecciones regionales.

En los comicios catalanes de mayo, el Partido Socialista del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consiguió 42 de los 135 escaños de un Parlamento regional en el que el soberanismo registró sus peores resultados en décadas.

Pero, a pesar de su aumento de votos, Illa está obligado a tejer complejas alianzas para ser elegido.

Su preferencia es conseguir los apoyos de la izquierda radical, que ya forma parte del gobierno central (6 escaños), y de Izquierda Republicana de Cataluña, ERC (20). Aunque las exigencias de estos últimos parecen por el momento muy elevadas.

Los votos de ERC también son cortejados por Puigdemont (35 escaños), quien no renuncia a su ambición de regresar a Cataluña para recuperar el puesto que ostentaba hace seis años y medio cuando lideró la fallida secesión.

Su apuesta, sin embargo, parece muy complicada ya que ni siquiera agregando los dos diputados que logró Alianza Catalana -una nueva formación separatista de extrema derecha, con la que el resto de partidos aseguró que no pactaría-, el independentismo conseguiría la mayoría absoluta de 68 escaños.

Huido a Bélgica para eludir a la justicia española desde 2017, Puigdemont está pendiente de la aplicación de la ley de amnistía que aprobó recientemente el Parlamento español, y afirmó que regresaría para cuando se celebre el debate de investidura.

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