Lo que parecían ser gritos de una mujer eran finalmente los alaridos de un hombre intentando deshacerse de una araña

La situación se presentaba así: alguien llamó a la policía porque escuchó a una mujer gritar y ruidos de muebles arrojados al suelo… pero cuando la policía llegó no encontró lo que esperaba.

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Tras recibir un aviso por “violencia doméstica”, varios agentes se apresuraron a llegar a la dirección facilitada, en Wollstonecraft, Nueva Gales del Sur (Australia).

Algunos vecinos, preocupados, aseguraron haber oído a una mujer gritando y a un hombre diciendo que la iba a “matar”.

Los policías acudieron al lugar y pronto se dieron cuenta de que el incidente, afortunadamente, no era tan serio como temían.

El hombre que los recibió respiraba con dificultades y parecía bastante confundido mientras los agentes le hacían preguntas. En la página de Facebook de NSW Police Force publicaron la transcripción de la conversación para dar a conocer la historia completa:

Policía: “¿Dónde está su mujer?”
Hombre: “Mmm… No estoy casado”
Policía: “¿Dónde está su novia?
Hombre: “Mmm… No tengo”
Policía: “Nos han informado de que había una mujer gritando por un incidente de violencia doméstica, ¿dónde está?”
Hombre: “No sé de qué estás hablando, yo vivo solo”
Policía: “Vamos amigo, la gente lo escuchó decir con claridad que iba a matarla y oyeron ruidos de muebles tirados por el suelo. Vamos, dígame, ¿qué le ha hecho?”
Hombre: “Era una araña”
Policía “¿Disculpe?”
Hombre: “¡Era una araña, una muy grande!”
Policía: “¿Y los gritos de mujer?”
Hombre: “Sí, perdón, era yo. Es que odio profundamente a las arañas”

Al parecer el hombre había estado persiguiendo a la araña para atraparla con un recipiente. Los agentes comprobaron el escenario para asegurarse de que decía la verdad y, cuando vieron que era cierto, se lo tomaron con humor.

La araña debía ser enorme.

Foto: Thinkstock/Getty

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Por Andy Wells