Más que paradores: desde stand-up paddle hasta gastronomía de la región, las paradas obligadas que marcan tendencia en Bariloche

Fuegos de Patagonia, en Bariloche
Fuegos de Patagonia, en Bariloche - Créditos: @chiwifoto

SAN CARLOS DE BARILOCHE.– Con temperaturas máximas cercanas a los 30°C, los días de verano en esta ciudad invitan a salir hacia alguna playa. Turistas y locales copan los lagos Nahuel Huapi, Gutiérrez, Moreno, Mascardi y Steffen. Como anochece cerca de las 22, hay tiempo para todo: sol, trekking, stand-up paddle, stand up rafting, kayak, buceo, navegación, parapente, canopy, escalada, kite surf, mountain bike o rafting.

Y cuando empieza a bajar el sol, la mayoría busca relajarse viendo el atardecer con una cerveza o un trago en la mano. Si bien hay múltiples opciones (entre cervecerías, restaurantes y food trucks con vista al lago), dos propuestas se destacan entre los bares y paradores de playa: Mercat del Cirse y Cirse Club de Lago, en el kilómetro 14,5 de la avenida Bustillo, y Fuegos de Patagonia, en el kilómetro 12,9 de la misma calle.

Ambos proyectos surgieron como una respuesta a la pandemia. De hecho, los dos comenzaron en el camping Cirse y luego se desdoblaron. Todo empezó con Fuegos de Cirse, un punto de reunión que marcó tendencia en el verano pasado: allí coincidía el público local con el visitante, los amantes de las actividades náuticas y los que buscaban pasar un buen rato con amigos.

Mercat del Cirse, al borde del Lago Nahuel Huapi
Mercat del Cirse, al borde del Lago Nahuel Huapi - Créditos: @Gentileza

“El Mercat y Fuegos aparecieron tras la pandemia. El espacio de Cirse, con costa de lago, había quedado algo abandonado como muchos otros en ese tiempo. Un día, estábamos allí, sentados bajo un árbol, disfrutando de la puesta del sol y luego de la salida de la luna, e ideamos este lugar compartido”, cuenta Manuel Echevarría, responsable del Mercat del Cirse.

Junto a sus socios Facundo y Carla, fueron extendiendo el concepto de “acampar”, y sumaron food trucks, música en vivo, arte y moda, stand up paddle, una escuelita de optimist, slack line y otras actividades. “Es un mercado de experiencias, un lugar de puertas abiertas. Conviven los que hacen actividades náuticas, con los que paran en el camping o en las cabañas, con el público que se suma cada día. Muchos se sorprenden al entrar y conocer el lugar frente al lago, la carpa, la ambientación, el jardín”, suma Echevarría.

Además de los food trucks, en la carpa central hay una carta para almorzar o cenar, que incluye platos a los fuegos, como sándwich de provoleta y de entraña con papas. Para quienes disfrutan de los tragos, se destaca el Cirse & Tonic: gin, agua de frambuesas, vino rosado y agua tónica. También hay opciones de pastelería y cafetería.

Las personas se relajan en los sillones de la carpa, así como en las sillas del jardín, mientras algún DJ ameniza la bajada del sol y se empiezan a encender los fogones. Los creadores del Mercat y Cirse Club de Lago destacan el ambiente de cordialidad, convivencia y relax que se genera cada día. Los grupos de amigos y las familias charlan tras un día de playa, de trekking o de navegación.

Experiencias

A menos de 2 km de allí, Fuegos de Patagonia aparece como un oasis, tal como lo define Nahuel Alonso, su alma mater. Nacido en Ibiza, se crio en la isla Victoria y se dedicó al turismo de alta gama. La pandemia lo obligó a reconvertirse: así surgió Fuegos del Cirse. “Luego de esa experiencia, con mi socia Camila, armamos un equipo y buscamos elevar la vara, hacer algo que nos motive. Este es un espacio en evolución que tiene como eje la gastronomía, pero también las experiencias y la pasión por la naturaleza. Tratamos de compartir nuestra alegría por recibir a la gente. Queremos instalar un nuevo paradigma de experiencias, a través de la comodidad y la atención personalizada. Que cada situación cuente una historia”, dice.

El proyecto que arrancó con una carpa, un container y un muelle sobre el Nahuel Huapi acaba de cumplir un año. Fuegos de Patagonia abre de 12 a la medianoche y cuenta con distintos menús de almuerzo y cena. El Oasis Day se extiende hasta las 18, con platos más livianos, mientras que a la noche se destaca una carta dividida en regiones: montaña, bosque, lago, estepa, valle y mar. Cada una de ellas tiene un propósito.

"Buscamos crear experiencias", dice Nahuel Alonso, uno de los creadores de Fuegos de Patagonia
"Buscamos crear experiencias", dice Nahuel Alonso, uno de los creadores de Fuegos de Patagonia - Créditos: @chiwifoto

“El menú de la montaña apoya a un deportista local; el del bosque, la restauración de bosques nativos y compensación de huella de CO2, mientras que el menú del lago respalda la conservación del Parque Nacional Nahuel Huapi; el de la estepa, la investigación y protección del cóndor andino; el del valle, los proyectos sociales, y el del mar, la protección de océanos a través de Rewilding Argentina”, amplía Alonso.

A partir de las 18 y hasta las 20, el Magic Sunset aparece como un momento ideal para disfrutar de alguno de los ocho tragos creados por la bartender Maru Ávila, inspirados en puntos emblemáticos del lago Nahuel Huapi. Luego comienza el Hain, con la iniciación del fuego, y sobre el final del día, la Fire Night.

La propuesta holística de Fuegos de Patagonia se completa con masajes descontracturantes a orillas del lago, stand up paddle, espacio de entrenamiento y sailing tours.

Si bien Fuegos resulta algo más exclusivo ( el emir de Qatar Tamim bin Hamad Al Thani estuvo allí), lo cierto es que tanto ese ambiente como el del Mercat del Cirse marcan tendencia y se destacan por el plus de sus entornos y propuestas. Y aparecen como verdaderos refugios en los que terminar un buen día patagónico.