El papel crítico de la primera infancia en el desarrollo nacional

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¿Alguna vez has considerado el impacto futuro cuando los millennials lleguen a los 60 años o más y la generación actual de entre 0 y 5 años se convierta en el sostén del país? Este tema es de suma relevancia debido a múltiples factores. Más allá de las decisiones individuales sobre tener descendencia en las generaciones actuales, es crucial asegurar que los niños y niñas de hoy en día tengan todas las oportunidades para alcanzar su máximo potencial y comprender los beneficios que ello conlleva.

¿Qué implica exactamente alcanzar su máximo potencial? Significa que durante los primeros años de vida, cuando se desarrolla el 90% de nuestro cerebro, los niños y niñas cuenten con los recursos necesarios para que en su juventud y adultez puedan estudiar lo que deseen y donde deseen; que puedan dedicarse a actividades que les brinden plenitud; que puedan garantizar el pleno ejercicio de sus derechos, y que no se vean limitados por cuestiones económicas. En última instancia, implica vivir una vida plena y feliz.

Sin embargo, para evolucionar como sociedad y asegurar generaciones capaces de enfrentar los desafíos futuros del mundo, ¿qué debemos hacer hoy? Desde Un Kilo de Ayuda sabemos que trabajar en la primera infancia es la mejor inversión social que podemos realizar.

¿Por qué? Porque invertir en la primera infancia conlleva numerosas ventajas:

  • Asegura el adecuado desarrollo y salud materno infantil.

  • Mejora del desarrollo cognitivo y emocional.

  • Reduce de la desigualdad social y económica.

  • Fomenta de la productividad y competitividad futura.

  • Previene de problemas de salud y delincuencia en el futuro, entre otros.

En México, hay múltiples decisiones que debemos cambiar. Por ejemplo, la inversión en el país es de $6,589 dólares por niño, la más baja de la OCDE. Por cada dólar que se invierte en un niño de 0 a 3 años, se invierten más de 3 en un niño entre 6 y 11 años [Pacto por la Primera Infancia]. Esta cifra refleja una brecha significativa que debe abordarse para garantizar que todos los niños tengan acceso a la educación, la salud y el bienestar que necesitan para prosperar.

Y como consecuencia de no invertir en esta etapa de vida, existen rezagos muy claros, como ser el número 31 de 37 países de la OCDE con mayor pobreza infantil.

Necesitamos que la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI) y el SIPINNA, como articulador de políticas y programas de todos los sectores y órdenes gubernamentales, prioricen la inversión en las primeras etapas de la vida para la garantía y cumplimiento de los derechos de niñas y niños. Es crucial entender que el enfoque en las primeras etapas de la vida no solo es una medida preventiva, sino también una oportunidad para abordar y resolver problemas de raíz antes de que se arraiguen aún más en el futuro.

Este año, mientras tenemos la oportunidad de decidir quién guiará el rumbo de nuestro país durante los próximos 6 años, debemos pensar más allá de las acciones inmediatas y exigir un plan que construya un futuro más próspero desde las oportunidades de las infancias.

Al garantizar que los niños y niñas de hoy tengan acceso a las oportunidades necesarias para alcanzar su máximo potencial, no solo estamos asegurando su bienestar individual, sino también el desarrollo sostenible y la fortaleza de nuestra sociedad en su conjunto. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para asegurar que cada niño y niña tenga las herramientas y el apoyo que necesitan para florecer y contribuir positivamente al mundo que los rodea.

* Paulina Garza Gordoa es directora de Desarrollo Institucional de Un Kilo de Ayuda (@Unkilodeayuda), organización mexicana con más de 37 años de experiencia; su causa es el desarrollo de la primera infancia. Buscando el crecimiento óptimo de niñas y niños menores de 5 años, mejorando su desarrollo cognitivo y socioemocional. Visita nuestra página y  nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.