El papa pide diálogo para que logros sociales en Ecuador beneficien a todos

El papa pide diálogo para que logros sociales en Ecuador beneficien a todos
El papa Francisco llamó el domingo a valorar las diferencias y fomentar el diálogo para lograr que los progresos sociales de Ecuador beneficien a todos, en la primera escala de una gira por tres de los países que más sufren por la pobreza en Sudamérica. En la imagen, el papa (I) junto al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en Quito el 5 de julio de 2015. REUTERS/Alessandro Bianchi (Reuters)

Por Alexandra Valencia y Girish Gupta QUITO (Reuters) - El papa Francisco llamó el domingo a valorar las diferencias y fomentar el diálogo para lograr que los progresos sociales de Ecuador beneficien a todos, en la primera escala de una gira por tres de los países que más sufren por la pobreza en Sudamérica. Durante su gira de una semana por Ecuador, Bolivia y Paraguay se espera que lleve un mensaje de esperanza a presos, indígenas y campesinos, tras el pronunciamiento papal más controvertido en medio siglo: un exhorto en una encíclica a defender a los pobres y al medio ambiente. Sonriendo después de que el fuerte viento del país andino le arrebatara su solideo en la escalinata del avión, el pontífice fue recibido por un abrazo del presidente Rafael Correa en una alfombra roja después de su viaje de 13 horas desde Roma. Ecuador, un país petrolero con una inmensa biodiversidad, logró reducir la pobreza y la desigualdad en los últimos años. Pero opositores a Correa lo acusan de ser autoritario y desde hace un mes hay protestas callejeras por alzas de impuestos que el mandatario asegura buscan redistribuir la riqueza. El máximo jerarca católico de 78 años ofreció el apoyo de la Iglesia católica al mandatario para lograr un futuro mejor para todos los ecuatorianos, durante un mensaje en el aeropuerto. "Podemos encontrar en el Evangelio las claves que nos permitan afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones, para que los logros y el progreso, todo este progreso en desarrollo que se están consiguiendo, se consolide y garantice un futuro mejor para todos, poniendo una especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables, que son la deuda que todavía toda América Latina tiene", dijo Francisco. Esta es la primera visita de un sumo pontífice a Ecuador en tres décadas. Decenas de miles de personas se agolparon en calles de la ciudad por donde el papa realizó un recorrido en un vehículo descubierto, para recibir la esperada bendición. Los ecuatorianos lanzaban flores, regalos y globos a su paso y trataban de llamar su atención gritando el nombre de Francisco, quien a su paso besó a una anciana y saludó a niños. "Me siento emocionado de haber visto a un papa latinoamericano y que esté en el Ecuador, me da esperanza su mensaje de paz", dijo Guillermo Montaño, un empleado de 51 años, que salió a una de las avenidas de Quito desde muy temprano. El argentino Jorge Bergoglio, ungido en marzo de 2013 como el primer papa jesuita, el primero del hemisferio sur y el primero de América, es conocido por su humildad, como haber preferido la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de la residencia papal usada por sus antecesores. Francisco tiene previsto mantener encuentros masivos con los ecuatorianos, reuniones privadas con religiosos, grupos sociales y académicos. Correa, un carismático y popular mandatario que asumió en 2006, ha acusado a sus opositores de intentar empañar la visita. "El evangelio dice donde está tu tesoro esta tu corazón, tenga la seguridad que mi tesoro no es el poder sino el servicio. Tener un país sin miseria, pero también sin lujuriosos derroches, un país que supere la cultura de la diferencia, donde se acaben los descartables de la sociedad, en el cual trabajemos para los hijos de todos", dijo Correa al recibir al Papa. Ante la llegada de Francisco, los críticos del presidente suspendieron las protestas callejeras contra la idea de subir la tasa del impuesto a las herencias y establecer un tributo del 75 por ciento los ingresos extras en la venta de bienes inmuebles.