El papa Francisco renovó el “C9″, el consejo de cardenales de todo el mundo que lo asesora

El papa Francisco, en la basílica de San Paedro, en el Vaticano. (Alberto PIZZOLI / AFP)
El papa Francisco, en la basílica de San Paedro, en el Vaticano. (Alberto PIZZOLI / AFP) - Créditos: @ALBERTO PIZZOLI

ROMA.– Cuando faltan pocos días para cumplirse el décimo aniversario de su elección, el próximo lunes 13 de marzo, el papa Francisco renovó hoy el consejo de cardenales que desde abril de ese año comenzó a asesorarlo, una de las grandes novedades de su pontificado.

Un comunicado de la Santa Sede, que explicó que las designaciones se daban porque había caducado el mandato de los miembros de este grupo, indicó los nombres de los integrantes del nuevo “C9″, marcado por la confirmación de cuatro prelados, el ingreso de cinco nuevos cardenales y la esperada salida del hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo emérito de Tegucigalpa, un salesiano que cumplió 80 años el 29 de diciembre pasado y que fue su coordinador.

En la nueva lista no figura ningún coordinador y ningún representante de Oceanía, al momento. En el consejo de cardenales original, que tenía ocho integrantes, el representante de Oceanía era el cardenal australiano George Pell, fallecido recientemente.

El papa Francisco llega en silla de ruedas junto al ataúd del cardenal australiano George Pell, durante una misa fúnebre en la basílica de San Pedro en el Vaticano
El papa Francisco llega en silla de ruedas junto al ataúd del cardenal australiano George Pell, durante una misa fúnebre en la basílica de San Pedro en el Vaticano - Créditos: @VINCENZO PINTO

Los nuevos integrantes de este grupo creado para ayudar al Papa a reformar la curia –algo completado el año pasado– y el gobierno universal de la Iglesia son dos españoles: uno muy cercano al Papa, Fernando Vérgez, presidente de la pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano y del Governato, y exsecretario del cardenal argentino Eduardo Pironio; y el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, presidente del episcopado de su país.

Además, en lo que se interpreta como señales de estima, fueron designados el jesuita Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo famoso por su gran apertura y su rol clave en el actual sínodo en curso, ya que es relator del mismo; el canadiense Gerald Lacroix, arzobispo de Québec; y el brasileño Sergio da Rocha, arzobispo de San Salvador de Bahía y expresidente del episcopado de su país.

Da Rocha pasó a ser el único latinoamericano del grupo, que al principio estuvo representado, al margen que por Maradiaga, por el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz, que fue removido a fines de 2018 por su mal manejo del escándalo de abusos en el clero de su país. Entonces también fue removido Pell, que enfrentaba un juicio por abusos sexuales de menores en su país y un tercer cardenal, Laurent Monsengwo Pasinya, de la República Democrática del Congo, por cuestiones de salud y edad también abandonó el “C9″, que quedó reducido a un “C6″.

Sergio da Rocha, arzobispo de San Salvador de Bahía y expresidente del episcopado de su país, pasó a ser el único latinoamericano del grupo
Sergio da Rocha, arzobispo de San Salvador de Bahía y expresidente del episcopado de su país, pasó a ser el único latinoamericano del grupo

El Papa confirmó, por otro lado, en el renovado “C9″, a su número dos, el cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado; al cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, República Democrática del Congo, y presidente de los obispos africanos; al cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, en la India; y al norteamericano capuchino Sean O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores.

En el comunicado el Vaticano informó que el secretario del “C9″ seguirá siendo un italiano, monseñor Marco Mellino, obispo de Cresima y que la próxima reunión tendrá lugar el 24 de abril en la Casa de Santa Marta, el hotel para eclesiásticos donde vive el Papa, en el Vaticano.

En octubre de 2013, para explicar el alcance del consejo de cardenales, una señal concreta de colegialidad y sinodalidad –es decir, de una forma más democrática de gobierno y ya no centralizada–, el Vaticano difundió un “quirógrafo” –documento escrito a mano– de Francisco. En éste, el Papa recordó que la idea de crear un consejo de cardenales fue fruto de las sugerencias surgidas en las reuniones que precedieron al cónclave. Y puntualizó que podría reunirse con sus miembros tanto en forma individual como colectiva.

Además, dejó en claro que este virtual consejo de la corona podría ampliarse en el futuro e ir tratando “diversas cuestiones que consideraré dignas de atención”.

“Este consejo, que respecto al número de sus miembros me reservo de configurar en el modo que resultará más adecuado, será una ulterior expresión de la comunión episcopal y del auxilio al ministerio petrino que el Episcopado de todo el mundo puede ofrecer”, había puntualizado el Pontífice.

En otro orden, en un nuevo “quirógrafo” divulgado hoy por el Vaticano, el Papa promulgó un nuevo estatuto, renovado, para el Instituto para las Obras de Religión (IOR), antes llamado el Banco del Vaticano, que ya había reformado ad experimentum en 2019.

El texto, que deja claro que la finalidad del IOR es “proveer a la custodia y administración de los bienes muebles e inmuebles transferidos o confiados por personas físicas o jurídicas y destinados a obras de religión o de caridad”, establece mandatos de cinco años con posibilidad de renovarlos una sola vez y una estructura de gobierno más ágil y con funciones mejor definidas entre los distintos órganos para evitar superposiciones o duplicidades de actividades.

Fundado por Pío XII en 1942, el IOR tuvo un pasado lleno de sombras y es recordado por haberse visto envuelto en varios escándalos donde se entremezclaron poder, mafia, logias masónicas y hasta asesinatos. Desde el inicio de su pontificado y tal como habían reclamado en las reuniones anteriores al cónclave, Francisco puso el IOR bajo la lupa para reformarlo, dotándolo de “transparencia y honestidad”.