Paola de Bélgica, la reina consorte que confesó su infidelidad al rey

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 28 (EL UNIVERSAL).- Paola Ruffo di Calabria, la aristócrata italiana que se convirtió en reina consorte de los belgas por su matrimonio con Alberto II de Bélgica, se confesó como nunca antes en un documental que desviste las crisis matrimoniales que vivió al lado del polémico rey emérito e, incluso, reveló que fue infiel con un fotógrafo, experiencia de la que dijo no arrepentirse.

La reina Paola, mamá del rey de los belgas Felipe, también aseguró que su vida como reina no fue fácil y que durante casi una década vivió infeliz y sola.

"No fui feliz durante diez años. No sabía a dónde ir. El peligro del divorcio estaba ahí. De 1970 a 1980, estaba sola y triste", declaró Paola, nacida en el seno de una familia de la nobleza italiana hace 84 años. La aristócrata se refiere a la larga crisis que atravesó su matrimonio con Alberto II de Bélgica, de 87 años, que reinó de 1993 a 2013.

Aunque en Bélgica se supiera de la existencia de la baronesa Sybille de Selys Longchamps, con la que Alberto tuvo una hija fuera del matrimonio, Delfina (ahora convertida en princesa tras una larga pugna en los tribunales), Paola nunca antes había hablado abiertamente de cómo se sintió en aquel entonces.

La prensa afirmó que mantenía una relación con el fotoperiodista Albert Adrient de Munt, de la revista "Paris-Match", algo que ella reconoce en este documental de hora y media mientras observa una foto.

"No me siento culpable en absoluto", afirma Paola. "Esta foto es de un momento en el que me iba verdaderamente mal", añadió. "Quizá la próxima vez, en otra vida, no lo haga, pero no me arrepiento de nada", agrega.

En el documental, del director Nicolas Delvaulx, la pareja real cuenta cómo fortaleció lazos en los años 1980, hojeando álbumes en familia. El rey Felipe también interviene, hablando de su infancia. "Evidentemente, de niños fuimos testigos de cosas difíciles", afirma el actual rey de los belgas. "Todos sufrimos mucho".

"Pero hoy, ellos son felices y eso es, cuanto menos, una victoria, eso hay que quererlo, es algo valiente", agrega, dirigiéndose a sus padres.

Paola, que se casó con Alberto cuando tenía 21 años, en el verano de 1959, admite que llegó al altar demasiado joven. "Tuvimos una adolescencia inacabada", afirma. "Es una pena que no podamos repetir las cosas". Por su parte, Alberto reconoce que fue "un padre bastante autoritario" y que Felipe padeció por ello. "Tuve una reacción muy mala, no me interesé mucho por él".

La familia de Paola de Bélgica pertenece a la rama de los príncipes Ruffo di Calabria, uno de los linajes más antiguos de Italia. El primer pariente que se conoce de esta casa real es Giordano Ruffo, gran mariscal del reino de Sicilia del año 1200. A partir del siglo XIV, los Ruffo se separaron creando dos líneas: los Ruffo, príncipes de Scaletta, y los Ruffo, príncipes de Calabria; a esta última rama pertenece Paola.

Su hermano, el príncipe Fabrizio, actual jefe de la Casa Ruffo di Calabria, ostenta los títulos de duque de Guardia Lombarda, príncipe de Scilla, príncipe de Palazzolo, patricio de Nápoles, conde de Sinopoli, marqués de Licodia, conde de Nicotera y barón de Calanna y de Crispano. Entre los célebres ancestros de la reina Paola se encuentra el Marqués de La Fayette, el héroe francés de la Independencia de los Estados Unidos.

La pareja tuvo tres hijos: Felipe, nacido en 1960 y convertido en rey tras la abdicación de su padre el 2 de julio de 2013; Astrid, nacida en 1962, y el príncipe Lorenzo, en 1963. La princesa Delfina es la cuarta hija de Alberto, una filiación finalmente reconocida en 2020, tras la realización de un test de ADN. Durante años, la había negado ante la justicia.