‘El otro lado de las palabras’: artistas de NAEMI exponen en el Kendall Art Center

A los llamados artistas outsiders no se les da suficiente crédito por las decisiones que toman para hacer su trabajo, me dice desde Nueva York el profesor, investigador y curador de arte Lyle Rexer. “Se les trata como artistas que producen espontáneamente, sin prestar mucha atención a las decisiones que toman”, comenta, “y lo que me gusta de esta muestra es que aquí se nota que eso no es cierto”.

Se refiere a “The Language Game” (El Juego del Lenguaje), una exposición colectiva organizada por NAEMI (National Art Exhibitions of the Mentally Ill, o Exposiciones Nacionales de Arte de Enfermos Mentales) que abrirá este viernes 4 de febrero.

Rexer es el curador de esta muestra que reúne obras de 15 artistas de Estados Unidos, Cuba y España, entre ellos algunos que ya son representados por reconocidas instituciones europeas como Misleidys Castillo, la cubana “descubierta” en 2014 por la galería parisina Christian Berst, que se especializa en el también llamado art brut.

“Meieoaof”, 2018, de Misleidys Castillo Pedroso, técnica mixta en papel.
“Meieoaof”, 2018, de Misleidys Castillo Pedroso, técnica mixta en papel.

Porque otra evidencia apreciable en la muestra es el reconocimiento nacional e internacional ganado por los artistas de NAEMI, asegura su fundador y director, Juan Martín. Antes era inimaginable que un artista outsider hiciera un video performance o algo así, pero ahora algunos son reconocidos simplemente como creadores de arte contemporáneo y en Europa su trabajo viene ganando mucha fuerza, subraya.

“Aunque NAEMI nació hace ya 38 años para que las personas con enfermedades mentales tuvieran la oportunidad de exhibir su arte, ha venido ampliando su espectro y desde hace un tiempo abarca en general a artistas autodidactas”, indica Martin. “Hay artistas outsiders que son muy importantes y no son enfermos mentales”.

NAEMI no funciona como un merchant en estos casos, no cobra comisiones por la venta de las obras, explica Martín. Son las donaciones de corporaciones y los grants del estado de la Florida los que financian su gestión. Cuando venden una pieza es porque antes se la pagaron al artista y porque van a usar ese dinero para comprarles obras a los recién descubiertos con el propósito de enriquecer la colección.

“Algunos de los ya establecidos, por los niveles de venta que tienen, son los que podrían ayudar a NAEMI”, bromea Martin sin ocultar su orgullo. No es raro, dice, que ponga a coleccionistas interesados en la obra de algún outsider en contacto con el propio artista. “Así les compran directamente a ellos”.

“Top Secret”, 2015, de Isaac Crespo, tinta y técnica mixta en papel.
“Top Secret”, 2015, de Isaac Crespo, tinta y técnica mixta en papel.

¿POR QUE ‘EL JUEGO DEL LENGUAJE’?

Lyle Rexer lleva más de 25 años escribiendo sobre outsider art, y durante 14 de esos años ha impartido clases en la New York School of Visual Arts.

“Me interesa cómo los artistas usan las palabras en su obra”, dice Rexer. “Tanto los que no están entrenados como los profesionales. Me interesan los artistas que usan las palabras como elementos gráficos, ya sea en la elección del color, si lo hacen en rojo o en azul, o en el tamaño de las letras, si las ponen grandes o pequeñas. No tanto el mensaje textual, sino cómo aparecen las palabras en la obra. Y lo que encuentro una y otra vez en el caso de los outsiders es que estos artistas tienen una visión muy particular de cómo usar las palabras; siempre hay detrás una idea de por qué tomaron la decisión”.

“The cry, my chaos to me”, 1993, de Bill Seeger, acrílico en lienzo.
“The cry, my chaos to me”, 1993, de Bill Seeger, acrílico en lienzo.

Son experiencias intensas, pero aisladas, añade Rexer, que le abren puertas al espectador y lo hacen pensar: ¿qué es una palabra, qué es el idioma, por qué damos por sentado el uso de las palabras cuando las escribimos o cuando las vemos? Para estas personas no es así, no pueden darse ese lujo, indica.

Muchos de estos artistas son autistas, y en algunos casos ni siquiera han sido diagnosticados, pero en sus obras hay cosas que se repiten, indica Rexer. Por ejemplo: la fascinación por la forma en que se arman las palabras, el orden de las letras.

“Damos por sentado cómo se arma el idioma, pero ellos no, y así le dan nuevas dimensiones al lenguaje escrito como lenguaje visual”, puntualiza el curador. “¿Qué pasaría si no diéramos por sentado todo lo que vemos, las letras y las palabras que leemos, y empezáramos a recombinarlas, si empezáramos a verlas como algo completamente nuevo?”, se pregunta.

“Sin título”, 2000, de Echo McCallister, acrílico sobre papel.
“Sin título”, 2000, de Echo McCallister, acrílico sobre papel.

“Tanto Juan [Martín] como yo queremos que la gente vaya a la exposición y tome en serio lo que están viendo como una forma de comunicación, pero también que se abran a algo que usan a diario y que dan por sentado: el acto de usar las palabras y de comunicarse”, manifiesta Rexer. “Si la exposición te obliga a dar un paso atrás y decirte ‘esto que damos por sentado es un misterio insondable, capaz de hacer tantas cosas diferentes’; si tratamos de entender de dónde vienen las palabras y cuán complicadas e interesantes son, entonces creo que el show ayuda en algo”.

Porque puede que las decisiones de estos outsiders sean espontáneas y que las tomen con rapidez, pero cuando usan palabras, están calando en su significado, agrega Rexer: “No es algo en lo que no estén pensando”.

Todas las personas quieren comunicar algo y buscan la manera de hacerlo, recuerda el curador. “A veces no entendemos lo que dicen y a veces ni siquiera logramos descifrarlo visualmente. Pero el impulso que las anima es claro”, subraya.

Cuenta que a menudo tropieza con personas interesadas en los artistas outsiders, atraídas por su trabajo porque lo ven como algo simple y, hasta cierto punto, no desafiante. Y casi siempre esas personas son las mismas que rechazan el arte contemporáneo por ser “demasiado oscuro”.

“Pero es que la distancia entre muchos artistas contemporáneos y los outsiders reunidos aquí no es muy grande”, comenta el curador de la muestra. “Y eso es muy emocionante para mí”.

“Sin título”, 2021, de Gloria de la Caridad, técnica mixta.
“Sin título”, 2021, de Gloria de la Caridad, técnica mixta.

NAEMI BUSCA UN NICHO EN EL SUR DE LA FLORIDA

La colección de NAEMI tiene actualmente 1,200 obras. Se ha ido formando con la selección de prestigiosos curadores de arte, directores de museos y otros especialistas durante estas casi cuatro décadas de existencia. Martín confiesa que para él sería fácil donarla a una institución neoyorquina o europea, pero no quiere hacerlo.

“Estamos buscando asociarnos con algún college o algún museo para que esta colección se mantenga íntegra, y que galerías interesadas en este material lo sigan exponiendo al público”, manifiesta el director de NAEMI, “porque quiero que se quede aquí en el sur de la Florida”.

The Language Game” (El Juego del Lenguaje), exposición colectiva con artistas de NAEMI (National Art Exhibitions of the Mentally Ill, o Exposiciones Nacionales de Arte de Enfermos Mentales). Desde el viernes 4 de febrero al jueves 3 de marzo, de 6:00 p.m. a 11:00 p.m. en Kendall Art Center, 12063 SW 131st Ave, Miami. Entrada libre.

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