Una Pakistán castigada por la violencia blinda su capital para una gran cumbre asiática de seguridad
ISLAMABAD (AP) — Remecidas por varios ataques milicianos recientes, las autoridades paquistaníes han blindado la capital antes de la llegada de líderes de varios países para la cumbre de un grupo asiático de seguridad.
El lunes comenzó un periodo de tres feriados en la normalmente bulliciosa Islamabad y la cercana ciudad fortificada de Rawalindi, y se habían desplegado tropas y cortado calles que complicaban incluso los desplazamientos de ambulancias que llevaban pacientes a hospitales. Algunos médicos en calles cortadas pidieron a la policía que retirase las barricadas poder llegar a los hospitales, pero en su lugar la policía les pidió a ellos y a otras personas que tomaran rutas más largas.
El evento principal de la Organización de Cooperación de Shanghái se celebraría el miércoles, cuando líderes y funcionarios de los estados miembros se reunirían para comentar cómo reforzar su cooperación en seguridad y sus lazos económicos.
En los últimos años, los paquistaníes de a pie llenaban a los laterales de las calles principales para recibir a cualquier dignatario que visitara el país. Sin embargo, las autoridades dijeron que habían tenido que imponer duras restricciones debido al temor a ataques milicianos.
Las autoridades dijeron que su prioridad era celebrar sin incidentes la reunión del grupo asiático, fundado en 2001 por China y Rusia para abordar preocupaciones de seguridad en Asia Central y el resto de la región. Otros miembros son Irán, India, Pakistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Docenas de personas han muerto en las últimas semanas en varios ataques en las inestables regiones al noroeste y el suroeste, en la frontera con Afganistán.
Expertos en seguridad dijeron que los milicianos tienen una capacidad limitada de atacar en Islamabad, aunque dos ingenieros chinos murieron el 6 de octubre en un ataque suicida ante el aeropuerto más grande del país, en Karrachi, la capital de la provincia sureña de Sindh. El ataque fue reivindicado por un grupo separatista.
Los ingenieros asesinados trabajaban en un proyecto energético incluido en el Corredor Económico China-Pakistán, que incluye construir y mejorar carreteras y sistemas ferroviarios para conectar la región occidental china de Xinjiang con el puerto suroccidental paquistaní de Gwadar, que da al Mar Arábigo.
Pese al suceso, el premier chino, Li Qiang, llegó a la capital el lunes para asistir a la cumbre. Li inauguró de forma virtual el lunes un aeropuerto con financiación de Beijing en la convulsa Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, donde los separatistas han advertido a China que concluya los proyectos asociados al proyecto de infraestructura para evitar nuevos ataques a ingenieros chinos en el país.
Sin embargo, el Ejército de Pakistán ha respondido a la amenaza del ilegalizado Ejército de Liberación Baluchi con varias redadas en sus bastiones y ha prometido eliminarlos de todo el país.