Padres del rehén ruso rescatado Andrey Kozlov: "Ahora solo tenemos planes en familia"

Tel Aviv, 15 jun (EFE).- Hace una semana que volaron a Israel desde San Petesburgo para reencontrarse con su hijo, el rehén rescatado Andrey Kozlov, pero cuando recibieron la llamada de las autoridades israelíes, los rusos Eugenia y Mikhail Kozlov, se temieron lo peor: "Ahora solo tenemos planes juntos en familia", cuentan en una entrevista a EFE.

"Ahora mismo soy la madre más feliz de la tierra", confiesa Eugenia, que ya pasó varias semanas en Israel después del 7 de octubre, cuando se enteró de que su hijo estaba entre los secuestrados de Hamás, un "shock" porque la familia no sabía que Andrey estaba en el festival de música electrónica Nova, donde trabajaba como guardia de seguridad.

Cuando el teléfono de Eugenia sonó hace una semana, le pidieron que se sentara que tenía que darle una noticia, ella pensó en lo peor y comenzó a gritar y a llorar, pero enseguida le dijeron "tranquila, son buenas noticias". "Entonces empecé a reir y no he parado de sonreir desde entonces. Estoy inmensamente feliz", confiesa.

Eugenia y Mikhail Kozlov se montaron inmediatamente en un avión y volvieron a abrazar a su hijo pocas horas después en el hospital Sheba, en Tel Aviv. "Mamá, he sobrevivido dos veces", repetía Andrey cuando se reencontró con ella. Se refería a haber sobrevivido al 7 de octubre y a los ocho meses de cautiverio.

Andrey, de 27 años, fue rescatado por el Ejército israelí el pasado sábado de una vivienda en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, junto con sus compañeros de cautiverio, Almog Meir-Jan y Shlomi Ziv; y con Noa Aragami, que estaba en una casa a 200 metros de la de ellos.

En el vídeo de su rescate publicado por el Ejército, se ve a Andrey agarrado de la mano de Almog, parapetados detrás de una almohada, asustados, sin entender bien qué estaba pasado, cuando las tropas entraron vestidos como mujeres palestinas. "En un primer momento se pensaron que entraron a matarlos", dice su madre.

"Al principio les cambiaron varias veces de ubicación, y luego estuvieron seis meses seguidos en la casa de Nuseirat, la mayor parte del tiempo encerrados en esa habitación. Las primeras semanas fueron las peores, cuando a veces solo comían un poco de pan de pita, con tomate y queso", cuenta Eugenia sobre el relato de su hijo.

"Pero lo peor fue el abuso psicológico: los terroristas de Hamás les hicieron creer que nadie en Israel los buscaba, que eran un problema y que los daban por muertos, y en concreto a Andrey le decían que yo estaba de vacaciones en Grecia mientras él estaba en Gaza", explica afligida.

Se veían en la televisión

Al principio se lo creyó, pero de vez en cuando sus captores les dejaban mirar Al Jazeera en árabe en la televisión, y allí vieron imágenes de las masivas manifestaciones por todo Israel pidiendo la liberación de todos los rehenes, e incluso reconocieron sus propias fotos en las pancartas.

También les obligaban a hablar en susurros para evitar que un supuesto dron de identificación de voces les captara hablando entre ellos en hebreo, y Andrey aprendió varios insultos en árabe con los que los captores solían referirse a ellos.

Físicamente Andrey se encuentra bien, según sus padres, pero mentalmente necesita algo de tiempo, aunque lo ven fuerte para que pronto esté totalmente recuperado. Y tiene claro qué va a hacer ahora con su vida: "Va a dedicarse a hacer todo lo que esté en su mano para el regreso del resto de secuestrados", dice el padre.

De hecho, Andrey Kozlov reapareció ayer en público por primera vez desde su rescate, en un vídeomensaje animando a los israelíes a asistir hoy a la manifestación de cada sábado por la noche para exigir al Gobierno un acuerdo de tregua que permita traer a todos los secuestrados, donde él también estará.

"Soy Andrey Kozlov y ya estoy en mi casa en Israel. Pero todavía hay rehenes en Gaza. Vi muchas manifestaciones de los sábados y eso me dio aliento y esperanza", señaló.

El joven "sonriente, vital y aventurero", según sus padres, que antes vivió en otros países; llegó a Israel hace más de un año, donde conoció a su novia y se instaló en Rishon Le Zion, una ciudad a 70 kilómetros de la Franja, por lo que sus padres no se preocuparon demasiado el 7 de octubre cuando vieron en la televisión la información sobre el ataque de Hamás.

"Esa mañana nos mandó un mensaje diciendo, 'no os preocupéis, estoy bien'", recuerda Mikhail, pero los padres no entendían a qué se refería, hasta que no encendieron el televisor. Tampoco sabían que su hijo estaba trabajando en el festival Nova, a escasos kilómetros del enclave. Estuvo desaparecido dos semanas y el 23 de octubre les confirmaron que era rehén en Gaza.

Cuentan que, deliberadamente, Andrey ese día nunca les escribió para despedirse, porque, según les dijo, él estaba seguro de que regresaría con vida.

"Estos ocho meses han sido duros, pero fui positiva, no me permití llorar, y confié en que Andrey saldría. Él es muy fuerte", subraya Eugenia.

Sara Gómez Armas

(c) Agencia EFE