Cómo lapidar a Pablo Laso antes incluso de acabar la temporada

BURGOS, SPAIN - MARCH 13: Coach Pablo Laso of Real Madrid during Liga Endesa match between Hereda San Pablo Burgos and Real Madrid at Coliseum Burgos on March 13, 2022 in Burgos, Spain. (Photo by Borja B. Hojas/Getty Images for Hereda San Pablo Burgos )
Pablo Laso está en el centro de la diana de las críticas, aunque su hoja de servicios en el Real Madrid es intachable. Foto: Borja B. Hojas/Getty Images for Hereda San Pablo Burgos

El Real Madrid de baloncesto tiene dos problemas. Uno, estructural y otro, coyuntural. El estructural es el más complicado de solucionar porque tiene que ver con las rachas propias de cualquier deporte. Después de diez años de dominio en las competiciones españolas y hasta cuatro finales de la Euroliga -ganó dos-, todo parece indicar que, desde el fichaje de Sarunas Jasikevicius, el Barcelona le ha comido la tostada. Hablamos de dos equipazos con un presupuesto incomparable al de sus rivales españoles y que lo lógico es que se turnen en lo más alto. Tan raro fue el dominio absoluto del Barcelona en los 2000 como el del Madrid en los 2010. Son cosas que rara vez pasan.

El coyuntural es el que parece que se está aprovechando para darle tortas a Pablo Laso en su undécima temporada al frente del Real Madrid. Las diez anteriores se han saldado con cinco ligas, seis copas y las mencionadas Euroligas, además de un buen puñado de Supercopas de España e incluso una Copa Intercontinental. El Madrid lleva un 2022 espantoso: de los últimos veinte partidos, ha perdido la mitad, incluyendo la final de Copa tras remontada de su eterno rival. Estas malas rachas afectan a cualquier entrenador, pero dudar de Pablo Laso como se está dudando en determinada prensa resulta hasta obsceno.

Pongamos que el Madrid acabara otro año en blanco -hablo solo de títulos "grandes", no de Supercopas e historias-. Sería el segundo. ¿Se merecería aun así Pablo Laso la confianza de su club? Uno tiende a pensar que sí. No estamos en los tiempos de Pedro Ferrándiz. Ni siquiera en los de Lolo Sainz. Esto no es una fiesta continua y la oposición en casa y fuera de casa es fiera, incluso sin equipos rusos de por medio. Lo que hay que pedirle al Madrid es que compita. ¿Está compitiendo pese a las lesiones, pese a los jugadores que se van a la NBA de un día para otro, pese al hecho de que probablemente sea inferior al actual Barcelona? La respuesta está clara.

El año pasado, el equipo de Laso perdió la Copa, pero perdió en la final. Perdió la Liga, pero perdió en la final. Y, sí, perdió también la Euroliga, de hecho, ni siquiera se clasificó para la Final Four... pero después de forzarle cinco partidos al Anadolu Efes de Estambul, que luego ganaría la competición frente al Barcelona. El Madrid fue un equipo duro, que se crece en las adversidades, que levanta a su público del asiento y que se niega a rendirse. Mientras esto sea así y Laso consiga que tíos que lo han logrado ya todo en sus carreras se sigan dejando el físico en la cancha, no veo motivo para dudar de él.

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En cualquier caso, lo más grave de todo esto es que la temporada ni siquiera ha acabado. El Madrid ya ha perdido la Copa, pero en un partido en el que no fue inferior al Barcelona. De hecho, fue superior durante más de tres cuartos. Perdió contra un equipazo y esas cosas pasan, no debería ser un drama. En liga, pese a los recientes desmanes, va segundo, pegado al Barça, y en Euroliga, es difícil saber cómo va porque no sabemos qué va a pasar con los equipos rusos. Entendemos que van a ser descalificados definitivamente y que se van a anular todos los partidos jugados contra ellos. Aun así, lo más probable es que el Madrid mantenga su segunda plaza.

Entiendo el desasosiego del aficionado madridista cuando ve que el Barcelona está por delante en todas las competiciones. El Madrid no es un club de segundos puestos. Ahora bien, hay que insistir en que hay tanto mérito del equipo de Jasikevicius como demérito del de Laso... y que esto no ha acabado. Hemos visto temporadas en las que el Madrid llegaba agotado a final de temporada y perdía contra el Valencia o el propio Barcelona incluso con el factor campo a favor. Hemos visto versiones superlativas en el Top 16 de la Euroliga que caían sorprendentemente en playoffs o no rendían en la Final Four.

De la misma manera, una vez el equipo esté completo -y el equipo completo está a la altura del del Barcelona, probablemente-, ¿quién asegura que no puede ganarle al Barcelona una eliminatoria por el título o que no puede ganar a quien sea una semifinal o una final de Euroliga? Quedarse sin títulos es una opción, sin duda, y aun así seguiríamos pidiendo paciencia para Laso... pero es que lo mismo acaba el año con un doblete y no sería un disparate. Da la sensación de que, salvo recuperación milagrosa del Efes, el Madrid solo tiene un rival para ambos títulos. Un rival que se viene mostrando superior, de acuerdo, pero que no es inalcanzable.

A quien ya se ha acostumbrado a ver al Madrid siempre arriba y se desespera por verle segundo, hay que recordarle de dónde viene. Hay que recordarle lo que fueron los años 2000 en su casi totalidad: desde Imbroda y Lamas, cuando el equipo ni se clasificaba para playoffs... hasta los tortazos continuos de Messina contra el Barcelona, en ocasiones humillantes. Eso lo cambió Laso y lo cambió casi de la noche a la mañana. Incluso los mencionados Ferrándiz y Sainz heredaron equipos hechos y dominadores... Laso cogió a un equipo traumatizado y lleno de complejos y lo convirtió en dos veces campeón de Europa. Si eso no merece un respeto y mucha paciencia, no sé qué puede merecerlo.

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