Otoño mágico en el Pirineo aragonés

A la provincia de Huesca, situada en el noreste de España, se la conoce como la puerta de los Pirineos. Resalta por sus imponentes castillos, templos monumentales, o rincones paradisíacos de aguas turquesas, escondidos entre farallones de difícil acceso. Algunas de sus villas parecen ilustraciones y forman parte de la asociación “Los pueblos más bonitos de España”. Ese patrimonio, los sucesos de siglos pasados y las proezas de los monarcas que fraguaron la historia de esta región española, componen un tándem insuperable de experiencias que invitan a turistear por este territorio.

Perderse en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Ordesa es un bucólico enclave natural en el corazón de los Pirineos declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cuya belleza escénica impresiona. La diversidad geológica del área y las imponentes montañas tapizadas de tilos, avellanos o abedules, la convierten en un santuario natural que resplandece especialmente en otoño, cuando las tonalidades anaranjadas, rojas y marrones de los paisajes, se mezclan entre el verdor del césped.

Una variedad de senderos nos dejan extasiados con cascadas como la de Estrecho, la Cueva, o la Cola de Caballo, (la de escalada más exigente es la última). Monte Perdido constituye la sierra calcárea más elevada de Europa, calificado Reserva de la Biosfera, y a la cual se asciende a través del refugio de Góriz. La frescura y la magia de la naturaleza en su estado puro, nos hará sentir aquí la grandiosidad de la Tierra.

Descubrir Jaca y la Ciudadela

Es la primera capital establecida en el antiguo reino de Aragón y sus estandartes son la impresionante catedral románica y la Ciudadela. El templo es uno de los más antiguos de España y está consagrado a San Pedro. La Ciudadela es uno de los emblemas de la arquitectura militar renacentista que incorporaba características defensivas avanzadas a la época; se la reconoce por su innovador diseño pentagonal, adelantándose al “Pentágono” estadounidense.

En sus estancias hay un museo de miniaturas militares que puede dejar embelesados hasta a los menos curiosos y una capilla castrense de portada barroca, que en su interior conserva una pila bautismal románica.

Entre las leyendas oscenses sobresale “La Campana de Huesca” (Siglo XII). Tuvo lugar durante la sucesión al trono aragonés que ostentaba Ramiro II el Monje con la oposición de otros nobles. El monarca citó a sus rivales en una estancia para escuchar el tañido de una gigantesca campana que se oiría en todo el reino.

Fue una estratagema para ir decapitándolos de uno en uno. El verdugo dispuso en círculo las cabezas, y colocó como un badajo en el centro la del obispo de Jaca (el más rebelde). Además de su rica historia, la ciudad es un punto de partida para explorar los Pirineos y ofrece actividades al aire libre, como senderismo y deportes de invierno.

Contemplar la histórica estación de Canfranc

En el borde de la frontera con Francia, se alza la estación internacional de Canfranc inaugurada por el rey Alfonso XIII en 1928 durante los “Felices años veinte”. Testigo excepcional de los sucesos acaecidos durante la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, su cercanía al país vecino favoreció actividades clandestinas en el transcurso de los conflictos bélicos.

Se cuenta que sirvió como vía de escape de quienes huían de la persecución nazi y se especula que los alemanes pudieron usar el tren, para transportar bienes saqueados fuera de Europa, incluido oro, desde Portugal a través de España, que a la sazón, era territorio neutral. En 1970 un descarrilamiento en la línea francesa que conectaba con Canfranc, provocó el cierre de la estación que fuera insignia de la arquitectura industrial de principios del siglo XX.

En enero de 2023, y tras una remodelación acometida por el gobierno de Aragón, fue inaugurado el alojamiento exclusivo de 5 estrellas “Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel”, de titularidad pública, y gestionado por el grupo Barceló (segunda cadena española del sector turístico). Tras la puerta giratoria del hotel nos recibe el botones, ataviado con uniforme de color verde, representativo de la figura del antiguo mozo ferroviario encargado del equipaje. El cubano Fernando Fernández (que esa mañana hacía su turno) nos confirmó que sus atuendos rememoran las antiguas profesiones ya extinguidas del sector ferroviario. Tras indagar un poco, supimos que la colección del vestuario del personal del hotel estuvo a cargo del Premio Nacional de Moda para Jóvenes Diseñadores Nacho Lamar, que se inspiró en la tradición y las tonalidades del paisaje de fábula donde se halla el “cinco estrellas”.

Deambular por pueblos pirenaicos de ensueño

Aínsa es una pintoresca villa medieval amurallada situada en la comarca aragonesa del Sobrarbe que transporta a los visitantes a tiempos pasados. En su silueta, se dibujan la imponente presencia del Castillo del siglo XI y la Colegiata de Santa María. El templo románico, ubicado en la plaza mayor, es un ejemplo de arquitectura religiosa medieval.

A una hora aproximada, en la comarca del Somontano de Barbastro, hallamos otro pueblo de los más bonitos de España. De impresionante belleza natural y arquitectura medieval muy bien conservada, Alquézar se convierte en un sitio imperdible, emplazamiento de otra de las iglesias románicas cuyo aspecto inexpugnable anuncia la riqueza patrimonial que atesora. La Colegiata-Castillo de Santa María la Mayor conserva una sucesión de capiteles del siglo XI que detallan historias bíblicas; pinturas medievales originales (restauradas) tapizan algunos muros. Otro atractivo de Alquézar es el cañón del río Vero, siendo así la puerta natural a las pasarelas.

Adentrarse en las pasarelas del río Vero

Esta ruta que se inicia en Alquézar es una de las más hermosas de la geografía española combinando impresionantes paisajes, formaciones geológicas de gran envergadura y la emoción de cruzar pasarelas y puentes sobre el río. La ruta puede variar en longitud y dificultad, pero generalmente es accesible para senderistas de diferentes niveles, mientras que la duración dependerá de la extensión específica que elijamos recorrer. Es emocionante el descenso a través de escaleras cercadas por la vegetación del entorno y la llegada y recorrido posterior por las pasarelas metálicas, que descubren parajes paradisíacos que nos sorprenderán.

Abandonar Huesca visitando dos lugares excepcionales

La primera información que consta de la existencia del monasterio original de San Juan de la Peña data del año 928. Durante nueve siglos fue morada de la orden benedictina cuyos monjes (ermitaños) salvaguardaron lo que pudieron durante el incendio que lo asoló durante 3 días y sus noches. Su semblante impactante habla de aquellos siglos donde el hombre se encontraba indefenso ante las inclemencias; algunas capillas están excavadas en la roca y una de ellas (la de San Juan Bautista) exhibe una réplica del santo cáliz cuyo original se expone en la catedral de Valencia, España. Este monasterio se convirtió en Panteón Real de la Corona aragonesa y en 2018 fueron reinhumados aquí los restos del linaje de los primeros monarcas.

Nos marcharemos de Huesca con las vistas del castillo de Loarre, que encabeza el ranking de la fortaleza románica mejor conservada de Europa, a pesar de sus más de mil años de existencia. Su fisonomía manifiesta el carácter inexpugnable de este fortín que se encumbra sobre el macizo calizo que lo proyecta sobre un precioso valle. Los amantes del cine podrán recordarlo en la película el Reino de los Cielos (Kingdom of Heaven, 2005), interpretada por Orlando Bloom, Jeremy Iron y Liam Neeson.

Qué ver en Huesca capital

• Catedral gótica de Santa María: Sala de orfebrería y la Torre campanario. Planta baja: catafalco mortuorio (monumento funerario muy usual de la época barroca), el retablo de plata y la Adoración de los Magos en alabastro.

• Iglesia Parroquial de San Pedro el Viejo, Capilla de San Bartolomé (Panteón Real de Aragón)

• La Confianza. La tienda de ultramarinos mejor conservada de Europa. Inaugurada en 1871, continúa abierta hasta hoy. Exhibe muebles y objetos antiguos en un museo privado en el sótano. Pl. Luis López Allué, 8, 22001 Huesca

• La sede del círculo oscense: edificio modernista (1904) también llamado Casino de Huesca, fundado en 1977.