El oscuro pasado de Churchill o por qué se le acusa de racista desde el Black Lives Matter

Tras la muerte del afroamericano George Floyd, el 25 de mayo de 2020, en la ciudad de Minneapolis (Estados Unidos) a causa de la asfixia producida por la rodilla de un agente de policía que lo inmovilizó contra el suelo, se han sucedido una serie de protestas urbanas y manifestaciones en un gran número de poblaciones de todo el planeta como apoyo al colectivo afroamericano, bajo el grito ‘Black Lives Matter’ (las vidas negras importan).

Estatua de Winston Churchill en Parliament Square de Londres (foto ISABEL INFANTES/AFP via Getty Images)
Estatua de Winston Churchill en Parliament Square de Londres (foto ISABEL INFANTES/AFP via Getty Images)

Cientos de miles de personas han salido a manifestarse a las calles en contra del racismo que todavía se ejerce hacia las personas negras y algunas de esas concentraciones han acabado en graves disturbios en los que los participantes se han enfrentado a las fuerzas del orden e incluso se ha ejercido cierto vandalismo hacia edificios o mobiliario urbano.

La ciudad de Londres ha sido uno de los lugares que más personas ha congregado bajo el lema ‘Black Lives Matter’ y, curiosamente, los manifestantes han acabado derribando y tirando al río la estatua de Edward Colston, un relevante político inglés, que vivió entre los siglos XVII y XVIII, y que amasó una enorme fortuna comerciando con el tráfico de esclavos africanos.

Pero este no ha sido el único monumento londinense que ha sufrido daños. El situado en la plaza del Parlamento y erigida en memoria de Winston Churchill, congregó a un gran número de manifestantes que gritaron consignas antirracistas y escribieron en el pedestal ‘was a racist’ (fue racista).

Este hecho ha causado un gran revuelo y ha dividido a la opinión inglesa, debido a que son muchísimas las personas que apoyan al movimiento ‘Black Lives Matter’ y sus protestas, pero no están en absoluto de acuerdo con las graves a acusaciones tachando de racista a uno de los políticos más admirados y recordados que ha tenido el Reino Unido.

Mientras que desde algunos sectores se recuerda que Winston Churchill protagonizó algunos episodios racistas en su larga vida política, otros se han apresurado a señalar que fue precisamente este estadista quien lideró las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial para combatir al genocida y xenófobo Adolf Hitler y salvar al mundo del racismo del Tercer Reich.

Pero, al margen de su fundamental papel en la IIGM, Churchill a lo largo de su vida tomó algunas decisiones políticas o realizó declaraciones que, con el tiempo, dejan ver algunos tics racistas en él o, como algunos defienden, más bien tirando a ‘clasista’.

Tal y como señalan sus detractores, el liderazgo de Churchill frente al enemigo nazi, no se debió a para salvar a los judíos, negros o personas de otras culturas o religiones, sino como una defensa del colonialismo británico y de la Commonwealth, con el fin de que los intereses del Reino Unido en las diferentes colonias que le pertenecían no sufrieran el ataque o invasión de potencias extranjeras (como el Reich alemán).

Además, como representante de una de las naciones más colonialistas que han existido, el estadista inglés defendió con frecuencia la superioridad británica sobre los pueblos y habitantes de las naciones sometidas y numerosas fueron sus declaraciones despectivas hacia los ciudadanos de la India, algo que le costó acaloradas discusiones con sus propios compañeros del Partido Conservador, quienes llegaron a llamarle la atención por el tratamiento verbal que dio a los indios.

Estatua de Winston Churchill en Parliament Square de Londres (imagen vía beddingham Flickr)
Estatua de Winston Churchill en Parliament Square de Londres (imagen vía beddingham/Flickr)

También muy polémicas fueron unas declaraciones de tinte supremacista que realizó en cierta ocasión cuando defendió que Norteamérica fuese mayoritariamente blanca, frente a los nativos que allí habían vivido antes de ser colonizados y sometidos.

Dichas declaraciones las realizó, además, para defender la creación del Estado de Israel y la expulsión del pueblo palestino del lugar en el que habían vivido, haciendo una muy lamentable comparación utilizando una antiquísima fábula griega conocida como ‘el perro en el pesebre’ la cual señalaba a un can que se había apoderado de un establo, no permitiendo que otro animales pudiesen vivir o comer allí. El hecho de que el perro se hubiese adueñado del lugar y pasado gran tiempo allí no lo convertía en el legítimo propietario. Este símil, Churchill lo extrapoló tanto para el tema judío-palestino como al de Estados Unidos con los nativos.

Tampoco se libraron de sus declaraciones racistas los aborígenes australianos, refiriéndose a estos como ‘pueblo negro de Australia’ o ‘personas de razas primitivas’.

Los habitantes de China también fueron objeto de unas declaraciones conflictivas por parte de Winston Churchill, quien dijo sobre el país oriental que se trataba de una ‘nación bárbara’ y abogaba por la partición y colonización de todo su territorio (recordemos que la región china de Hong Kong fue colonia británica entre 1841 y 1997, el último medio siglo como Territorio Británico de Ultramar).

Entre las numerosas decisiones políticas o militares tomadas por Churchill hacia un territorio, se encuentra el que tuvo lugar en 1920 (cuando estaba al frente de los ministerios de Guerra y Aire) en el que decidió frenar una revuelta iraquí autorizando el uso de armas químicas (gas mostaza) contra los insurgentes.

Estos son tan solo algunos pocos ejemplos de actos y declaraciones realizadas por Winston Churchill y que más de medio siglo después de su fallecimiento ponen en duda la integridad moral de uno de los estadistas políticos más importantes de la Historia.

Fuentes de consulta e imagen: inews / Wikipedia / metro / independent / washingtonpost / bbc / beddingham (Flickr) / ISABEL INFANTES/AFP via Getty Images

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