Con ‘Orquídeas’, Kali Uchis logra todo lo que se propone

La cantautora Kali Uchis, en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times)
La cantautora Kali Uchis, en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times)

Kali Uchis se hunde en el placer en su cuarto álbum de estudio: “Orquídeas”. Más bien se trata de varios placeres: carnal, material, romántico, sónico, competitivo y, de ser necesario, vengativo, todo con una indiferencia femenina e infantil. El álbum comienza con bucles de risas y vocalizaciones etéreas; termina con un fragmento en el que Uchis les agradece a sus escuchas con un beso: muah. Es un álbum en el que se le nota una seguridad confiada y una ingenuidad furtiva que se mueven entre los sonidos electrónicos futuristas, la nostalgia por la década de 1990 y las raíces latinoamericanas.

Las orquídeas son las flores nacionales de Colombia, donde nacieron los padres de Uchis. La cantante —cuyo nombre de pila es Karly-Marina Loaiza— nació y creció en Virginia, pero visitó Colombia durante largos periodos en su infancia. Las orquídeas son coloridas, atractivas, carnosas, delicadas, exigentes y codiciadas, las mismas características con las que Uchis se ha presentado a lo largo de su carrera discográfica. En sus nuevas canciones, se convierte en un objeto irresistible e intencionado del deseo. “Hago que me rueguen”, anuncia en la primera canción del álbum, “¿Cómo Así?”, en la que también canta: “Si te acercas aquí, no querrás irte nunca”.

Uchis, de 29 años, ha alternado de manera deliberada entre álbumes con letras en inglés o español en su mayor parte, y “Orquídeas” es oficialmente su álbum en español más reciente. Pero ahora que se ha hecho de una audiencia internacional, sus nuevas canciones cuentan con una fluidez bilingüe; van casualmente del inglés al español, a veces a media oración. “I get a lil bit crazy, pero no es mi culpa”, canta en “Me pongo loca”, en la que añade: “Es que soy apasionada”.

Uchis y sus diversos colaboradores de composición y producción recurren a la excelencia y la seducción del pop y el R&B de generaciones pasadas, a menudo usando la tecnología del siglo XXI para recrear las fantasías afelpadas y llenas de susurros de los mejores éxitos R&B de artistas como Janet Jackson y Aaliyah. Su voz, sobrepuesta en capas fastuosas, fluye en medio de los sonidos electrónicos trémulos y los ritmos digitales. En “Orquídeas”, su canto es un elemento que desafía por completo las leyes de la gravedad.

Perfeccionó ese estilo en su álbum de 2020 “Sin miedo (del amor y otros demonios)”. Pero, mientras que las canciones de ese álbum se trataban de los anhelos insatisfechos —como el éxito irresistible “Telepatía”—, en “Orquídeas” Uchis suena triunfal. Logra todo lo que se propone: que la consientan y que un hombre se someta a ella en “Diosa”; la lealtad y la cercanía en “Tu corazón es mío”; el sexo gozoso en “Young, Rich & in Love”, en la que canta en español: “Encima de ti, yo me siento libre”.

La mayor parte de “Orquídeas” son baladas suntuosas de ritmo lento. Pero de vez en cuando, Uchis pisa el acelerador al recurrir a los estilos latinos y a sus contactos célebres. Colaboró con los raperos El Alfa, de República Dominicana, y JT, del grupo City Girls, de Miami, en su canción “Muñekita”, un momento metálico y estridente con ritmos dembow en el que pasa de manera ingeniosa de un tempo a otro y celebra su sensualidad mientras ofende de manera brutal a sus rivales. En “Labios mordidos”, Uchis y la cantautora colombiana Karol G armonizan al ritmo del reguetón con todo un coqueteo: “Esta noche soy lesbiana, tú me haces desearlo”.

La cantautora Kali Uchis, en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times)
La cantautora Kali Uchis, en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times)

Uchis regresa al estilo latinoamericano clásico en dos canciones esenciales: “Te mata”, a mitad del álbum, y “Dame beso/Muévete” para el gran final. “Te Mata” es un bolero de antaño con guitarras y una nube de voces sobrepuestas; Uchis mete aún más el cuchillo cuando le dice tiernamente a un ex que se encuentra feliz con un nuevo amante. En “Dame Beso/Muevete” fusiona dos eras de la tradicion dominicana, al inicio con un merengue moderno impulsado por pianos y trompetas, para después pasar a un estilo aún más antiguo y rural: el perico ripiao, un ritmo basado en acordeones. Así se transporta Uchis del coqueteo electrónico celestial a una pista de baile terrenal y sudorosa, donde deja que su cuerpo se mueva libre.

c.2024 The New York Times Company