Organizaciones hispanas distribuirán alimentos preparados en Kissimmee para los damnificados

En más de 20 años viviendo en Kissimmee, el pastor Norberto Fonseca nunca había visto a sus vecinos atrapados en sus casas a causa de una inundación extrema.

“Yo, personalmente, me quedé varado en mi residencia y no pude salir hasta que alguien fue a sacarme en un camión de esos grandes. ¡Fueron varios pies de agua los que se acumularon”, dijo el ministro quien es el presidente de Advance Community Center, una organización que provee programas educativos, de salud y entretenimientos a los adultos mayores.

Hoy viernes, tras el impacto que el huracán Ian causó a decenas de familias hispanas, el espacio donde se ofrecen talleres divertidos y ejercicios se convertirá en un gran comedor para servir alimentos preparados y calientes. La tarea estará en manos de funcionarios de Advance Community Center y voluntarios Chispa Florida, una organización de justicia ambiental y comunitaria.

“Hay muchas familias que no podrán llegar, y como perdieron sus enseres y tampoco pueden cocinar, pues nosotros le llevaremos los alimentos”, explicó Susana Restrepo, organizadora comunitaria de Chispa Florida.

Los alimentos comenzarán a servirse a partir de las 12:00 del mediodía en las instalaciones del Centro de Ayuda Fonseca que ubica en el 1209 East Donegan Kissimmee, Florida 34744.

El pastor Fonseca explicó que darán prioridad a personas envejecientes y que tienen problemas de salud o movilidad. “Si no pueden llegar al centro porque no tienen transporte, es importante que nos llamen para coordinar. Es importante que sepan si las carreteras están accesibles. El teléfono para llamar es el 407-686-5166″, dijo el ministro.

Inaccesible la iglesia Jesús de Nazaret

La Iglesia Jesús de Nazaret que dirige el párroco Padre José Rodríguez es el epicentro de ayuda humanitaria para los hispanos del área de Orlando. Es desde allí que se ha articulado la ayuda en distintas instancias, pero el huracán Ian inundó los accesos y es imposible llegar el templo donde también ubica el banco de alimentos.

“No poder abrir la iglesia en estos momentos de tanta necesidad es doloroso pues siempre estamos ávidos para ayudar. Ha sido muy doloroso”, dijo a El Sentinel el Padre José en entrevista telefónica.

Se le escuchaba llorando.

“Nunca pensé que las calles que dan acceso a la iglesia iban a quedar inaccesibles”, dijo. “Pero tan pronto podamos llegar, y veamos que todo en la estructura está bien, nos activaremos para poner el banco de alimentos a funcionar y ayudar a nuestras familias”, dijo el líder religioso.