Para ver ‘Oppenheimer’, estos admiradores hacen de todo con tal de asistir a una de solo treinta pantallas

Un proyector IMAX de 70 milímetros en el AMC Lincoln Square de Manhattan, el 7 de julio de 2023. (Evelyn Freja para The New York Times).
Un proyector IMAX de 70 milímetros en el AMC Lincoln Square de Manhattan, el 7 de julio de 2023. (Evelyn Freja para The New York Times).

El viernes por la mañana, Vasili Birlidis y tres amigos se subirán a un auto alquilado en Gainesville, Florida, y conducirán diez horas ida y vuelta para ver una película que se proyectará en miles de pantallas de todo el país, incluyendo la de su propia ciudad.

Pero no es una película cualquiera. Y lo que es más importante, no viajan para ver una pantalla cualquiera.

Se trata de “Oppenheimer”, la nueva película biográfica sobre el hombre que dirigió el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, y Birlidis, de 27 años, insiste en verla en el Mall of Georgia, a las afueras de Atlanta, el día del estreno, porque es el lugar más cercano donde se proyecta la película en IMAX de 70 milímetros.

Muchos aficionados al cine consideran ese formato el estándar de oro y Christopher Nolan, guionista y director de “Oppenheimer”, hizo la película para que se viera así. Sin embargo, la cinta solo está disponible en IMAX de 70 milímetros en 30 pantallas del mundo, 19 de ellas en Estados Unidos. Ninguna de ellas está en Gainesville. Ni en Chicago, donde vive Ayethaw Tun, de 30 años, que irá en auto a Indianápolis para verla. Ni en Roma, donde vive Federico Larosa, de 34 años, que volará a Londres.

Si ves una opción de cine IMAX para “Oppenheimer”, lo más probable es que no sea una película de 70 milímetros, sino una proyección digital. Este formato, en el que “Oppenheimer” está disponible en más de 700 pantallas de todo el mundo, tiene muchos elementos recomendables: alta resolución, sonido excelente. Al igual que el IMAX de 70 milímetros, el IMAX digital tiene una relación de aspecto diferente a la de los cines estándar, lo que significa que verás una imagen más alta. Imagínate que ves “E. T., el extraterrestre” y Elliott pasa en bicicleta por delante de la luna, pero también ves el cielo nocturno por encima de la luna y todo lo de abajo hasta el suelo.

Para los cinéfilos muy aficionados, en concreto, a las películas —es decir, los filmes rodados y proyectados con un producto físico, fotoquímico—, comparar el IMAX de 70 milímetros con el IMAX digital, por no hablar del formato digital estándar, es como comparar un relámpago con una luciérnaga.

“Se trata de cuánto de la imagen te pierdes si la ves en otra pantalla”, aseguró Birlidis, exgerente de un cine. “Poder ver la película completa de la manera en que la concibió el director”, añadió, “y verla en cinta, que es una especie en extinción, y en uno de los 30 cines de su tipo en el planeta: eso es bastante especial”.

Nolan reconoció en una entrevista que la gran mayoría de los cinéfilos no verán “Oppenheimer” de la forma que él considera óptima. “Pertenezco a la primera o segunda generación de cineastas para los que estaba absolutamente claro que la mayoría de la gente iba a ver su trabajo en televisión, a posteriori”, afirmó. La primera vez que vio la película de 1982 “Blade Runner”, una de sus favoritas, añadió, fue en una cinta VHS pirata.

No obstante, Nolan, que trajo a nuestra entrevista dos tipos de película y un libro que la empresa IMAX hizo para él con el fin de ilustrar el mayor detalle visual de la película sobre el digital, es un evangelista del formato. Explica que los negativos IMAX de 70 milímetros son aproximadamente diez veces más grandes que los de 35 milímetros, el estándar en cines que durante décadas la proyección digital aspiró a suplantar, lo cual se traduce en una imagen más nítida y clara. Puede citar de memoria varios destinos donde hay pantallas IMAX de 70 milímetros. (El AMC Metreon de San Francisco es “una pantalla maravillosamente enorme”). Sabía que Brooklyn tiene uno de los aproximadamente cien cines que proyectan “Oppenheimer” en película normal de 70 milímetros, una copia “absolutamente hermosa”, señaló.

A pesar del escaso número de salas que proyectan los formatos más avanzados, Nolan argumentó que el esfuerzo de siquiera ponerla a disposición en estos formatos valía la pena, tanto para él como para el público, que tendrá que pagar más (una entrada para una función vespertina de “Oppenheimer” en IMAX de 70 milímetros en Manhattan cuesta casi 30 dólares). “Es como cenar en un restaurante fino en lugar de ir a Jimmy John’s”, comentó Julian Antos, director ejecutivo de la Sociedad Cinematográfica de Chicago, refiriéndose a la cadena de sándwiches del medio oeste del país.

En la actualidad, las películas de Nolan son prácticamente las únicas que utilizan cámaras IMAX y se exhiben con proyectores IMAX. (Varias películas recientes rodadas en parte con cámaras IMAX, incluida “¡Nop!”, del año pasado, no se proyectaron en IMAX de 70 milímetros). Para “Oppenheimer”, los cines están utilizando la mayoría de los 48 proyectores IMAX de 70 milímetros que quedan en el mundo. Estas gigantescas máquinas pueden arrastrar una copia de “Oppenheimer” —53 carretes que pesan en conjunto 272 kilogramos y contienen metraje que se extiende por 17,7 kilómetros— a través de sus lámparas de 15.000 vatios. Los cines ponen en servicio a 60 proyeccionistas con formación especial, algunos de ellos jubilados.

“Chris tiene una afinidad especial —y es casi un unicornio en este sentido— por las películas IMAX”, explicó Rich Gelfond, director ejecutivo de IMAX. “Sin Chris, desde luego, no habría tantas como existen hoy”.

Después de su película de acción “Batman inicia” (2005), proyectada en IMAX remasterizada digitalmente, la continuación de Nolan, “Batman: el caballero de la noche” (2008), fue el primer largometraje de Hollywood rodado en parte con cámaras IMAX. Las utilizó para la escena inicial, un audaz atraco a un banco ideado por el Guasón, interpretado por Heath Ledger, y les mostró imágenes del metraje a los ejecutivos del estudio. “Quedaron encantados”, relató Nolan. “Una vez que lo ves, lo entiendes desde la médula”.

c.2023 The New York Times Company