Opositores de Trump se desquitan con las zapatillas New Balance

La ira de los detractores del presidente electo, Donald Trump, ha encontrado un nuevo blanco nada más y nada menos que en la marca de zapatillas deportivas New Balance.

La empresa, que se vanagloria de que su calzado está “hecho en EEUU” generó críticas cuando apenas unas horas después de la victoria de Trump, su vicepresidente de Asuntos Públicos, Matt LeBretton, dijo que con Trump como presidente “las cosas van a ir en la dirección correcta”. También comentó que el gobierno de Obama había hecho “oídos sordos” a New Balance.

Sus declaraciones provocaron que algunos clientes opuestos a Trump se enfurecieran y comenzaran a botar y quemar sus zapatillas y, lo que es peor, a publicar fotos de sus actos en las redes sociales.

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New Balance salió a aclarar que los comentarios se referían a la Asociación Transpacífico, que reduciría los aranceles y las cuotas sobre las mercancías importadas.

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“New Balance apoyó públicamente las posiciones comerciales de Hillary Clinton, Bernie Sanders y Donald Trump antes del día de las elecciones, que se centraron en la creación de empleos manufactureros en Estados Unidos y seguimos apoyándolos hoy”, dijo el comunicado.

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Como las declaraciones no calmaron los ánimos, la compañía emitió otro mensaje en Twitter, poco después:

“Creemos en la comunidad. Creemos en la humanidad. De las personas que hacen nuestros zapatos a las personas que los usan, creemos en actuar con la máxima integridad y damos la bienvenida a todos los sectores de la vida”, indicó.

La elección de Trump ha dejado al descubierto profundas divisiones dentro de la sociedad estadounidense, que se reflejan también en el mundo empresarial.

En otro incidente relacionado con el resultado del 8 de noviembre, la empresa de comidas Grbhub advertió a sus empleados que hubieran votado por Trump que renunciaran a sus puestos de trabajo. La compañía luego se retractó de las declaraciones.