La oposición de Montenegro, ante el reto de desbancar al PDS tras 30 años

Belgrado, 31 ago (EFE).- La oposición montenegrina, dividida en tres bloques, tiene ante sí, tras las legislativas del domingo y por primera vez en tres década, la posibilidad de desbancar del poder al Partido Democrático de los Socialistas (DPS), si bien para ello afronta el reto de unirse y lograr un acuerdo de gobierno.

Según el recuento de casi el 99 % de los votos, el DPS, si bien fue el partido más votado, salió muy debilitado de las urnas, frente al claro fortalecimiento de los partidos opositores.

Según los analistas, en el fragmentado nuevo Parlamento la formación de una alianza con mayoría absoluta puede resultar complicada y larga.

"En cualquier caso, no podemos hablar de una estabilidad política en el próximo período, algo que debería ser un objetivo después de una crisis política", declaró a Efe Milena Besic, de la ONG montenegrina Centro para la Democracia y los Derechos Humanos (CEDEM).

FRAGMENTACIÓN DEL ESPECTRO POLÍTICO

Los resultados del voto apuntan a que el proeuropeo DPS, del presidente y "hombre fuerte" de Montenegro, Milo Djukanovic, tendrá 30 de los 81 escaños del Parlamento, seis menos que en la anterior legislatura, aunque todavía suma más de un tercio en la Cámara.

La coalición opositora "Por el futuro de Montenegro", aglutinada en torno al Frente Democrático (DF), dominado por nacionalistas serbios y prorrusos, dispondrá de 27 escaños, seguida de las alianzas opositoras de centro izquierda "La paz es nuestra nación", con 10, y "Negro sobre blanco" con 4.

Así las cosas, las tres listas opositoras tendrían juntas una ajustada mayoría (41 diputados) para dejar al DPS en la oposición, tras 30 años en el poder.

Por otro lado, lograron volver a entrar en el Parlamento socios tradicionales del DPS y otras agrupaciones afines, que serían la formación Socialdemócratas (SD), las de las minorías musulmana y albanesas, y el Partido Socialdemócrata (SDP).

EL DESAFÍO DE LA OPOSICIÓN

Las tres mayores formaciones opositoras han sugerido la posibilidad de dar paso a un gobierno técnico, formado de expertos, centrado en cumplir determinadas prioridades.

Para Besic, la propuesta "revela a los ciudadanos" las dificultades que tienen esos partidos para acercar sus posiciones y lograr un pacto sobre cómo distribuir los cargos en un nuevo gabinete.

Recordó en este contexto el contraste entre la orientación proserbia y prorrusa de "Por el Futuro de Montenegro", y la del partido URA, que encabeza la alianza "Negro sobre Blanco" y es claramente proeuropea y prooccidental.

"Son de hecho posturas irreconciliables, y será interesante ver si URA impondrá condiciones para la creación de una alianza que gobierne", señaló Besic.

En la campaña, "Por el Futuro de Montenegro" aseguró que no tiene la intención de cambiar el trazado del curso euroatlántico del país, miembro de la OTAN y aspirante a ingresar en la Unión Europea (UE) en torno al año 2025.

El ingreso en la UE es una prioridad para la gran mayoría de los 620.000 ciudadanos montenegrinos.

Para alcanzar ese anhelado objetivo, Bruselas exige a Podgorica mejorar el imperio del derecho y la lucha contra la corrupción, el clientelismo y el crimen organizado.

Besic advirtió de que, de todas formas, un gobierno de expertos tendría que ser sustituido por uno político en algún momento.

"No tenemos la experiencia de ver a esos partidos en el ejercicio del poder, por eso tienen un gran reto. No conocemos sus capacidades de dirigir al Estado en asuntos clave, como por ejemplo la política exterior", dijo la analista.

PROGRESO DEMOCRÁTICO

Pese a las dificultades, la apertura hacia un probable cambio de gobierno es valorada por Besic como un progreso en el proceso de democratización del país.

Entre los factores positivos de este desarrollo, la analista destaca la alta participación en las elecciones del domingo, que con el 76 % superó las de comicios anteriores, ya que reduce eventuales dudas que podrían surgir sobre el resultado de las urnas en una sociedad polarizada como la montenegrina.

La campaña electoral estuvo marcada por tensiones surgidas a finales de 2019 a raíz de una controvertida ley que prevé privatizar las propiedades de las comunidades religiosas y a la que se opone la Iglesia ortodoxa serbia, dominante en Montenegro.

La polémica ley desencadenó marchas de protesta diarias de miles de personas, a las que se sumaron las voces de los ciudadanos indignados por la corrupción de la elite política y el estilo autócrata del gobierno de Djukanovic.

No obstante, la jornada electoral transcurrió en calma y al final, ni hubo triunfalismo de la oposición ni renuncias por parte del DPS.

Para Montenegro, "es un gran avance democrático" el hecho de que ya en dos ocasiones haya conseguido grandes cambios "con el lápiz": la independencia en el referéndum del 2006, y el posible cambio en el poder, después de 30 años, en las elecciones de ayer, afirmó Besic.

Snezana Stanojevic

(c) Agencia EFE