Oposición convoca a uno de sus bastiones en recta final de campaña de presidenciales en Venezuela

MARACAIBO, Venezuela (AP) — En la recta final de las elecciones presidenciales en Venezuela, la oposición se jugaba el martes una importante carta con una movilización y concentración en la capital del estado de Zulia, que será decisivo en las votaciones del domingo por concentrar el mayor número de electores del país.

La ciudad de Maracaibo, que en los últimos años ha padecido los rigores de la crisis económica con recurrentes fallas en los servicios eléctrico y de agua, tenía previsto para el jueves ser el escenario del penúltimo acto de campaña convocado por la líder opositora María Corina Machado y el candidato de la coalición Edmundo González a cinco días de las elecciones.

El jueves será el cierre de campaña. El periodo de promoción electoral se acerca a su fin en medio de una creciente expectativa y de la atención de la comunidad internacional, de cara al día de la votación al que están convocados cerca de 20 millones de venezolanos electores.

Tras los comicios regionales de 2021, Zulia se convirtió, con 2,6 millones de electores, en unos de los tres bastiones de la oposición junto con los estados Cojedes y Nueva Esparta. Los restantes 20 estados del país están bajo control del oficialista Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV).

Al llegar al estado de Zulia, fronterizo con Colombia, Machado invitó por las redes sociales a sumarse al evento en Maracaibo, que está a unos 700 kilómetros al oeste de capital venezolana.

Además de su peso político, ese territorio tiene un valor estratégico debido a que cerca de dos tercios de las reservas petroleras de Venezuela se concentran en la cuenca del Lago de Maracaibo.

En las horas previas al evento, la ciudad de más de un millón y medio de habitantes permanecía apacible. Entre sus calles podría divisarse una que otra valla y grafitis a favor de Maduro, quien tras 11 años en el poder está optando a la reelección para un tercer período de seis años.

En el caso de González, un exdiplomático de 74 años, la AP no encontró ninguna publicidad a favor del opositor que a finales de marzo tomó el lugar de Machado como candidato después que la Contraloría General, que controla el oficialismo, la inhabilitara para ejercer cargos públicos por 15 años.

Desde el popular mercado de “Las Pulgas”, en el centro de Maracaibo, el fragor de la contienda electoral afloraba entre los comerciantes entre sus estrechos y sofocantes pasillos.

“Yo era chavista, pero este gobierno ya lo que nos tiene es cansado”, dijo el vendedor de verduras Daniel Bracho, de 55 años, mientras mostraba con orgullo una pequeña calcomanía con el rostro de González y Machado que se pegó en el extremo izquierdo de su camiseta.

Tras quejarse de cómo una nevera y dos ventiladores de su casa se dañaron debido a los frecuentes apagones que padece la ciudad petrolera, Bracho expresó que esperaba que Maduro “a la buena que se retire, porque el pueblo se cansó”.

A unos metros de él, otro humilde comerciante, José Labarca Padilla, admitió que estaba dispuesto a defender “hasta el final” el legado del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) y de Maduro, su heredero político.

“Hay que enfrentar las sanciones de los bandidos gringos; estos que lo que quieren es apoderarse de lo que hay en el país”, recalcó Labarca, de 69 años, al atribuir la crisis económica y las fallas en los servicios que enfrentan Zulia y otras regiones a las severas sanciones que impuso Washington desde 2019 al gobierno de Maduro. También reprochó el “saboteo de la misma oposición que tenemos, que están en el exterior”.

Pese a la incertidumbre que se ha generado en torno a las elecciones, Labarca se mostró confiado y dijo que “yo voy a salir a votar el domingo y si perdemos, hay que aceptarlo”.

Entre los líderes mundiales que han manifestado preocupación por la votación en Venezuela, está el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien admitió el lunes que estaba “asustado” por los recientes comentarios que realizó Maduro en un mitin donde afirmó que podría darse un “baño de sangre” si pierde los comicios y no logra la reelección.

“Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida… garanticemos la más grande victoria de la historia”, recordó Lula sobre las palabras de Maduro y añadió que le había manifestado a su par venezolano que la “única posibilidad de que Venezuela vuelva a la normalidad es que haya un proceso electoral ampliamente respetado”.

El presidente brasileño anunció que enviará un alto diplomático a la vecina Venezuela para que funja como observador de los comicios. Las autoridades electorales también invitaron al país a delegados del Centro Carter, con sede en Atlanta, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y a expertos de las Naciones Unidas.