Opinión: El vestido de Kim Kardashian en la Met Gala demuestra el pésimo ejemplo que es para las mujeres

Opinión: El vestido de Kim Kardashian en la Met Gala demuestra el pésimo ejemplo que es para las mujeres

“¡Qué locura de cintura!”, gritó uno de los fotógrafos durante el tumulto que acompañó la llegada de Kim Kardashian a la alfombra roja de la Met Gala de este año. Creo que habló por la mayoría de nosotros.

Pero, ¿debería sorprendernos tanto? Tal vez era de esperar la imagen de Kardashian, de 43 años, apenas capaz de subir las escaleras —si es que podía respirar— en el deslumbrante evento de celebridades, teniendo en cuenta que es una multimillonaria cuya marca se basa en una distorsión de la feminidad ideal, que raya en lo grotesco. Sin duda ha sobrepasado los límites en eventos anteriores.

Sin embargo, en mi opinión, este es su look más impactante hasta la fecha. Pero… no de la forma que ella hubiera esperado.

Con un vestido plateado estilo corsé de John Galliano que le ceñía la cintura hasta un punto imposible, Kardashian llevó la moda al extremo, y luego la llevó (y se llevó a sí misma) justo al límite. Me resultó doloroso ver las imágenes en las que se esforzaba por sonreír; parecía que se iba a desmayar en cualquier momento.

No es su primera vez: durante más de una década, Kim ha lucido polémicos looks, muchos de los cuales parecen anatómicamente imposibles. Tal vez recuerdes que allá por 2019, la fundadora de las prendas de moldeo Skims sacó de su retiro al diseñador Thierry Mugler para crear el asfixiante vestido con “estilo mojado” y que, según admitió después, le había dejado marcas temporales en el cuerpo: “Nunca había sentido un dolor así en mi vida”.

Con el vestido de látex color nude, inspirado en la blusa transparente de Raquel Welch en la película Boy On A Dolphin (1957), Kim volvió a lucir una cintura casi imperceptible y una espectacular figura (y espectacularmente antinatural) en forma de reloj de arena. El vestido se convirtió en el atuendo más comentado de la noche. Pero, ¿en qué contribuye a las mujeres?

Yo diría que Kardashian tiene una responsabilidad. Sí, demuestra que tiene agallas, audacia y tenacidad; está claro que no es reacia a sufrir por la moda o la publicidad (tuvo que aprender una técnica para sentarse con el vestido de Mugler y no podía ir al baño). Pero ¿qué mensaje envía a otras mujeres y muchachas jóvenes? Estamos en 2024. ¿Deberíamos presumir de cinturas lo bastante pequeñas como para rodearlas con la mano? ¿Mujeres reducidas a versiones de sí mismas que gesticulan de dolor y no pueden comer, hablar ni hacer otra cosa que permanecer de pie y ser admiradas? ¿Qué no un “ideal” corporal tan pequeño más bien es peligroso?

Los videos de la aparición de anoche en la alfombra roja muestran a Kim con un aspecto claramente incómodo. Las fotos de la velada pueden ser glamurosas, pero la realidad parece dolorosa. Su cintura está tan apretada que sus órganos vitales parecen desplazados. En algunos fragmentos de la velada, parece realmente enferma. El cuerpo de Kardashian debe haberse sentido como carne cruda después del evento de anoche. Nunca me habían parecido tan atractivos una sudadera con capucha y unos pantalones deportivos.

Ahora bien, no estoy siendo mojigata. Como muchas mujeres, he sacrificado la comodidad en nombre de la moda para una noche de fiesta y he sentido un delicioso alivio al final del evento cuando me quito el atuendo y me sobo los pies doloridos y llenos de ampollas.

Pero un análisis profundo del atuendo que ella llevaba me produce el tipo de escalofríos que no me produce el recuerdo de un par de tacones de aguja incómodos. En las fotografías detrás de cámaras del vestido con corsé, una creación a medida de Mansion Margiela Artisanal, los collages de ideas de Galliano muestran los moretones que los cordones dejan en la piel de las modelos.

Solo podía pensar en esas fotos cuando veía a dos asistentes ayudar a Kardashian a subir cojeando las escaleras de la alfombra roja. Podrá ser una de las mujeres más famosas, más fotografiadas y más influyentes del mundo, pero tenía un aspecto frágil y vulnerable. Su extrema riqueza puede haberle comprado una cintura extrema, pero ¿a qué costo? ¿A quién interesa que las mujeres con más éxito del planeta sigan teniendo que privarse de alimentos (y oxígeno) para conseguir la foto más favorecedora?

¿Y qué transmite a las mujeres de hoy la elección de un corsé? Es un símbolo cultural anticuado y complejo de la feminidad idealizada, propenso a análisis simplificados de “emancipación” frente a “opresión”; podría decirse que un poco como la misma Kardashian.

Al igual que su corsé, podría decirse que la estrella de reality shows representa tanto el empoderamiento como el control: está construyendo su propia versión de la feminidad, sí, pero también está construyendo ideales femeninos para el resto de nosotros. Cuando Kardashian remodela su cuerpo, también remodela el nuestro. Resulta inevitable que sus proporciones imposibles dicten las de la sociedad.

En cierto modo, el atuendo de Kardashian para la Met Gala de 2024 representó a la perfección el tema del evento: “El jardín del tiempo”. Inspirado en el relato homónimo de J. G. Ballard de 1962, cuenta cómo los ricos se esconden en la opulencia e intentan en vano detener el implacable acercamiento de los pobres que se amotinan en el exterior. La pareja adinerada del sombrío relato de Ballard consigue ralentizar el reloj, pero no detenerlo. Y así, se quedan estáticos, en un sitio, sin apenas poder respirar.