Opinión: Dirigí la Operación Máxima Velocidad y me preocupa la gripe aviar

Ahora que Donald Trump se alista para volver a la Casa Blanca el 20 de enero, debe estar preparado para abordar un asunto de inmediato: la posibilidad de que una mutación de la gripe aviar, que se está propagando, permita la transmisión entre humanos.

Fui el director científico del gobierno del presidente Joe Biden durante la pandemia de la Covid-19. Fui codirector de la Operación Máxima Velocidad, que comenzó en el primer mandato de Donald Trump para acelerar el desarrollo de las vacunas para la Covid-19. Trabajé en la compra y puesta en marcha de cientos de millones de vacunas y en el desarrollo de tratamientos antivirales. Una de mis tareas era evaluar la trayectoria del virus.

Ahora estoy de vuelta en mi trabajo como docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de California, campus San Francisco. He estado monitoreando la propagación de la gripe aviar, también conocida como H5N1, y comentando la situación con colegas de todo el país. Mi preocupación va en aumento.

Hasta la fecha no se ha notificado ningún contagio entre personas del virus H5N1, aunque se han producido al menos 55 casos confirmados de gripe aviar en seres humanos en Estados Unidos, casi todos entre trabajadores de la industria avícola y láctea. Se presume que esas infecciones son principalmente el resultado del contacto con animales. Además, hace poco un niño del condado de Alameda, en California, con síntomas respiratorios leves dio positivo a la prueba del H5N1; no está claro cómo se infectó. Es probable que haya otros casos sin diagnosticar.

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Todos esos casos han sido leves. Pero un adolescente de la Columbia Británica infectado con el virus se encuentra ahora en estado crítico. En este caso tampoco está claro cómo se infectó el adolescente. Pero el virus mostró signos de haber mutado de una forma que podría facilitar su transmisión a otra persona.

De ser así, el virus podría afianzarse lo suficiente como para iniciar la transmisión entre humanos. Otras mutaciones podrían evolucionar para mejorar la adhesión a las células humanas. Hasta el caso de la Columbia Británica, las infecciones recientes de gripe aviar en humanos en Norteamérica se habían limitado a los ojos y las fosas nasales. Pero el H5N1 se vuelve mortal cuando el virus se adhiere al revestimiento de los pulmones en el tracto respiratorio inferior.

Este virus ya ha cobrado la vida de personas antes. En 1997, un brote de H5N1 en aves de corral en Hong Kong provocó dieciocho infecciones de animales a humanos y seis muertes, las primeras infecciones humanas mortales conocidas. Después, en 2003, el H5N1 apareció en aves silvestres en Asia. Siguieron los brotes en aves de corral y causaron dos muertes en personas. Conforme continuaron los brotes, la tasa de mortalidad superó el 50 por ciento.

Esta es la situación actual: la evaluación de riesgos más reciente del Centro de Innovación para la Respuesta ante Brotes de Johns Hopkins, publicada el 19 de noviembre, calificó de alto el riesgo de infección para los trabajadores agrícolas y de moderado el riesgo de infección para las personas en contacto con los trabajadores agrícolas y los animales afectados. El informe del centro Johns Hopkins señaló que “aunque el riesgo inmediato para el público en general y los trabajadores sanitarios actualmente sigue siendo bajo, las consecuencias a largo plazo de transmisiones continuas y descontroladas suponen un alto riesgo para todas las poblaciones”.

En California hace poco se registró un aumento significativo en las detecciones del virus H5N1 en rebaños lecheros. Los expertos creen que los animales de hasta la mitad de las granjas lecheras de California están infectados. Por eso es importante pasteurizar la leche, lo cual mata el virus. (Toda la leche que se vende a través de las fronteras estatales está pasteurizada; 30 estados permiten la venta de leche no pasteurizada dentro del estado, la cual se etiqueta como “cruda”). Dos estados, Colorado y Pensilvania, han acordado analizar la leche acumulada de todas las granjas antes de la pasteurización para monitorear la propagación. Las pruebas de la leche a granel deberían ser obligatorias en todos los estados con granjas lecheras para determinar el alcance total de la infección en estas granjas y también permitirnos contener el virus. Como para subrayar la importancia de tal mandato, se detectó gripe aviar en leche cruda comprada al por menor el pasado jueves de un productor lácteo con sede en Fresno, California.

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Sin pruebas obligatorias, la gripe aviar seguirá circulando en las granjas de todo el país, lo que aumenta sustancialmente el riesgo de que el virus mute y evolucione hasta permitir una transmisión entre humanos que será difícil de detener.

El virus H5N1 ya ha demostrado su propensión a infectar con rapidez cientos de rebaños y granjas en Estados Unidos. Desde marzo, 616 rebaños lecheros de 15 estados se han infectado con el H5N1. Y desde el inicio del brote en febrero de 2022, se ha detectado H5N1 en aves de corral de 49 estados, lo cual ha afectado a un total de 111 millones de aves.

También han aumentado las detecciones de H5N1 en aves migratorias y comerciales en la Unión Europea, Canadá, Japón y Corea del Sur, en comparación con 2023.

Lo que también es preocupante es que nuestro arsenal para resistir podría no estar a la altura de las circunstancias.

Un análisis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades descubrió que una mutación en personas del estado de Washington que trabajan sacrificando aves de corral podría reducir la eficacia del oseltamivir, también conocido como Tamiflu, en el tratamiento de la influenza A, un tipo de gripe que incluye el H5N1 y muchos otros subtipos. Y una mutación hallada en un caso reciente en California podría reducir la eficacia del baloxavir marboxil, otro fármaco utilizado para tratar la influenza A.

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En el caso de los anticuerpos monoclonales contra el virus, no hay ninguno disponible a nivel comercial en la actualidad. Estos anticuerpos producidos en laboratorio están diseñados para imitar la respuesta inmunitaria del cuerpo y atacar directamente el virus.

En cuanto a las vacunas, se han registrado avances modestos en las candidatas a vacunas de ARNm, que estimulan el propio sistema inmunitario del cuerpo contra un virus específico. Estas candidatas podrían ofrecer medidas defensivas más eficaces en respuesta a mutaciones preocupantes. Cabe destacar que las empresas que aumentaron la producción de vacunas de ARNm durante la pandemia de la Covid-19 están desarrollando vacunas contra la gripe aviar.

Por suerte, el país ya dispone de cinco millones de dosis de la vacuna contra la influenza A (H5) y es probable que otros cinco millones de dosis estén listas para finales de año. Eso es suficiente para cubrir a la comunidad de trabajadores agrícolas. Se espera que esa vacuna tenga una eficacia similar a la de nuestras vacunas contra la influenza estacional, que oscila entre el 30 y el 70 por ciento.

Nadie sabe cuántas mutaciones serán necesarias para desencadenar la propagación respiratoria entre humanos. Eso podría requerir muchas mutaciones y tal vez nunca ocurra. Pero también podríamos estar apenas a dos o tres mutaciones de que suceda. Si el virus empieza a transmitirse con eficacia entre humanos, será muy difícil de contener, según la evaluación de Johns Hopkins, y “la probabilidad de una pandemia es muy alta”.

El gobierno entrante de Trump debe estar preparado.

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David A. Kessler, médico y abogado, fue comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos durante los gobiernos de George H. W. Bush y Clinton, y director científico del gobierno de Biden durante la pandemia de la Covid-19. También fue decano de las Facultades de Medicina de la Universidad de Yale y la Universidad de California, campus San Francisco, donde ahora es profesor.

c.2024 The New York Times Company