Así es cómo las amenazas violentas del movimiento MAGA lo alteran todo en Estados Unidos

Una seguidora de Donald Trump points apunta al candidato presidencial Donald Trump en un acto en Filadelfia, el pasado 17 de febrero. (AP/Manuel Balce Ceneta)
Una seguidora de Donald Trump points apunta al candidato presidencial Donald Trump en un acto en Filadelfia, el pasado 17 de febrero. (AP/Manuel Balce Ceneta)

Por David French

Entre el constante bombardeo de noticias sensacionalistas (los escándalos, las sentencias judiciales, los salvajes gambitos políticos) a veces es fácil obviar las tendencias más profundas que están moldeando la vida estadounidense. Por ejemplo, ¿eres consciente de hasta qué punto la amenaza constante de violencia, sobre todo por parte de las fuentes del movimiento creado por Trump para “Hacer a Estados Unidos grandioso de nuevo” (MAGA, por su sigla en inglés) está distorsionando la política estadounidense? Si acaso te preguntas por qué tan pocas personas en el Estados Unidos republicano se oponen de manera frontal al movimiento MAGA, ¿eres consciente del precio que podrían pagar si lo hicieran?

A fines del mes pasado, escuché una fascinante entrevista de NPR con los periodistas Michael Isikoff y Daniel Klaidman sobre su nuevo libro, “Find Me the Votes”, sobre los esfuerzos de Donald Trump para anular las elecciones de 2020. En el volumen, los reporteros señalan que la fiscal de Georgia Fani Willis tuvo problemas para encontrar abogados dispuestos a llevar su caso contra Trump. Incluso un exgobernador de Georgia la rechazó y le dijo: “Hipotéticamente hablando, ¿quieres tener un guardaespaldas siguiéndote por el resto de tu vida?”.

No exageraba. Willis recibió una amenaza de muerte tan concreta que una noche tuvo que salir de incógnito de su despacho, mientras una doble vestida con un chaleco antibalas valientemente se hacía pasar por ella, como una diana para atraer cualquier ataque que se produjera.

No hay que pensar ni por un momento que esto es inusual hoy en día. La jueza Tanya Chutkan, quien supervisa el juicio federal de Trump por el 6 de enero, fue víctima de un operativo de las fuerzas especiales de policía, al igual que el abogado especial Jack Smith. Para quienes no estén familiarizados, esta conducta es un aterrador acto de intimidación en el que alguien llama a las fuerzas del orden y afirma de manera falsa que se está produciendo un crimen violento en una dirección. De este modo, se envía a la policía armada hasta los dientes al domicilio de una persona con la expectativa de que haya un enfrentamiento violento. En 2017, un hombre murió en Kansas debido a un incidente sucedido en un operativo policial.

El candidato republicano Donald Trump con su gorra MAGA (AP Photo/Paul Sancya)
El candidato republicano Donald Trump con su gorra MAGA (AP Photo/Paul Sancya)

La Corte Suprema de Colorado también recibió amenazas terribles tras un fallo en el que Trump quedaba inhabilitado para aparecer en la boleta electoral. Hay una preocupación profunda por la seguridad de los testigos y jurados en los distintos juicios de Trump.

Mitt Romney enfrenta tantas amenazas que gasta 5000 dólares diarios en seguridad para proteger a su familia. Después del 6 de enero, el republicano Peter Meijer, quien fue representante, dijo que al menos un colega votó por no certificar las elecciones por temor a la seguridad de su familia. Las amenazas contra miembros del Congreso abundan y se ha producido un aumento escandaloso desde que Trump estuvo en el cargo. El año pasado, la Policía del Capitolio abrió más de 8000 evaluaciones de amenazas, una cifra que es ocho veces mayor a la que se registró en 2016.

El desafío tampoco se limita a la política nacional. En 2021, Reuters publicó un espeluznante y exhaustivo informe en el que detallaba las persistentes amenazas contra los trabajadores electorales locales. En 2022, presentó otro reportaje en el que detallaba las amenazas contra los consejos escolares locales. En mi propia comunidad de Tennessee, los médicos y enfermeras que abogaban por el uso de cubrebocas en las escuelas fueron blanco de gritos y amenazas de activistas de derecha, que le dijeron a un hombre frases como “sabemos quién eres” y “te encontraremos”.

Mi propia familia ha pasado por noches y días aterradores a lo largo de los últimos años. Hemos enfrentado amenazas de muerte, una amenaza de bomba, un torpe intento de enviarnos a la policía y la divulgación de nuestra información personal por parte de nacionalistas blancos. Algunas personas incluso han llegado a presentarse en nuestra casa. Un hombre fue a la escuela de mis hijos. He interactuado con el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional de Tennessee y las autoridades locales. Aunque las amenazas explícitas van y vienen, la sensación de peligro nunca desaparece del todo. Siempre estamos atentos a nuestro alrededor.

Y no, las amenazas de violencia ideológica no provienen exclusivamente de la derecha. Hemos visto demasiada destrucción en las protestas de George Floyd como para creer eso. Hemos visto ataques y amenazas de la izquierda contra republicanos y conservadores. El aumento de incidentes antisemitas desde el 7 de octubre es un recordatorio aleccionador de que el odio vive tanto en la derecha como en la izquierda.

No se detiene

Pero el tsunami de amenazas de los partidarios de MAGA es distinto. La intimidación es sistémica y ubicua, una táctica reconocida de la derecha de Trump que fluye desde las fantasías violentas del mismo expresidente. Es raro encontrar a un crítico público de Trump que no se haya enfrentado a amenazas e intimidaciones.

Pero no quiero ser demasiado pesimista. Así que permítanme terminar con un rayo de esperanza. En el verano de 2021, recibí una amenaza bastante directa después de haber escrito una serie de artículos en los que me oponía a la prohibición de enseñar teoría crítica de la raza en las escuelas públicas. Alguien le envió a mi esposa un correo electrónico en el que amenazaba con dispararme en la cara.

Seguidores de Trump llamados 'Patriots for Freedom'  (AP/Rebecca Blackwell)
Seguidores de Trump llamados 'Patriots for Freedom' (AP/Rebecca Blackwell)

Mi esposa y yo sabíamos que era casi seguro que solo querían asustarnos. Pero también sabíamos que los nacionalistas blancos tenían nuestra dirección, ambos estábamos de viaje y la única persona que esa noche estaba en casa era mi hijo de edad universitaria. Así que llamamos al alguacil de nuestra localidad, le informamos sobre la amenaza y le preguntamos si el departamento podía enviar a alguien a inspeccionar nuestra residencia.

Minutos después, un joven asistente del alguacil me llamó para decirme que todo estaba tranquilo en nuestra casa. Cuando le pregunté si le importaría volver a comprobarlo otras veces, me dijo que se quedaría frente a nuestra casa toda la noche. Entonces me preguntó: “¿Por qué recibió esta amenaza?”.

Dudé en decirle. Nuestra comunidad está tan a favor del movimiento MAGA que sentí una punzada de preocupación por su respuesta. “Soy columnista”, dije, “y hemos tenido muchas amenazas desde que escribí contra Donald Trump”.

El asistente del alguacil se quedó callado por un momento. “Soy veterinario”, contestó, “y decidí formar parte de la policía porque creo en la Constitución. Creo en la libertad de expresión”. Y luego dijo estas palabras que nunca olvidaré: “Usted siga hablando y yo haré guardia”.

No sabía cuáles serían las inclinaciones políticas de ese servidor público y no hacía falta. Cuando oí sus palabras, pensé, eso es. Ese es el camino. A veces estamos llamados a hablar. A veces estamos llamados a montar guardia. Todo el tiempo podemos al menos consolar a los amenazados, demostrándoles con palabras y hechos que no están solos. Si lo hacemos, podremos salir adelante. De lo contrario, el miedo será demasiado grande como para que las personas buenas puedan soportarlo.

c.2024 The New York Times Company

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Así es la nueva línea de calzado presentada por Donald Trump