“Open your libros”: cómo el Spanglish conecta aulas e identidades a través de la frontera

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En la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR), dentro del aula de la teacher Zenaida Rodríguez, se puede escuchar la frase “Open your libros”. A veces la cambia por  “Abran sus books”. Escuchar esta mezcla de lenguajes es normal para sus alumnos de primer semestre de la licenciatura en Lengua Inglesa, quienes replican el mismo  a la hora de dar presentaciones o en su intento de expresar sus opiniones. ​​”Decimos ‘instructions’, y después ya no dices la instrucción en inglés”, dijo Rodríguez. “No decimos ‘write the following verbs in the following columns’. Ese ‘instructions’ fue en inglés y lo demás ya no’”.

El salón de clases de Rodríguez en Ciudad de Carmen, Campeche, es una de las muchas aulas de México y Estados Unidos en las que dos lenguas se mezclan en una y, en el proceso, cambian la forma en que los estudiantes se expresan y la manera en la que moldean su identidad. El Spanglish es un fenómeno dinámico y vivo que refleja la compleja relación entre Estados Unidos y México, moldeada por la globalización, el intercambio cultural y los cambios demográficos. A medida que ese intercambio se acelera, el Spanglish gana hablantes y relevancia–y los sistemas educativos en los dos países son arenas principales para observar ese cambio. El Spanglish se ha convertido en un reflejo de dos culturas y de una forma de identidad que le permite a quienes lo hablan lidiar con las complejidades de vivir entre ellas.

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El Spanglish no solo es un reflejo de la compleja diversidad cultural y lingüística de los hablantes, sino también una expresión única de sus identidades, lo que dificulta su definición. “La palabra Spanglish es muy controvertida”, dice María Luisa Parra, doctora en Lingüística Hispánica y profesora en Harvard. Hay distintas definiciones sobre lo que es el Spanglish. No se puede definirlo como un sistema de lengua, de acuerdo con Parra, porque existen muchas variaciones del mismo y depende del contexto de la persona que lo habla.  Para la experta en lenguas Ana Celia Zentella, el Spanglish es un reflejo de la realidad multicultural y bilingüe de los hispanohablantes en Estados Unidos. Es una variedad lingüística que se da con la coexistencia del español y del inglés, y con el uso de ambos idiomas de forma simultánea. Más que un sistema lingüístico es una práctica discursiva compleja.

También se puede considerar al Spanglish como una forma de cambio de códigos, es decir, cambios de idiomas. En este contexto, los “códigos” son idiomas que crean caminos neuronales que se almacenan en la misma parte del cerebro. Es como si tuviéramos un diccionario en el cerebro con todas las palabras que conocemos, sin importar el idioma en el que estén. Es por esto que al momento de hablar los mezclamos, porque recordamos la palabra que nos parece más representativa, aunque no esté en el idioma en el que estamos hablando. Sin embargo, es un proceso inconsciente. El cambio de código solo puede darse cuando la persona es capaz de distinguir las distintas lenguas en su cerebro. Es por esto que surgió el concepto de translanguaging, el cual está relacionado, que establece que el hablante no distingue una lengua de otra, y usa todos los recursos lingüísticos que tiene y que son significativos para decir lo que quiere. ”La fluidez verbal se da para evitar cortes en el discurso, y estando en un contexto bilingüe puedes utilizar términos en español o en inglés”, dice Emilio Ruiz, neurocientífico con interés en procesos cognitivos del lenguaje.

Así como no es sencillo definir el Spanglish, tampoco se puede localizar fácilmente una zona específica en la cual se hable. El Spanglish solía ser una característica asociada a los habitantes de la frontera entre México y Estados Unidos, pero la migración y la globalización lo han llevado más lejos. De acuerdo a datos de World Population Review, cuatro de los seis estados en los que más se habla español en Estados Unidos se encuentran a lo largo de la frontera, junto con Florida y Nevada. Mientras que en México, de acuerdo a datos del INEGI, los estados en los que más se habla inglés son la Ciudad de México y a lo largo del corredor industrial Del Bajío.

El lenguaje no es homogéneo, sino que está moldeado por el contexto local, lo cual da como resultado variaciones únicas del Spanglish que reflejan las influencias culturales y lingüísticas de cada comunidad. El Spanglish de los mexicanos en Estados Unidos es diferente al de los mexicanos en México, y dentro de Estados Unidos existen variedades del español de todos los países de Latinoamérica. Esta diversidad lingüística también puede observarse dentro de México con el español, ya que dependiendo de la región en la que te encuentres puedes escuchar palabras y pronunciaciones distintas a las de otras regiones.

El Spanglish no es un fenómeno exclusivo de México y Estados Unidos, pero esos dos países son el mejor lugar para observarlo, por su cercanía geográfica e  historia compartida. Además, el tamaño de la comunidad latina que vive en Estados Unidos alcanzó los 62.5 millones de personas en 2021. Esto ha hecho que el Spanglish sea una parte representativa de la cultura estadounidense.

En algunos casos, el uso del Spanglish en México puede usarse como un indicador de clase social, destacando la habilidad de una persona para hablar en inglés y en español dependiendo del entorno. (Por ejemplo,  las niñas “fresas” de México -jóvenes de clase alta que adoptan modismos o palabras en inglés en su forma de hablar). En las grandes ciudades metropolitanas del país, donde la enseñanza del inglés es inculcada desde que temprana edad (especialmente en escuelas privadas), el Spanglish surge como una consecuencia natural a la exposición del lenguaje desde muy pequeños, al igual que de la creciente influencia que Estados Unidos tiene dentro de los patrones de vida y de consumo.

“Todas nuestras materias eran en inglés”, cuenta Jennifer Osorio, exestudiante de San Roberto International School en Nuevo León. “Incluso hasta en recess teníamos que hablar en inglés y si pasaba un maestro y te escuchaba hablar en español te regañaba”. La experiencia de Jennifer es diferente a la de muchos estudiantes dentro del territorio mexicano, e incluso a otros hablantes del Spanglish. Ángel Javier Cordova Barrientos, estudiante de segundo semestre de la licenciatura en Lengua Inglesa en la UNACAR, explica que en Campeche es antinatural escuchar el Spanglish fuera del salón de clases. “Si alguien habla inglés fuera de contexto y si tiene una buena pronunciación, en seguida viene la burla de ‘ay, el bilingüe’”.

En Estados Unidos, el grupo que está asociado a la identidad lingüística del Spanglish son los chicanos. Roberto del Real, director de servicios comunitarios de Chicanos por la Causa, define a los chicanos como “alguien con raíces latinas, que ve la belleza de su cultura, y no es allá, ni de acá. Que camina por ambos carriles porque está orgulloso de ser estadounidense, pero aferrándose a su cultura”. Los Chicanos también han adaptado el uso del Spanglish a sus necesidades. A pesar de que su lengua materna es el español, se sienten orgullosos de ser estadounidenses e incorporan el inglés a su conversación del día a día. Este es el caso de Alex Bosworth, un mexicano que ha vivido toda su vida en Estados Unidos. Cuando necesita comprar algo le dice a su hermana “Hey, are you ready to leave? Vamos pa’ la tienda”.

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A pesar de la frecuencia con la que se usa, a veces el Spanglish es visto como un problema en las aulas de clases en Estados Unidos y en México. Alessia Rivera nació en Estados Unidos de papás mexicanos, estudió en Estados Unidos gran parte de su vida hasta que se mudó a la Ciudad de México para empezar la universidad, y nos contó que hay profesores en Estados Unidos que son puristas del lenguaje y toman posturas muy rígidas con respecto al idioma que debe hablarse en clase, por lo que prohíbe que se hable en español. Esto dificulta enormemente la comunicación y el aprendizaje de los estudiantes. “No se debe invalidar la forma en la que hablan”, expresa Parra, la profesora de Harvard.

Del Real, quien ha visitado numerosas escuelas como parte de su trabajo en defensa de los Chicanos, dice que en las escuelas en Estados Unidos se cree que los estudiantes latinos “son más mensos” porque piensan en español y traducen todo al inglés. Es importante señalar que esta creencia no solo es estigmatizante, sino que también contradice la evidencia científica.

Mientras tanto, Parra ha notado que en las clases de español que se imparten en Estados Unidos, casi todos los maestros son de Latinoamérica, se formaron en lingüística o literatura y vienen de ambientes monolingües. Aprendieron que la forma de enseñar una segunda lengua, era separándola de la primera. Al momento de llegar a un contexto en el que existe el translanguaging, algunos profesores toman posturas muy puristas y dicen “¿Cómo que están mezclando? ¡Qué horror!”.

En la experiencia de la profesora Sandra Villalobos, del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), los estudiantes usan el Spanglish “para crear una línea de comunicación más rápida”. A lo largo de su trayectoria profesional, se ha centrado en la enseñanza del español como segundo idioma. “Por lo general, uno encuentra que alguien que habla español como lenguaje nativo, incluye términos en inglés… Es comprensible que, al estar expuestos al inglés, adoptan ese vocabulario para incorporarlo en una conversación en español”, dijo.

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Para muchas personas que viven en comunidades donde se habla tanto inglés como español, el Spanglish no es solo una opción, sino que se vuelve una necesidad para comunicarse de manera efectiva. Dentro de entornos educativos, la gran parte de los materiales de referencia se encuentran escritos en inglés. Los estudiantes mexicanos se han visto obligados a familiarizarse con el idioma debido a que no existen otras alternativas de acceso a la información. Muchos conceptos dentro de las ramas de la tecnología y de los negocios fueron formulados originalmente en ese idioma, y el acceso a la información disponible siembra la duda de si existen términos equivalentes en español. Ramón González, un estudiante de Relaciones Internacionales que creció en Estados Unidos, considera que “por definición nuestra carrera es súper pocha”, justamente porque los conceptos no tienen equivalencia en español.

Incluso, aun cuando uno puede no considerarse un hablante de Spanglish, el proceso de hablarlo suele ser inconsciente. A la profesora Villalobos, del ITAM, le llamaba la atención que “uno encuentra estudiantes y personas aquí en México que dicen ‘voy a salvar el archivo’. Se convirtieron en palabras nuevas, en el sentido de que tomaron palabras en inglés y las convirtieron al español”. Otro ejemplo es el uso de aplicación en lugar de solicitud, que viene de apply to college, o la palabra carpeta, que es una mezcla de carpet y alfombra. Palabras como tenis, shorts, gamer, laptop, lunch, sandwich, mouse, roomies, outfit, skincare y shopping se han incorporado al idioma como propias. Al mismo tiempo, palabras como typear, copy-pastear, mutear, tuitear se pueden considerar como una mexicanización de los verbos, utilizando la palabra en inglés y respetando la conjugación que tendría en español. Además de verbos, Alex Bosworth, el estudiante mexicano que creció en Estados Unidos, señaló sustantivos como parqueadero, troca o marqueta. Son palabras que se inventan, respetando las reglas gramaticales del español.

Las palabras de Spanglish que uno usa depende mucho de su contexto y la exposición que tiene a la cultura estadounidense. Yazmín Pérez, profesora de inglés de la UNACAR en Campeche, lo escucha mucho en su salón de clases. Ahí es muy común escuchar a sus alumnos decir “es que yo soy gamer”, cuenta. “No puede utilizar otra palabra, porque la palabra es esa. Todo el mundo conoce qué es un gamer”.

Osorio, que estudió en el San Roberto International School en Nuevo León y ahora da clases de spinning en Monterrey, explica que “al dar una clase, todos los movimientos los digo en inglés. De entrada, soy el coach y no el instructor. En vez de dar la instrucción de ‘cadera para atrás’, digo ‘tap back’. En vez de lagartija, se dice ‘push-up’. Nunca lo decimos en español”.

González, el estudiante del ITAM, tuvo una experiencia diferente con el Spanglish, ya que él creció en Indiana, Estados Unidos. Había una regla de que dentro de su casa solo se podía hablar en español, mientras que en su escuela solo hablaba en inglés, porque no había con quién hablar en español. Comenta que llegó un momento en el que empezó a pensar en Spanglish porque no podía recordar las palabras en alguno de los dos idiomas. En su día a día, usa expresiones como “ay la noche se puso un poco crazy”, o cuando hay una situación rara, dice “se puso super out of context”.

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Todo esto tiene sentido: los idiomas son organismos vivos que se adaptan a las necesidades de las personas. El Spanglish se puede considerar como una necesidad involuntaria o voluntaria dependiendo del caso, y es el resultado de un juego creativo con los idiomas. Refleja la realidad bicultural y bilingüe de hispanohablantes en ambos países. A pesar de que algunas personas lo critiquen, la pregunta clave, dice Rodríguez, de la UNACAR, es: “¿qué estamos buscando realmente, comunicación o perfección?”. Parra, por su parte, cree que la creación de programas bilingües en las escuelas de México y Estados Unidos es necesaria, para disminuir las barreras del lenguaje a las cuales se enfrentan los estudiantes que no hablan la lengua en la que se imparte la clase. El no hacerlo le puede impedir al estudiante desarrollarse académicamente y participar.

Por el contrario, el reconocimiento del Spanglish como una variedad lingüística puede brindar a los estudiantes un desarrollo que se adapte a su necesidad bilingüe y bicultural. El Spanglish es un concepto que se analiza en la academia, pero sus implicaciones son muy concretas: Del Real cuenta que los Chicanos no le dan un nombre a la mezcla de idiomas, porque “como somos tantos, realmente no le damos una etiqueta” –es el status quo, no un fenómeno especial. Conforme la comunidad hispanohablante ha crecido en Estados Unidos, el Spanglish ya no es frowned upon, sino que se ha vuelto algo de lo que puedes estar orgulloso. Las personas que hablan de este modo –no solo en Estados Unidos, sino también en México– están creando una comunidad donde lo que importa es que se entienden y se identifican unos con otros. Poco a poco, se están popularizando frases como “Open your libros”, que quizá pronto retumbarán dentro de los salones de clases más allá de Campeche, hasta llegar a los Estados Unidos.

* Mariana Cabello es una estudiante de Relaciones Internacionales con un interés especial en la migración internacional, centrándose en la diversidad lingüística e intersecciones culturales. Le gusta explorar diversos temas culturales y lingüísticos con un enfoque fresco y perspicaz. Ana Paula Juárez Alonzo es una estudiante de Relaciones Internacionales con interés en la seguridad internacional y el impacto de la globalización en el desarrollo de las sociedades. Es apasionada de la literatura, escritura y difusión del conocimiento.

Este artículo se realizó como parte del curso de periodismo transfronterizo impartido de manera conjunta entre Arizona State University y el Instituto Tecnológico Autónomo de México, mismo que obtuvo el apoyo financiero del Departamento de Estado de los Estados Unidos a través del programa 100,000 Strong in the Americas.