El nacionalista Sinn Féin toma los mandos del Gobierno norirlandés de poder compartido
Dublín, 3 feb (EFE).- Después de dos años de suspensión por el veto unionista a los arreglos del Brexit, Irlanda del Norte tiene un Ejecutivo de poder compartido que, por primera vez en la historia de la provincia británica, estará encabezado por el nacionalista Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA.
"Este es un día histórico", celebró la nueva ministra principal norirlandesa, Michelle O'Neill, al comienzo de una jornada que marcó el fin de más de un siglo de gobiernos liderados por los unionistas, tras la victoria de los republicanos proirlandeses en las elecciones de 2022.
Otra mujer, la diputada del probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) -segunda fuerza- Emma Little-Pengelly, asumió el cargo de viceministra principal.
Ambas lanzaron este sábado mensajes conciliatorios en los que resaltaron sus diferentes identidades y tradiciones, al tiempo que se comprometieron a trabajar para toda la sociedad norirlandesa, harta tras dos años sin representantes en la Asamblea legislativa autónoma en los que se han deteriorado gravemente los servicios públicos.
"La coalición de poder compartido formada hoy aquí por los partidos debe dedicarse ahora a desarrollar una ambiciosa agenda de cambio. Esta es una Asamblea para todos, católicos, protestantes y disidentes", subrayó O'Neill tras su investidura.
Por contra, no efectuó referencia alguna al objetivo histórico de la reunificación de Irlanda, que el Sinn Féin persigue ahora por métodos democráticos tras la firma de los acuerdos de paz (1998) y la desaparición del Ejército Republicano Irlandés (IRA).
Lo evitó O'Neill porque hoy era el día de la unidad y porque, dado el gran simbolismo que tiene la ascensión republicana al poder, sobraban las palabras.
Aunque los puestos de ministra y viceministra principal tienen sobre el papel la misma importancia -uno no puede funcionar sin el otro-, el primero tiene una enorme carga emocional para el unionismo.
Tras la creación de Irlanda del Norte en 1921, los padres fundadores garantizaron a través de la ingeniería electoral y el control de las circunscripciones que la nueva provincia británica mantendría durante décadas una mayoría protestante y unionista.
Desde entonces, todos los gobiernos (once en total) en Stormont, sede de la Asamblea, han estado encabezados por protestantes unionistas, un ciclo roto hoy por el mismo partido que durante tanto tiempo se empeñó en destruirlos.
La estrategia del Sinn Féinn, cuya presidenta, Mary Lou McDonald -radicada en Dublín-, vislumbra la posibilidad de gobernar también la República de Irlanda tras las elecciones generales de 2025, pasa ahora por seducir a esa parte del electorado norirlandés que no se considera ni nacionalista ni unionista, de cara a la celebración de un referéndum sobre la reunificación en el futuro próximo.
Por eso, O'Neill habló hoy sobre todo de reconciliación e incluso destacó los esfuerzos del DUP para regresar al Ejecutivo, después de que su líder, Jeffrey Donaldson, levantó este jueves un veto de dos años tras cerrar un pacto con Londres que aborda sus preocupaciones sobre los arreglos comerciales posBrexit para la provincia británica.
Por su parte, Little-Pengelly felicitó a su ministra principal y aseguró que tratará de desempeñar su cargo con "diligencia" para aprovechar el "increíble potencial" que presenta este nuevo comienzo para Irlanda del Norte.
No obstante, recordó que, como muchos en la cámara, creció durante el pasado conflicto y relató su experiencia tras un atentado con bomba perpetrado por el IRA cuando tenía once años.
"Nunca olvidaré el miedo, el dolor y la furia", señaló la viceministra principal, quien destacó que, por suerte, la juventud norirlandesa ya no tiene que hacer frente a "ese terror".
La Asamblea de Belfast confirmó asimismo hoy la composición completa del próximo Ejecutivo, en el que aportan ministros el multiconfesional Partido Alianza y el Partido Unionista del Ulster (UUP), tercera y cuarta formación, respectivamente.
La cámara también eligió hoy a su presidente para la legislatura, cargo que desempeñará el exlíder del DUP Edwin Poots, tan conocido por su fundamentalismo religioso de presbiteriano protestante como por su pragmatismo político.
Poots puede ser clave para tender puentes con los nacionalistas, con los que mantiene buenas relaciones, y con otros diputados de una cámara donde no faltan los críticos de Donaldson, como los unionistas radicales que le consideran poco menos que un traidor.
"Creo que nos vamos a divertir", resumió el líder del UUP, Doug Beattie, al recordar que Poots también tiene un gran sentido del humor, lo que será toda una novedad para la gris e intrincada política norirlandesa.
Javier Aja
(c) Agencia EFE