Olaudah Equiano: La dolorosa autobiografía de un esclavo que avergüenza a Londres
Las protestas contra el racismo en Estados Unidos por el asesinato de George Floyd han enfrentado a los británicos a una ineludible realidad: las grandes fortunas y las maravillas arquitectónicas del Londres moderno fueron financiadas por la esclavitud.
Miles de testimonios de sobrevivientes, mobiliarios, obras de arte y registros bancarios le restan brillo a un pasado glorioso que en realidad fue una oscura época sostenida por la trata de humanos.
Uno de los relatos más estremecedores es el de Olaudah Equiano, un africano que compró su libertad y en 1789 escribió con lujo de detalles su brutal captura por unos mercaderes de esclavos y su atroz viaje por el Atlántico hasta el Mar Caribe. La historia de su vida fue destacada en la publicación My London.
Equinao nació en una tribu en un territorio de África Occidental donde hoy se encuentra la República Federal de Nigeria. Gozaba de los privilegios correspondientes al hijo del líder de su comunidad hasta que a los 11 años fue secuestrado junto a su hermana.
Su libro no escatima detalles sobre la organización social y económica de su aldea Essaka. Describió a su tribu como “una nación de bailarines, músicos y poetas” donde el mayor lujo son los perfumes elaborados mediante el procesamiento de las cortezas de árboles aromáticos. Aseguró que su tierra natal era inusitadamente rica y generosa porque producía todo tipo de vegetales en abundancia.
Reflexionó que quizá los captores de esclavos se fijaron en ellos porque los habitantes de su comunidad eran fuertes, sanos y no tenían “deformidades”. Todos trabajaban en la cosecha desde pequeños para el beneficio de toda la tribu y por eso no había mendigos.
En su libro Equinao relató que su captura fue planeada. Dos hombres y una mujer asaltaron su casa cuando todos los adultos habían salido a sus labores cotidianas. La sorpresa paralizó a los dos niños, quienes no tuvieron tiempo de gritar, huir ni oponer resistencia. Los malhechores taparon sus bocas y los obligaron a correr hacia el monte.
Ataron sus manos y continuaron caminando hasta la noche. Los raptores se refugiaron en una pequeña casa a comer y descansar. Los chicos estaban tan asustados y exhaustos que no fueron fuerzas para comer ni para intentar escapar. Al poco tiempo los hermanos fueron separados. "Lloraba y me lamentaba constantemente y no comí nada por varios días hasta que forzaron los alimentos en mi boca", escribió Equinao.
El viaje
Aguantó una caminata de meses antes de ser vendido a un barco de esclavos que partiría para Barbados.
Equinao describió el hedor y las terribles condiciones de hacinamiento dentro de los barcos. "Tan pronto como me llevaron bajo cubierta, allí recibí un saludo en mis fosas nasales que nunca había experimentado en mi vida: así que con la repugnancia del hedor, y llorando todo el tiempo, estuve tan enfermo y triste que no podía comer, ni tenía el menor deseo de probar nada", recordó en su libro.
Deseó morir pero sus traficantes no lo permitieron. Lo ataron de manos y pies, lo acostaron sobre un molinete, le abrieron la boca a la fuerza y le empujaron la comida por la garganta.
"La pequeñez del lugar, el calor del clima, sumado a la aglomeración dentro del barco, que estaba tan lleno que apenas teníamos espacio para voltearnos, casi nos sofoca. Eso producía copiosas sudoraciones, así que el aire pronto no era apto para respirar, por la variedad de asquerosos olores, que hacían vomitar a los esclavos, de los que murieron muchos, cayendo así víctimas de la avaricia imprudente de sus compradores".
Equinao dijo que a ese sufrimiento se le sumaban el dolor de los grillos y cadenas, la suciedad de los cubos para hacer necesidades donde los niños caían. "Los alaridos de las mujeres y los gemidos de los moribundos sumaban una escena de horror casi inconcebible".
Pero se formó. Era un empollón. Con el teniente Michael Henry Pascal y Robert King viajó a #Canarias, Países Bajos y Francia, alrededor de Inglaterra, Cabo Brenton y Halifax. Podía leer y escribir, lo cual era muy inusual para un esclavo. Mapa de todos sus viajes. pic.twitter.com/x2b73FYGgz
— José L. Jiménez 🇮🇨 (@jljimenez) June 24, 2020
A su llegada a Barbados, escribió un alegato preguntando cómo personas que supuestamente eran cristianas podían tratar a otros hombres de esa manera. Y a pesar de su inmenso sufrimiento, Equiano fue uno de los afortunados porque sobrevivió el viaje hasta Barbados.
Desde allí fue vendido a una colonia norteamericana de Virgina y allí fue comprado por un teniente británico en 1754. Tuvo la oportunidad de viajar con su amo, el Teniente Pascal, quien era efectivo de la Armada Británica, y aprendió a ser marinero. Le permitieron ir a estudiar a Londres, donde compró su libertad al Rey de Inglaterra en 1766.
Se ganó la vida navegando por el Atlántico y el Mediterráneo en viajes planificados para la investigación científica.
Al regresar a Londres se unió a otros activistas contra la esclavitud e iniciaron una campaña para abolirla. Como parte de ese esfuerzo, publicó el libro "La narrativa interesante de la vida de Olaudah Equinao o Gustavus Vassa, el africano. escrito por él mismo" que tuvo un enorme impacto en la lucha para poner fin a la esclavitud por el horror causado por sus narraciones en primera persona. Murió en 1797, años antes del fin de la trata de personas en Gran Bretaña.
El pasado sangriento de La City
El legado de esclavitud en Londres continúa. La mayoría de los grandes edificios londinenses fueron pagados directa o indirectamente en el comercio de esclavos. Se cree que los reinos de Europa enviaron un total de 12 millones de esclavos por el Atlántico a las colonias que tenían en el Caribe, América del Norte y del Sur.
Miles de miles de personas murieron en el hacinamiento de los barcos, o por exceso de trabajo y las enfermedades en las fincas de azúcar y tabaco, mientras los dueños de las plantaciones, los traficantes de personas y los capitales acumulaban los beneficios.
La agencia Bloomberg publicó que la fuerza detrás del primera bolsa de valores londinense fue Sir Thomas Gresham, cuyo legado sobrevive en una universidad, una calle y una ley de economía que lleva su nombre.
Pero menos conocido es uno de sus principales financistas, Sir William Garrard, quien fue el alcalde de la ciudad y el pionero en la participación inglesa en el comercio de esclavos.
El reportaje advierte que la ciudad de Londres está tejida con tantas capas de historia, desde la Romana, Medieval, la Guerra Civil, la era Imperial, que las vidas de las personalidades que contribuyeron a su grandeza a veces quedan en la oscuridad.
London's mayor ordered a review of statues and street names linked to slavery, calling it an "uncomfortable truth" the UK's wealth was largely built by slave trade.
Up to 17 million people were kidnapped from their homes during transatlantic slave trade, many dying on the way. pic.twitter.com/oWEfjFGpec— AJ+ (@ajplus) June 9, 2020
"Pero con el escrutinio foráneo llegamos a la comprensión de que muchos hicieron sus fortunas de la esclavitud y la opresión colonial, un hecho que ahora es reconocido por algunos de los nombres más venerables del distrito financiero, sacudiendo las bases sobre las cuales se han construido muchas de esas instituciones", dijo la prestigiosa agencia.
El Banco de Inglaterra pidió disculpas la semana pasada por "la conexión inexcusable" de algunos de sus ex directores con la esclavitud . Barclays Plc dijo que no podía cambiar el pasado pero que sí podía promover una cultura de inclusividad, igualdad y diversidad.
Mientras que Lloyd´s lamentó su papel en el comercio de esclavos de los siglos 18 y 19 "un terrible y vergonzoso período en la historia de Inglaterra, y de nosotros mismos".
Richard Drayton, profesor de historia imperial del King’s College de Londres, dijo que Gran Bretaña se convirtió en la primera nación esclavista del mundo moderno, donde "the City" financiaba las actividades de la trata para asegurar mano de obra a las plantaciones coloniales.
Ese comercio triangular consistía en enviar bienes manufacturados a África Occidental que eran pagados con seres humanos, quienes eran transportados en terribles condiciones al Caribe y los vendían como esclavos para trabajar en las cosechas.
El tabaco, el ron y gran parte del azúcar, que era el fruto del trabajo forzado, era enviado a Europa. "La creación de la Ciudad de Londres fue impulsada primordialmente por el azúcar", dijo Nick Draper, investigador principal del proyecto sobre la Propiedad de la Gran Bretaña Esclavista, del Colegio Universitario de Londres.
Más de 3.000 viajes de barcos involucrados en el comercio de africanos esclavizados partieron sólo desde Londres y fueron responsables de transportar al menos 800.000 personas esclavizadas hacia las Américas.
Kehinde Andrews, profesor de Estudios de la Negritud en Birmingham City University, dijo que no se conoce la magnitud de la riqueza generada por la esclavitud y que aún ayuda a perpetuar la división racial. "No es el pasado, se trata del presente y de una continuación, y los bancos son los principales responsables".
Dice que es muy difícil separar la esclavitud de muchas de las maravillas que conocemos de Gran Bretaña, desde la familia real, las galerías del Museo Británico, el Banco de Inglaterra, los ex primer ministros.
"En la medida en que la gente comience a entender y a escuchar sobre estas cosas, eventualmente habrá un ajuste de cuentas", señaló Andrews.
Entonces se honrará la vida de Olaudah Equiano y millones de africanos esclavizados que murieron para satisfacer el placer por el dulce, el licor, el tabaco y enriquecer a la nobleza de Europa.