Occidente apoya a Ucrania en la ONU y se sacude la "fatiga" tras dos años de agresión rusa

Naciones Unidas, 23 feb (EFE).- Los países occidentales expresaron este viernes su apoyo a Ucrania en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU con motivo del segundo aniversario de la invasión de Rusia y se sacudieron una rumoreada "fatiga" para seguir abogando por la paz.

Numerosos cancilleres y representantes gubernamentales, comenzando por el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, se presentaron en la reunión, que precede a una sesión del Consejo de Seguridad convocada esta tarde en la que no se espera la aprobación de ninguna resolución.

Kuleba fue el primero en tomar la palabra y denunció que los dos años de guerra en su país, que suponen "un desangramiento en el corazón de Europa", han llevado a un deterioro de la seguridad global, "y cada vez más guerras y conflictos prenden en el mundo".

El canciller ucraniano acusó a Rusia de "ignorar la voluntad de la mayoría" mientras los diplomáticos de ese país miraban distraídos sus teléfonos, pero recibió el respaldo de los representantes de sus socios: EE.UU., los países de la Unión Europea o Japón, entre otros.

"Hay una frase que he oído por ahí últimamente: la fatiga ucraniana, que pasados años de esta guerra nos fallan el apoyo y la atención", dijo la embajadora estadounidense en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien reivindicó "no insensibilizarnos ante la lucha del pueblo ucraniano".

Consideró que el conflicto ucraniano sigue solo "por un pequeño hombre" y por las "falsas nociones de que debemos estar de acuerdo en todo para hacer algo, y que atajar este problema implica ignorar otros", dijo, citando la guerra de Israel contra el grupo islamista Hamás en Gaza.

David Cameron, ministro británico de Exteriores, se pronunció en un sentido parecido: "Debemos ser fuertes. Dos años después, algunos tienen sensación de fatiga, hay otros problemas y un compromiso puede resultar atractivo, pero es incorrecto, hay que pensar en el coste de rendirse".

Cameron recordó que "(Vladímir) Putin ha dicho que no habrá paz hasta que se cumplan las metas de Rusia", lo que significa, a su juicio, que "volverá por más en comparación con 2008 y 2014", si bien concedió que "el mundo ha empezado a despertarse ante la amenaza" reciente.

Destacó que además de Ucrania, el mundo sufre las consecuencias de la guerra, y especialmente los más pobres, pero Rusia tampoco se queda atrás: "300.000 bajas (...), el primer golpe de Estado en tres décadas y el primer impago de deuda en un siglo".

En nombre de los países nórdicos, la canciller danesa, Lisbet Zilmer Johns, hizo una llamada a que Rusia respete los principios internacionales, cese inmediatamente la guerra y retire sus tropas del territorio ucraniano, además de que Moscú rinda cuentas, un lema compartido por otros.

El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, destacó que la ONU ha aprobado cuatro resoluciones con amplia mayoría que reflejan el apoyo a Ucrania y destacó la ayuda de su país para paliar las consecuencias del conflicto, entre ellas el hambre y la acogida de refugiados.

También tuvo palabras de agradecimiento para los cooperantes españoles en Ucrania y reclamó justicia para Emma Igual, la española directora de una ONG que falleció en un ataque de las tropas rusas a finales del año pasado.

Hubo también menciones durante la jornada al líder opositor Alexéi Navalni, reportado muerto en una prisión rusa hace una semana, y representantes de países bálticos señalaron el hostigamiento de Rusia a miembros de sus Gobiernos que Moscú ha puesto en listas de criminales buscados.

Rusia volvió a quedarse aislada, con su embajador en la ONU, Vasili Nebenzia, exponiendo su discurso habitual en el que se presenta como un luchador contra el nazismo, acusa a Ucrania de impulsar una agenda política y a los países occidentales de tener una "ceguera selectiva".

Nebenzia reforzó su discurso con la reciente noticia de la muerte del periodista estadounidense-chileno Gonzalo Lira, crítico con el Gobierno ucraniano, en una prisión de ese país, y aseguró que fue torturado hasta la muerte a manos de las fuerzas de seguridad.

El canciller luxemburgués, Xavier Bettel, sobresalió justo después con un discurso personal y airado en el que reveló que su abuela era una mujer rusa que tuvo que salir de su país y denunció que Rusia "intenta reescribir la historia", pero "no hay más nazis en Ucrania que en Moscú".

Nora Quintanilla

(c) Agencia EFE