Las obras de la posguerra de Antonio Saura pintan Londres de blanco y negro

Londres, 28 feb (EFE).- La paleta de colores de Antonio Saura (1930-1998), limitada al blanco y negro, pinta Londres en una exposición en la Opera Gallery, donde se recogen 30 pinturas del artista realizadas en la posguerra.

'Antonio Saura: Pintura a voluntad' trae una muestra del autor en solitario a la capital británica por primera vez en casi 60 años, con obras desde 1959, cuando Saura comenzó a involucrarse en la actividad política del momento, hasta el año anterior a su muerte.

La actriz y escritora Marina Saura, hija del artista, subrayó la emoción que le produce traer la obra de su padre a Londres, de cuya vida cultural disfrutaba mucho, y volverlo a transformar en "un joven artista".

"Lo que hace es tan fuerte, tan de verdad, tan arriesgado, que sigue vigente", consideró en unas declaraciones a EFE durante la presentación de la exhibición este miércoles la actriz, para quien las obras de Saura "nunca te dejan indiferente".

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Arte en dictadura

Las potentes pinceladas del artista sobre los lienzos, que dejan claros los trazos de la pintura sobre las figuras distorsionadas que pueblan la tela y el papel, caracterizan su búsqueda de expresión de las turbulencias emocionales.

Sus cuadros contrastan con la sociedad española de la época, sumergida en la dictadura franquista, a la que Saura se opuso, participando en numerosos debates relativos a la política y la creación artística.

Esto también se expresaba a partir de su pintura, en un momento histórico en el que era necesario fomentar la creatividad para evitar la censura, pese a que, según decía el autor, de acuerdo con Marina Saura, en tiempos de represión se pinta "mucho peor".

"Sufría mucho porque era un hombre con mucha conciencia social y política, pero no creía que el arte sirviera para cambiar nada", manifestó la también escritora, quien añadió que su padre se fue a vivir a París porque, para él, "la España franquista era un lugar irrespirable".

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Goya y Velázquez como referentes

Saura desarrolló su obra con influencias de otros pintores españoles, como Velázquez o Goya, a los que homenajeó a lo largo de su carrera con una colección de pinturas referentes al 'Cristo crucificado' del primero y al cuadro 'Perro semihundido' del segundo.

De acuerdo con Marina Saura, este tipo de pinturas son "puramente formales", pero proceden del ámbito emocional.

"El origen es una sintonía intelectual con unos artistas que han pintado otros cuadros antes que él; él siempre decía que nadie inventa nada, que todos venimos de algo", dijo, a la vez que planteó la posibilidad de que su padre viera un paralelismo de sí mismo con el perro de Goya, en el que consideraba que el pintor del siglo XVIII se representaba a sí mismo.

El dolor de la condición humana

Además de referencias a otros autores, el pintor estableció su carrera en torno a la exploración de la condición humana, sobre todo girando alrededor de temáticas relativas a la angustia existencial y al procesamiento del dolor.

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A través de ese existencialismo, Saura consolidó el movimiento de la vanguardia de posguerra en España, como explicó a EFE Isabelle de la Bruyère, directora general de la Opera Gallery.

De esta forma, según De la Bruyère, otorgó a su obra una "atemporalidad" que mantiene su importancia en la actualidad.

"Se relaciona mucho con los temas humanos que encontramos en la vida moderna. La sinceridad emocional y pictórica de su trabajo es relevante para cualquier generación", sentenció.

Cristina Alonso Pascual

(c) Agencia EFE