Oaxaca con gobernadores ricos y pueblo pobre

Hace seis años Gabino Cué realizó su campaña apoyado por la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso integrada por el PAN, PRD y Convergencia y alcanzó la gubernatura del estado más pobre de México. Su discurso fue como el que hoy podemos identificar en voz de otros candidatos que también quieren gobernar Oaxaca y para ello prometen lo que sea necesario, como sacar de la pobreza al estado, mejorar la educación, apoyar al campo, promover el turismo y llevar a cabo las obras publicas necesarias para el desarrollo de la entidad. La experiencia dice que al terminar el sexenio el resultado es que los gobernadores se enriquecen y el pueblo sigue ocupando el último lugar en las estadísticas nacionales sobre salud, escolaridad, economía y demás.

El periódico La Jornada (10 de mayo 2016) publicó como noticia principal la información que pone en evidencia el enriquecimiento del gobernador de Oaxaca Gabino Cué y sus colaboradores. La portada anuncia: Crece la deuda en Oaxaca; cercanos a Cué se enriquecen. El contexto de la nota corresponde al proceso electoral en marcha y su objetivo evidente es denunciar al candidato apoyado por el gobernador. El primer párrafo lo sintetiza:

“La administración del gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, duplicó el saldo de la deuda de la entidad hasta llevarla a un nivel sin precedente. Ha sido un periodo de debilitamiento financiero, acompañado de la conformación de un grupo de interés con negocios al amparo del gobierno y la acumulación de riqueza puesta a la luz en días recientes con la divulgación de cuentas bancarias fuera del país, una de ellas a nombre de José Antonio Estefan Garfias, candidato del oficialismo a la gubernatura para la elección del próximo 5 de junio.”

En días recientes se publicó información sobre la fortuna que acumuló José Murat, exgobernador y padre Alejandro Murat, candidato del PRI al gobierno de Oaxaca, quien se deslindó de su padre y afirmó que no pisaría el estado mientras él fuera gobernador.

Para documentar el manejo de la economía por parte del gobierno de Gabino Cué, y el incremento de la pobreza, La Jornada señala: “En Oaxaca, que en los últimos cinco años recibió crecientes montos de transferencias presupuestales, pero que a la vez resintió un incremento de la pobreza, la deuda pública se disparó a un nivel histórico, tanto en su monto como en su proporción respecto del tamaño de la economía del estado.

“Al inicio de la administración del gobernador Cué, la deuda pública de Oaxaca fue de 4 mil 615.4 millones de pesos. El monto se elevó a 13 mil 175.5 millones al cierre de 2015, lo que implicó un crecimiento de 185 por ciento, de acuerdo con información recopilada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.”

Los datos proporcionados implican la creciente llegada de recursos a la entidad enviados desde la federación que no se encuentran reflejados en la mejoría de la calidad de vida de la población.

Los acontecimientos de los años recientes podrían estar indicando que mucho del dinero que llegó a Oaxaca fue a parar al financiamiento de la “paz social”, lo que implica que se destinó a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que se apoderó de la secretaria de Educación del Estado de Oaxaca, la que recibe el mayor presupuesto, pero que no impacta en la educación de los niños y si en el bolsillo de los profesores que se convirtieron en activistas políticos y desdeñan la formación educativa y académica que tienen encomendada.

Si alguien quiere encontrar parte importante del dinero que envió la federación lo podrá localizar en las cuentas sin fin del sistema educativo de Oaxaca y en ese proceso, que no admitía auditoría alguna, era posible desviar recursos a las cuentas en el extranjero, que denuncia en su nota La Jornada.

Hace más de cien años el Oaxaqueño Porfirio Díaz acuñó una frase que vale todavía hoy “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Que aplicada a este caso diría “Pobre Oaxaca, tan olvidada de todos y con gobernadores voraces”.

Por lo pronto, las campañas están en marcha y las denuncias con las que se ventilan los trapos sucios de los candidatos, aportan el perfil cercano a la realidad sobre la personalidad y alcance de los aspirantes a “salvar” Oaxaca del retraso en el que lo mantienen gobernadores, caciques y vividores del presupuesto.


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