La ‘Nube10’ de Brigid Baker es un oasis

La presentación de brigid baker wholeproject estaba programada para comenzar a las ocho de la noche del jueves 25 de abril, pero sus organizadores recomendaron llegar al Miami-Dade County Auditorium (MDCA) media hora antes y entrar enseguida al On.Stage Black Box. Brigid Baker, la coreógrafa y directora artística fundadora del grupo, tenía preparado algo especial e imperdible para los futuros espectadores de su nuevo trabajo.

No es habitual que te den instrucciones tan específicas para acceder a una función de danza pero la verdad es que nada es común y corriente en una presentación de brigid baker wholeproject.

Aún más en esta ocasión, cuando la noche de estreno de “Cloud10” (en español, “Nube10”) estaba destinada de antemano a quedar plasmada en la historia de la danza de Miami por ser el último programa que se presentó en MDCA antes de su cierre para ser sometido a una remodelación.

En el flyer de mano que se entregó a la entrada, Brigid afirmaba que “Cloud10” le hizo preguntarse qué significa ser humano, y citaba como dos de sus fuentes de inspiración a la escritora irlandesa Marina Carr y al poeta estadounidense Robert Frost. Para concluir relatando: “Empecé a fijarme en lo divino que hay en nosotros, en todo lo que hemos hecho en el amor, el gesto espectacular y el más pequeño, el trabajo de manos prácticas, el oído que escucha, la reunión. Eso es lo que nos hace humanos, pensé...”.

El resultado es un programa y una obra (del mismo nombre), que constituyen una declaración de amor llena de sugerencias donde la brevedad es una cualidad y una motivación. La fugacidad de la caricia siempre engrandece su evocación.

Hablar del estilo es reflexionar sobre la estética presente en una “manera de hacer”, su belleza formal y el sentimiento que despierta. El estilo es la categoría más importante en la historia del arte y Brigid -una creadora de preclara inteligencia- es una maestra en hacer danza “a su manera”, parafraseando la canción.

Sin intentar traducir para el lector la poética del lenguaje coreográfico de Brigid, basta reseñar la experiencia de haber presenciado su puesta en escena para celebrar sus logros.

En los minutos previos al inicio del programa -que dura apenas una hora- los presentes disfrutan de videos y escuchan la música del compositor holandés Simeon ten Holt. Los asiduos a las presentaciones de Brigid ya conocen ambas cosas y para ellos funcionan como recordatorio.

Para los no iniciados representan la oportunidad de familiarizarse con el mundo de referencias de la creadora y sus preocupaciones existenciales. En los videos, se alternan paisajes con imágenes de acontecimientos que han marcado la historia reciente de la humanidad y la actuación de algunos personajes famosos.

Son quince minutos pasadas las ocho cuando hacen su entrada Meredith Barton, Isaiah González y Amy Triger.

La primera media hora de “Cloud10” (el programa) es ocupada por la reposición de la encantadora “Cloud 9” -una obra estrenada en noviembre de 2023- y a continuación hay un corto intermedio. Inmediatamente después se presenta “Cloud10” (la obra), con música de Hania Rani. Todo llega a su fin a las 9:12 p. m., entusiasta ovación incluida.

Como ya es costumbre en las puestas en escena recientes de Brigid, sus tres intérpretes están presentes todo el tiempo y nunca dejan de estar involucrados en todo lo que ocurre. Son los mismos de siempre pero hay algo diferente en ellos.

Con un simple cambio de color en el vestuario -blanco en “Cloud9”, rojo en “Cloud10”- y jugando con su inventiva coreográfica como si esta fuera la manzana en la boca de la serpiente tentadora del cuento bíblico, Brigid ha transformado a sus elegantes bailarines ascetas en figuras emblemáticas de una divertida voluptuosidad colectiva que augura una renovación creativa para el colectivo.

Hay que recordar que Meredith, Isaiah y Amy han sido figuras fundamentales en la consolidación del universo bakeriano (nótese el sufijo de pertenencia) y son los tresúnicos bailarines que integran brigid baker wholeproject en la actualidad.

Con su trabajo en “Cloud10”, Meredith se redefine como una bailarina carismática e irreverente y lo consigue sin abandonar la segura fisicalidad y el admirable control emocional que la han caracterizado hasta hoy. Por su parte, Isaiah equilibra de manera espléndida su acostumbrada atención irrestricta al detalle con una nueva sensualidad jubilosa que enriquece su desempeño como ejecutante.

Hay bailarines que buscan una historia para cada movimiento y otros que bailan inmersos en sus pensamientos y emociones, como Amy Trieger.

Amy es una intérprete elusiva e hipnótica. Y en “Cloud10”, se comporta como una gota de mercurio que se desliza con elegancia y al mismo tiempo sugiere estar dispuesta a evaporarse hasta hacerse invisible y tóxica. Nunca lo ha hecho, y su fascinante rostro hierático nos lo recuerda esbozando ahora un guiño promisorio.

Definitivamente, en la décima nube de Brigid Baker, hay oportunidades de renacimiento para todos.

Al cierre, Brigid se despide con un breve discurso de agradecimiento y un llamado a la acción: “Diganle a sus amigos que vengan a pasar un rato en ‘Cloud 10’. Existe una línea recta entre ustedes y las cosas buenas”.

Responder a su invitación es reafirmar nuestra humanidad, porque la “Cloud10” de Brigid Baker no es una red de servidores remotos o un hidrometeoro ubicado a mayor altura que la “Cloud9”, sino ese oasis que podemos crear nosotros mismos para pasar un merecido buen rato con los que amamos.

Solo entonces reconocemos se esclarece el mensaje subliminal del color rojo en los trajes de Meredith, Isaiah y Amy. Usted puede transitar el recorrido soñado - o el que le ha tocado vivir- vestido de pureza, pero para llegar a buen término se necesita algo de atrevimiento y una buena dosis de pasión. Y las dos cosas le sobran a brigid baker wholeproject.

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