Noboa presiona a la oposición para lograr financiamiento a la guerra contra el narcotráfico en Ecuador

Un soldado de la 5ta Brigada de Infantería monta guardia en un operativo de seguridad en Guayaquil
Un soldado de la 5ta Brigada de Infantería monta guardia en un operativo de seguridad en Guayaquil - Créditos: @YURI CORTEZ

GUAYAQUIL.– Tres días después de la declaración de “conflicto armado interno”, se rompió al menos de momento la unidad nacional en el Parlamento que acompañaba el pulso del gobierno ecuatoriano, en una encrucijada por la ola de violencia narco que azota el país. Ni los parlamentarios de la Revolución Ciudadana (51) ni del Partido Social Cristiano (18) apoyan la iniciativa del presidente Daniel Noboa, que pretende recaudar mil millones de dólares para financiar la guerra contra el narcotráfico.

Sólo entre ambos bloques, los mismos que buscaron durante dos años la destitución del conservador Guillermo Lasso, se bastarían para la desaprobación de este proyecto de Ley Orgánica para Enfrentar el Conflicto Armado Interno, la Crisis Social y Económica, con el que pretende incrementar el impuesto de valor agregado (IVA) del 12% actual al 15%.

Pero además ni los indígenas de Pachakutik ni tampoco Construye, la bancada que tuvo como candidato presidencial al periodista asesinado Fernando Villavicencio, se muestran favorables a imponer impuestos a los ciudadanos, una línea roja que se había impuesto el propio presidente durante la campaña electoral.

Soldados ecuatorianos durante un operativo contra el narcotráfico en la zona sur de Quito
Soldados ecuatorianos durante un operativo contra el narcotráfico en la zona sur de Quito - Créditos: @Dolores Ochoa

La nueva premisa de Noboa (“una guerra cuesta y cuesta dinero”) no convence de momento a sus rivales políticos, que en un año volverán a pasar por las urnas tras acabar esta legislatura exprés. Una negativa que llega sólo horas después de que el presidente aplaudiera al Parlamento por votar a favor de su reforma de la electricidad, con la que se ponen fin a los apagones, al menos hasta marzo.

“No aceptaremos esto. Es una barbaridad. Hay alternativas mucho menos duras y menos recesivas”, reaccionó el expresidente Rafael Correa.

Golpear los bolsillos

“Golpear los bolsillos de los ecuatorianos con más impuestos sería terrible”, sostuvo por su parte el legislador socialcristiano Otto Vera, que apostó por alcanzar un acuerdo de las bancadas en torno a una contribución temporal especial. El trámite de esta tercera ley urgente se debería completar en 30 días.

“Lo que está haciendo Noboa es tomarnos el pelo, porque busca una medida permanente, no programada para la guerra”, sostuvo Jorge Peñafiel, diputado de Construye. Hasta ahora, la bancada oficialista de Acción Democrática Nacional (ADN) ha mantenido acuerdos tanto con socialcristianos como con correístas. Países vecinos, como Colombia (19%) y Perú (18%), mantienen impuestos de valor agregado más altos que el IVA actual ecuatoriano.

Soldados patrullan las calles en vehículos blindados en Portoviejo, Ecuador
Soldados patrullan las calles en vehículos blindados en Portoviejo, Ecuador - Créditos: @Ariel Ochoa

Se abre de esta forma un periodo de negociación, pero en principio las posturas parecen lejanas. “Un decreto de guerra siempre va a unir a un país. Pero más allá de lo simbólico, Noboa no condujo la unidad hacia lo tangible, lo que provocó que en la primera decisión incómoda (la suba del IVA) no tenga apoyo incondicional como sí tuvieron en episodios anteriores. O no hay un plan estratégico claro o este no se ha contado”, señaló a LA NACION el analista Matías Abad.

“La postura de correístas y socialcristianos era previsible: la gente apoya todo hasta que le topan el bolsillo. ¿Callejón sin salida? Aparentemente sí, pero no hay que olvidar que el correísmo está desesperado en busca de que Noboa conceda el salvoconducto al exvicepresidente Jorge Glas (refugiado en la embajada mexicana) si México le diera el asilo. Esa podría ser una ventaja para el gobierno: me das los votos y yo te doy el salvoconducto. Pero todo está muy difícil de prever”, vaticinó el analista Martín Pallares, autor de uno de los podcast políticos más seguidos del país.

Primer traspié

El primer traspié del gobierno se produjo en el día que los estudios en Guayaquil de TC Televisión recibieron al presidente, que acudió protegido por un fuerte dispositivo militar y policial, incluidos francotiradores apostados en las cercanías.

El canal asaltado el martes por un comando kamikaze de Los Tiguerones volvió a transmitir tras las dos horas de terror sufridas por sus trabajadores. Dos de ellos resultaron heridos. Las imágenes se recrearon en los orificios de bala que “adornaban” los accesos al estudio principal en el que los delincuentes retuvieron como rehenes a varios periodistas.

“Les prometo que no volverá a pasar”, aseguró el mandatario a los presentes. Varios periodistas exigieron al gobierno en las horas posteriores al ataque las garantías necesarias para ejercer su oficio.

Policías ecuatorianos durante un operativo de seguridad
Policías ecuatorianos durante un operativo de seguridad - Créditos: @POLICÍA ECUADOR

En tanto, Noboa reconoció que Ecuador necesita personal y ayuda militar extranjera para combatir la violencia, y en ese sentido aceptó el apoyo de la Argentina y de Estados Unidos. “No es momento de ego o vanidad, de decir ‘no, vamos a proteger nuestra soberanía, no vengan militares’”, señaló en FM Mundo.

Pese a que el país recobró buena parte de su empuje diario, con colegios y universidades cerrados, las cárceles se mantenían todavía en situación de emergencia por el secuestro de 170 miembros del personal penitenciario. La mediación de la Iglesia consiguió apenas algunas liberaciones.

Quienes también permanecen desaparecidos son los dos capos narcotraficantes fugados de sus cárceles. No se ha vuelto a saber nada del Capitán Pico, el caudillo de Los Lobos que intentó sin éxito negociar su rendición con Noboa.

Sobre Fito, el capo de Los Choneros –aliados del Cartel de Sinaloa– cuya escapada de un penal de Guayaquil desencadenó la actual crisis, también reina el silencio, pese a que Colombia ha fortalecido su frontera con Ecuador para evitar su huida.

“Es posible [que Fito esté en Colombia]. Tenemos un amplio dispositivo para evitar que suceda o para llevar a cabo la captura de este terrorista”, advirtió no obstante el general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares colombianas.

El gobierno ecuatoriano mantiene su disposición a deportar a los 1500 presos colombianos que contabiliza en sus cárceles, pese a las advertencias realizadas por Bogotá.