Noah Lyles encuentra fama, pero no mucha privacidad en la Villa Olímpica

El velocista estadounidense Noah Lyles (derecha) posa para fotos durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, el viernes 26 de julio de 2024. (AP Foto/Ashley Landis, Pool)

PARÍS (AP) — Los atletas en los Juegos Olímpicos le están dando a Noah Lyles una probada de lo que representa ser una celebridad.

Y casi una semana después de esta experiencia con la fama, al menos dentro de la Villa Olímpica, el velocista estadounidense ya no está tan seguro de que le guste ser el centro de atención.

“Estoy alucinando”, admitió Lyles en una conferencia de prensa el lunes. “Me he vuelto bastante popular en la villa. Desafortunadamente, eso trae sus desafíos”.

Lyles está eligiendo horarios extraños para comer y se ubica en rincones remotos del área del comedor. Tiene problemas para hacer ejercicio de forma rutinaria. Es posible que lo interrumpan esgrimistas, remeros, judocas y otros que, hasta ahora, solo lo habían visto en la televisión.

Su papel principal en el documental de atletismo de Netflix “SPRINT”, que se estrenó este mes, hizo más visible al velocista cuyos tres campeonatos mundiales del verano pasado (100, 200 y relevos 4x100) lo lanzaron al estrellato.

Lyles trabaja con tres terapeutas y ha contado anécdotas sobre cómo el ambiente hace tres años en los Juegos de Tokio, retrasados por la pandemia, sin fanáticos en las gradas, afectó su desempeño.

“Recuerdo que pensé: ‘Esto no es todo. Esto no es divertido. Esto no es genial. Esto no es lo que quería. Esto no es lo que pensé que iba a sentir’”, dijo sobre los momentos previos a su final de 200 metros en Tokio, donde ganó la medalla de bronce. “Y esos fueron literalmente los últimos pensamientos que me pasaron por la mente. Y fue horrible”.

Lyles no ha perdido una carrera de 200 metros desde entonces, y ahora también se ha convertido en una amenaza en los 100. Es uno de los atletas a seguir en la velocidad.

“Esto es con lo que sueño, con estos momentos aquí”, dijo Lyles. “Me emociono más cuanto más grande es la multitud”.

A menos que esa multitud le pida selfies mientras intenta desayunar, o que firme algo mientras se estira.

“Seguimos siendo seres humanos y todavía queremos tener nuestro espacio y nuestro tiempo”, dijo Lyles. “Quiero disfrutar de los Juegos Olímpicos como ustedes. Intentar encontrar un lugar tranquilo ha sido un poco difícil estos últimos días, ya que estoy tratando de prepararme y sumergirme profundamente en mi estado mental”.