La NBA planea sistemas de controles como se hacían en la Segunda Guerra Mundial


Parece que todo está encaminado para el retorno a la actividad de la NBA. La organización ya encontró el escenario para que sus estrellas puedan completar la temporada. Sin embargo, no todo es tan simple. Si bien el proyecto habla de una competencia que se retome a mediados de julio y que finalice para los primeros días de septiembre, todavía falta resolver un tema central: cómo se realizarán los controles a todos los involucrados en los partidos y cómo harán para que los test masivos no generen un impacto negativo en la imagen de la NBA. Y para eso podrían recurrir a un sistema de pruebas grupales como se hacía en la Segunda Guerra Mundial.

Todo está absolutamente estudiado, el calendario perfectamente medido y la intención es jugar, al menos, 70 partidos. El plan es terminar cerca del 7 de septiembre, para poder hacer el Draft a mitad de mes y después planificar el arranque de la temporada 2020-21, para los primeros días de octubre. Ahora bien, todo está atado a cómo puedan conseguir hacer las pruebas, ya que la última vez que realizaron test generales (así encontraron el caso de Rudy Gobert) se despertó una polémica por la cantidad de pruebas que usaron, mientras en el resto de los lugares que necesitaban controles para los trabajadores no disponían de ese material.

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La NBA informó que está trabajando con varios proveedores para contar con una gran cantidad de test (BioReference, LabCorp, Quest Diagnostics, son algunos), porque necesitarían realizar unas 15.000 pruebas si se reanuda la temporada. Se concentran en poder detectar los casos asintomáticos: si no controlan esos casos, podría quedar trunca la idea de regresar la competencia. El escenario ideal es efectuar hasta tres veces los controles a todos los que estén dentro de todo el personal afectado al regreso a las canchas (jugadores, staff técnicos, TV, personal de los hoteles, familiares...).


Eso implica una cantidad de dinero increíble y una disponibilidad de recursos que podría dejar expuesta a la NBA, por eso la organización colabora con la aplicación de una estrategia para desarrollar test grupales, un sistema que permite unir varias muestras en un solo test y que se empezó a usar en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial para aislar a los soldados con sífilis.

La intención es ahorrar tiempo en los resultados de las pruebas y, lógicamente, evitar la utilización indiscriminada de test. En la NBA estudian el caso con mucha rigurosidad y entienden que si se aplica bien este sistema, que fue utilizado con el VIH, la gripe y enfermedades de transmisión sexual, podrían pasar de 2000 a 300 pruebas instrumentando esta estrategia. Eso también implica que se debe sostener todos los métodos complementarios, como distancia de seguridad, el control de temperatura y el uso de tapabocas.


Pero no se detiene allí la búsqueda por atender cada detalle y además por cuidar su imagen. La NBA está colaborando con una clínica de Minnesota (Mayo Rochester), según contó Kevin O'Connoer, en The Ringer, para desarrollar un sistema de test de anticuerpos que se aplica con una punción digital que adelantaría resultados, es menos costoso y se podría realizar sin asistir a clínicas.

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Entre jugadores y personal de diferentes franquicias, unas 400 personas se sometieron a estos estudios (se reunieron 1000 voluntarios) para conocer cómo evoluciona el virus y para conocer cómo desarrollan anticuerpos aquellas personas que tuvieron el virus. La intención de la organización es poner a disposición de la gente este tipo de pruebas.

El objetivo de Adam Silver es dar una fecha exacta de retorno en los próximos días, algo que sucederá una vez que pueda conocer hasta el último detalle cómo tener un ambiente controlado para toda la población que participaría en el retorno a la temporadas.