Nanni Moretti: "con los años me siento cada vez más cercano a los actores"

El director italiano Nanni Moretti, en el Festival de Cine de Cannes, en Francia, el 25 de mayo de 2023 (Patricia de Melo Moreira)
El director italiano Nanni Moretti, en el Festival de Cine de Cannes, en Francia, el 25 de mayo de 2023 (Patricia de Melo Moreira)

El director de cine italiano Nanni Moretti se siente a sus 70 años "cada vez más cercanos a los actores", según confiesa en una entrevista con la AFP tras estrenar su primera realización teatral, "Diario de amor", presentada actualmente en París.

"Diario de amor" es una adaptación de dos obras cortas (una sola escena) de la escritora italiana Natalia Ginzburg (1916-1991).

Dos retablos en los que Ginzburg muestra con sarcasmo las hipocresías de personajes de clase acomodada, sus infidelidades, y a pesar de ellas, el miedo a perder su tren de vida, que les obliga a seguir juntos.

La obra termina en el teatro Athénée de París (6-16 de junio) una gira europea que ha durado nueve meses.

Nanni Moretti ha ganado una Palma de Oro en Cannes por "La habitación del hijo" (2001), el premio al mejor director por "Caro Diario" en 1994 y un Gran Premio del Jurado en Venecia por "Sueños Dorados" en 1981.

PREGUNTA: ¿Por qué ahora el teatro, o mejor dicho, por qué no antes?

RESPUESTA: Porque quería montar estos dos textos de Natalia Ginzburg que es una escritora que amo. Hace cuarenta años un productor teatral me pidió que pusiera en escena una comedia de [el escritor estadounidense] Sam Shepard. Pero luego cambié de opinión y cancelé ese compromiso.

P: ¿Le daba miedo?

R: No. El trabajo con los los actores es uno de los aspectos que más cuido cuando hago una película, así que estaba muy contento de trabajar en esta puesta en escena. Es un aspecto del cine que siempre cuido mucho.

Y luego me gustaba montar estas dos comedias en las que, como a menudo ocurre en mis películas, hay una mezcla entre comedia y dolor.

P: Entre los actores con formación teatral que luego pasan al cine hay a veces una especie de nostalgia de las tablas, como si el teatro fuera algo superior. ¿Qué le parece a usted?

R: Son dos oficios diferentes, y al mismo tiempo son la misma cosa. En el teatro el actor tiene más tiempo para construir el personaje. El cine se hace de otra manera, a veces ruedas primero la escena 60, luego se rueda la escena 1... Es otra forma de trabajar para los actores. Y luego está el montaje.

Me siento más cercano, tanto humanamente como profesionalmente a los actores, respecto a cuando comencé a hacer cine.

Al principio, hace más de 45 años, los consideraba un poco como peones en un juego que yo manejaba. Hoy en día, en cambio, los siento mucho más cercanos y con otro tipo de consideración.

P: ¿Se sentía más arrogante?

R: Lo que diré simplemente es que cuanto más tiempo pasa, más me gusta mi trabajo, pero menos me gusta teorizar sobre él. Me gusta muchísimo trabajar, pero cada vez me siento menos capaz de explicarlo.

P: ¿Se ha sentido más ligero, sin un equipo de rodaje, sin cámaras...?

R: Las pocas veces que me tocó rodar con un equipo ligero, pequeño, me sentía muy contento, porque los equipos cinematográficos, sobre todo si una película tiene un presupuesto importante, suelen ser un poco pesados. No sentí nostalgia de toda la parafernalia que hay en torno a una película.

Me gustaría quizás montar una obra de (el autor ruso Antón) Chéjov, pero no hay nada decidido todavía. Mi próximo trabajo será una película que estoy escribiendo, y de la que no quiero hablar.

jz/acc