Myke Towers está aprovechando su momento
Myke Towers podría decir que nunca supo que llegaría a lo más alto, pero no sería cierto. Porque en 2014, seis años antes de que el rapero lanzara su debut, se preparaba para un espectáculo decisivo en su ciudad natal, San Juan de Puerto Rico, y el fracaso no era una opción.
“Puerto Rico es el público más difícil de complacer”, dijo este mes, en una videoconferencia desde una habitación de hotel en Miami, semanas antes del lanzamiento de su nuevo álbum, “La vida es una” (un recordatorio de que solo se vive una vez). “No dan el visto bueno así como así; tienes que demostrar que eres lo bastante bueno. Si lo consigues en Puerto Rico, lo conseguirás en cualquier sitio”.
A lo largo de dos álbumes consecutivos, lo ha conseguido. “Easy Money Baby” (2020) alcanzó el triple platino, aprovechando el éxito de su “mixtape” de 2016, “El final del principio”, al tiempo que incorporaba reguetón, funk brasileño y melodías colombianas. “Lyke Mike” (2021) fue una firme declaración de intenciones que encadenó grandes temas de trap más duros. Alcanzó el número tres en la lista de los mejores álbumes latinos de Billboard y se coló en el Top 50 de los primeros 200 lugares de todos los géneros. Con su nuevo álbum, que salió a la venta el jueves, Towers, de 29 años, ha querido combinar los dos enfoques, logrando un equilibrio que ilustra su flexibilidad creativa.
“En este álbum, quiero hacer música para interpretarla en vivo”, aseguró, hablando animado con una camiseta blanca informal y una cadena de oro. “Quiero dar energía a la gente para que pueda salir y olvidarse de sus problemas, olvidarse de lo que le estresa”.
Hace casi una década, Towers seguía esperando su oportunidad. Criado en el barrio de Caimito, en el sur de San Juan, creció rodeado de música, sobre todo la de su abuela: salsa, merengue, boleros de la vieja escuela... si era música latina clásica, ella la ponía. Pero Towers quería labrarse su propio camino en el rap y para cuando se graduó de bachillerato, ya había empezado a publicar música en SoundCloud, al inicio de forma anónima. “Al principio, ni siquiera quería mostrar mi cara”, dijo riendo. “Solo quería mostrar mis habilidades. Sabía que tenía que trabajar mucho para ser parte de la industria”.
No se limitaba a practicar música, sino que la analizaba, diseccionando cada decisión que tomaban ídolos como Daddy Yankee y Jay-Z, y viendo cómo podía aplicarlos a su propia vida. “Estudié la industria”, afirmó. “Tengo mi propia identidad, pero empecé con ellos y el respeto que les tenía”.
A medida que sus publicaciones en SoundCloud iban ganando adeptos, empezó a poner su nombre en las canciones —escribiendo “Mike” como “Myke”— y a actuar por la ciudad. Consideraba sus primeras actuaciones como pruebas y, en 2014, ya estaba listo para la graduación: esa importante actuación en casa, en La Perla.
Para los artistas que crecieron en la zona, actuar en La Perla, el famoso barrio marginal de la isla —situado en un tramo de costa rocosa del Viejo San Juan— es un rito de iniciación. En un video de la actuación de Towers publicado en YouTube, aparece vestido de negro, bajo un toldo blanco de playa, mientras pronuncia con seguridad los versos de “Dinero en mano”. (Más tarde publicó el tema, lleno de cuerdas ominosas, en “El final del principio”). Al final de la canción, el público está cantando con él.
“Fue uno de mis conciertos más importantes”, recordó. Mueve la cabeza y sonríe, casi como si aún no creyera que lo hubiera logrado. “Mucha gente ni siquiera conocía mis canciones, pero decían: ‘¿Quién es ese? ¿Por qué se presenta así, con tanta confianza?’”.
El nuevo álbum incluye canciones para sus admiradores más pop: “Sábado” y la colaboración con Daddy Yankee “Ulala (Ooh La La)”, dos temas listos para la pista de baile producidos por el dúo tejano Play-N-Skillz. Towers calienta las cosas en “El calentón”, un tema más sencillo que comienza como canción de reguetón antes de dar paso a una exhibición de su destreza lírica. Y como su título podría sugerir, “Flow Jamaican”, producida por Di Genius, se sumerge en los ritmos reggae, y Towers cambia su ritmo hacia el coro de la canción.
El álbum se grabó principalmente en Puerto Rico, un lugar con una historia musical tan larga y diversa, señaló Towers, que cualquiera que se sumerja en ella sale rebosante de ideas, influencias y potencial: “Dondequiera que voy, hago música de Puerto Rico. Cuando hago música, escucho a la gente que vino antes que yo”. Se iluminó, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro cuando describió su rutina habitual de volver a casa de la gira con su mujer y su hijo, y luego dirigirse al estudio.
“Mi familia es mi hogar”, dice Towers. “Volver con ellos es espiritual para mí. Antes de tener a mi hijo, estaba en el estudio hasta las 7 de la mañana, todos los días. Siempre tendré ese espíritu de trabajador incansable pero, cuando supe que iba a tener un hijo, supe que se trataría de trabajar de forma más inteligente, no más dura”.
Towers termina el álbum con una celebración triunfal, “Lo logré”. “Es un himno con el que se identificará mucha gente”, comentó.
“La gente cree que lo he logrado y que ha sido fácil. Se olvidan del proceso, de todo lo que costó conseguirlo. Valoro cada momento de mi carrera, porque hace años hasta lloraba intentando hacerlo realidad. Hay pruebas por las que pasas, pero cuando sales del otro lado, la gente ve que lo has conseguido. Y así fue, pero no he terminado. Tengo más sueños que alcanzar”.
c.2023 The New York Times Company