Los musulmanes no tienen quién los defienda en las elecciones en el bastión hindú de Modi

Hugo Barcia

Ahmedabad, 6 may (EFE).- Los residentes del barrio musulmán de Shahpur, en el corazón de la ciudad de Ahmedabad, no recuerdan cuándo fue la última vez que un político de su misma fe ganó un escaño en el Parlamento en el estado de Gujarat, bastión del hinduismo que este martes votará en la tercera fase de las elecciones generales de la India.

Los más optimistas indican que sucedió hace 25 años. Otros más pesimistas se remontan casi 50 años atrás y aseguran que ese honor recae sobre Ehsan Jafri, quien murió calcinado en 2002 durante los violentos choques comunales que se desataron en esta región del oeste de la India, en los que fallecieron más de mil personas, sobre todo musulmanes.

Durante esta ola de violencia que se extendió por varios días, el jefe de Gobierno de Gujarat era el actual primer ministro de la India, Narendra Modi, una figura controvertida entre gran parte de musulmanes que le acusan de propagar el nacionalismo hindú por todo el país y querer recluirlos a un segundo plano.

"Los musulmanes son el origen de la India", dijo a EFE Aadil Kagzi, un joven musulmán de unos 30 años, obstinado por las recientes palabras de Modi, que durante un acto de campaña llamó infiltrados a los más de 170 millones de musulmanes que viven en la India.

Lo hace desde el puesto de comida que regenta en la vía principal de Shahpur, mientras recuerda que algunos de los icónicos monumentos de la India, como el Taj Mahal, se construyeron cuando el imperio mogol -fiel al Islam- dominó hace siglos estas tierras, y critica que la fragmentación actual de la sociedad india "se debe a los políticos".

Según este vecino, las circunscripciones electorales en Gujarat están diseñadas para evitar las mayorías musulmanas en algunas zonas. Además, la existencia de una ley que les dificulta la compra-venta de viviendas en zonas hindúes, y viceversa, tampoco les ayuda a integrarse la sociedad, asegura.

Cuarenta años sin representación

Esto provoca que hayan pasado cuarenta años desde que un legislador musulmán ganó un escaño en Gujarat durante las elecciones generales.

El último en hacerlo fue Ahmed Patel en 1984, como candidato del Partido del Congreso de la India (INC), afirmó a EFE desde su despacho el presidente regional de esta histórica formación de la dinastía Nehru-Gandhi, Balubhai Patel.

Responde mientras se toma varias pausas para mirar su móvil, que no cesa de vibrar en la víspera de la tercera fase de las elecciones de la India, donde Gujarat votará por completo para escoger a sus 26 representantes en la Cámara baja del Parlamento, la Lok Sabha.

Es precisamente en un breve momento de respiro cuando precisa que este año no presentarán a ningún candidato musulmán, a diferencia de años anteriores. En esta ocasión convergen a los comicios junto a una alianza opositora, y la circunscripción donde solían hacerlo ha recaído sobre otra formación diferente a la suya.

Lo habrían tenido complicado aun así, puesto que el Bharatiya Janata Party (BJP) de Modi logró todos los escaños en juego en Gujarat en las dos últimas elecciones, y aspira a lograrlo de nuevo este martes.

Un paso atrás

Este año, la mayoría de candidatos musulmanes -a excepción de uno que concurre por el partido nacional Bahujan Samaj Party (BSP)-, acuden como independientes en Gujarat, según el diario Times of India, lo que en la práctica limita sus opciones de ganar.

Una escasez de opciones que es duramente criticada por los vecinos de Shahpur, entre ellos un hombre que no quiere dar su nombre pero indica a EFE que si algún candidato musulmán se presentase por su circunscripción le votaría antes que a un hindú.

Para tener a alguien que los defienda, otro residente del barrio propone reservar asientos en la Lok Sabha a representantes de la minoría musulmana, como ya sucede con las minorías étnicas.

Es el caso de Sheik Mohammad, que desde la puerta de su vivienda esboza una sonrisa irónica cuando recuerda el "pequeño desequilibrio" que sufre esta minoría religiosa en la India, sin visos de terminar pronto.

Aunque deja claro, una vez serio, que él nunca votará un candidato musulmán únicamente por compartir su misma fe, sino que cuando eso suceda, priorizará su programa electoral por encima de todo.

(c) Agencia EFE