Murió Silvina Luna: qué es el Síndrome de Asia, el cuadro que podría haber complicado su salud

Silvina Luna falleció hoy el Hospital Italiano
Silvina Luna falleció hoy el Hospital Italiano

Tuvo una mejoría y luego volvió a complicarse. La salud de Silvina Luna atravesó un proceso dramático hasta su fallecimiento, hoy, en el Hospital Italiano, donde se encontraba internada desde el 13 de junio.

En medio de su lucha, se volvió a hablar del Síndrome de Asia como un cuadro que podría estar siendo desencadenado por la presencia de grandes cantidades de metacrilato en el cuerpo, algo que aún no se determinó oficialmente.

¿Qué es este cuadro? “En algunos pacientes lo que se produce tras recibir el metacrilato en esas cantidades es el llamado Síndrome de Asia (la sigla en inglés de Autoimmune Inflammatory Syndrome Induced by Adjuvants, cuya traducción al español es Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes)”, explica el cirujano plástico Michael Guibert, miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Sacper). Se trata de una poco frecuente reacción autoinmune o inflamatoria, atribuida a la presencia de una sustancia extraña al organismo. “Es un síndrome inflamatorio, una respuesta autoinmune que genera el organismo para defenderse de la sustancia. Reacciona muy fuerte para defenderse”, detalla.

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Según se explica, los adyuvantes a los que hace mención la definición son los agentes ajenos al cuerpo: en el caso de las cirugías estéticas, los más frecuentes son las siliconas y los biopolímeros; esto último es el metacrilato. “Muchas veces pasan años después de colocado hasta que se genera la reacción”, define Guibert. Para que se produzca el Síndrome de Asia, tienen que darse dos factores: “que el paciente tenga una predisposición genética para desarrollar este síndrome y la presencia de un agente citotóxico [tóxico para la célula], como son los biopolímeros implantados en esas cantidades”, agrega el cirujano.

“Los adyuvantes, estas sustancias tóxicas que desencadenan la reacción, no solo son metacrilatos, la mayoría son polímeros no aptos para el uso humano y de muy bajo costo. Hay distintos productos que se usan dentro de la medicina clandestina. Una pequeña proporción es metacrilato. Para intervenciones de mayor volumen sería muy costoso. Lo otro que se usa es el polvo de acrílico que se mezcla con un diluyente. Es similar al producto usado para pegar las uñas esculpidas. También se usa la silicona industrial. Todo esto puede desencadenar el Síndrome de Asia”, describe la cirujana plástica Mónica Milito, con más de 40 años de experiencia.

Usos

El año pasado, justamente le consultaron a Silvina Luna en una entrevista con el periodista Ángel Brito, sobre este síndrome, ya que –según surgía de una información que había dado a conocer el periodista Luis Ventura, tras acceder a la causa– uno de los planteos de la defensa de Lotocki era que Luna tenía, previo a las intervenciones, este cuadro. “Creo que lo que dijo fue que yo tenía como un problema de salud anterior, preexistente, Síndrome de Asia, que no tengo ni idea qué es. Pero yo tengo un estudio que me avala y fue presentado a la Justicia, que me hice antes de la operación en Favaloro, que te hacen todo, y me dio todo perfecto”, afirmó.

Sin embargo, según explican los especialistas consultados por LA NACIÓN, no se trata de una condición preexistente, sino por el contrario: “Es una condición que se desarrolla en pacientes que tienen esa predisposición genética, pero solamente si son expuestos a un agente citotóxico como el metacrilato en grandes cantidades”, apunta Guibert.

El metacrilato es una sustancia que no está autorizada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para cirugías estéticas como el relleno de glúteos, pero a partir de 2010, frente al encarecimiento de productos de medicina estética importados y certificados, comenzaron a emplearse alternativas sin validación o que, incluso, estaban aprobadas, pero para otros usos y otras concentraciones.

Predisposición

¿Es posible detectar previamente qué paciente tiene tal predisposición? Los especialistas afirman que no. “No hay un estudio previo para saber si el paciente lo va a desarrollar. Sin embargo, está demostrado que si el paciente tiene predisposición genética no lo va a desarrollar si no hay un agente que lo esté desencadenando. El problema no es la predisposición genética del paciente, sino el uso de un material que no está indicado, en las cantidades que se usó. Es incomprensible, increíble que esto siga ocurriendo”, apunta Guibert.

América Latina es la región en la que con más frecuencia se han tenido que retirar desde implantes mamarios hasta rellenos de glúteos vinculados con el Síndrome de Asia, explica el cirujano. En Colombia, a partir de la difusión de casos de complicaciones por el uso de polímeros, muchas modelos y vedettes decidieron remover sus implantes mamarios. Después de padecer infecciones urinarias, urticarias y dolores articulares varias mujeres decidieron operarse por recomendación médica, y lo contaron en las redes sociales. La causa: evitar la propagación de un cuadro más generalizado que pudiera significar el Síndrome de Asia.

El pronóstico para los pacientes que desarrollan este síndrome es complicado. Los especialistas explican que cuando se remueven las prótesis o los polímeros, al bajar la carga en el cuerpo, disminuye la posibilidad de desarrollar este trastorno. Sin embargo, advierten que sobre todo en el caso del metacrilato usado para rellenar glúteos la tarea de remoción es muy compleja y nunca se logra al 100%, ya que el biopolímero se integra el tejido humano, dificultando el procedimiento. “Los implantes mamarios son más fáciles de retirar. En cambio, el biopolímero es una gelatina que se va impregnando en el organismo. Si te impregnó en un vaso, no es posible retirarlo sin comprometer la vida”, apunta Milito.

“No es inmediato. Quizás pasan muchos años hasta que se activa. Este síndrome es una enfermedad autoinmune que puede comprometer distintos órganos. Cuanto más joven es el paciente, tiene más chances de que a lo largo de su vida le genere alguna reacción”, explica Guibert.

Riesgos

Implantar estos productos en el cuerpo puede comprometer la vida de distintas formas, detalla Milito. “El primer riesgo es la muerte inmediata o posterior a la implantación por trombosis. El organismo tiene un sistema de defensa muy sofisticado. Puede ocurrir que [el biopolímero] entre al torrente sanguíneo porque pinchan un vaso, migra al cerebro o al corazón. Y se produzca una muerte súbita, por una trombosis”, señala. “Puede pasar que no. Que le pongan el polvo, al ser más pesado el producto queda ahí. Al ingresar un producto infestado de bacterias, porque no es estéril, el organismo se desequilibra completamente. Entonces comienza a liberar linfocitos, genera calcio, que saca de los huesos para intentar aislar esa presencia extraña. Y ese exceso de calcio termina filtrando por el riñón y actúa como el sarro en la cañería. El organismo sigue liberando calcio. Entonces se pierden los riñones, y se llega a la insuficiencia renal”, detalla Milito.

En este escenario, el calcio que migra no solo daña los riñones, sino que debilita los huesos. “La tercera contingencia que puede ocurrir es que se genera una enfermedad porque el cuerpo trata de defenderse con todo, como pueda. Se rompe el sistema autoinmune, se quiebra, y se desencadenan las enfermedades autoinmunes. El organismo termina luchando contra sí mismo. Diabetes, Síndrome de Guillain Barré, lupus, artropatías y muchas otras. La hipercalcemia es uno de los estadíos superiores del Síndrome de Asia”, detalla Milito.