Mujer de Los Ángeles es detenida en Rusia por cargos de traición

En esta fotografía sin fecha facilitada por Ksenia Leonteva, la esteticista Ksenia Khavana aparece con su bata médica. Khavana, que reside en Los Ángeles, ha sido arrestada en Rusia bajo sospecha de recaudar fondos para las fuerzas armadas ucranianas. (Ksenia Leonteva vía AP)

La principal agencia de inteligencia interna de Rusia ha detenido a una mujer con doble nacionalidad estadounidense y rusa por cargos de traición, acusándola de recaudar dinero para el ejército ucraniano.

El Servicio Federal de Seguridad informó en un comunicado a primera hora del martes que la mujer, residente de Los Ángeles, había sido detenida en la ciudad de Ekaterimburgo, en los Montes Urales, a unos 1.770 kilómetros (1.100) millas al este de Moscú. Había regresado a Rusia para visitar a su familia.

Las autoridades no dieron el nombre de la mujer, pero su antiguo empleador en California la identificó como Ksenia Khavana.

Esto es lo que se sabe sobre Khavana y la acusación rusa contra ella:

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Khavana, de 33 años, es ciudadana de Estados Unidos y Rusia. El medio de comunicación independiente ruso Mediazona la identificó como Ksenia Karelina, su nombre de soltera, y dijo que había recibido la nacionalidad de Estados Unidos tras casarse con un estadounidense.

Isabella Koretz —propietaria de Ciel Spa en el hotel SLS Beverly Hills, donde Khavana ha trabajado durante ocho años— dijo a The Associated Press que Khavana, bailarina de ballet, llegó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Maryland en Baltimore antes de trasladarse a Los Ángeles.

Dijo que Khavana está divorciada y no tiene parientes en Estados Unidos, pero Koretz indicó que se ha vuelto más cercana a Khavana a lo largo de los años y la trata como “si fuera de la familia”.

Según Koretz, Khavana intentaba ver a su familia en Rusia al menos una vez al año, normalmente por Navidad y Año Nuevo. Este año, dijo Koretz, Khavana voló a Rusia desde Estambul a principios de enero para un viaje de dos semanas con el fin de pasar tiempo con su abuela de 90 años, sus padres y su hermana menor.

Koretz empezó a preocuparse cuando Khavana dejó de responder a sus mensajes y llamadas telefónicas tras entrar a Rusia. Dijo que entró en pánico cuando Khavana no regresó de su viaje a mediados de enero, como estaba previsto.

“La chica es como un ángel”, señaló Koretz. “Es necesario entender que no lastimaría a una mosca”.